Una vez más puesto en la palestra, el mundo homosexual lésbico y transexual y sus “demandas” aparecen como el “tema” que divide de manera tajante y rabiosa a liberales y conservadores, o a izquierda y derecha, o a protectores de la familia y sus destructores, o quizás a la minoría sexual de la mayoría heterosexual.
Como lo han señalado durante estas semanas diversas personalidades, este es un “tema” a discutir con altura de miras, sin descalificaciones y sin juicios o prejuicios sobre la opinión de un “otro". Y tal vez en otra ocasión hubiera seguido la línea de ironizar; ¿por qué hay que dar una discusión con alturas de miras cuando unos cuantos (que son muchos, al parecer) les niegan derechos fundamentales a otros pocos o pocas?
Pero hoy la idea es otra. Vivimos la era 2010-2014 que pretende generar grandes consensos y que todos, todas y todxs seamos parte de ellos. Imbuida de ese espíritu espero poder dar algunas respuestas preliminares.
El derecho es un conjunto de normas de carácter permanente y obligatorio, creadas para la conservación del orden social. La Familia es el núcleo fundamental de la sociedad y es deber del Estado protegerla. El matrimonio es un contrato que regula el marco dentro del cual pueden actuar sus contrayentes (no contratantes).
Como podemos leer, son conceptos distintos, no hay sinónimos aquí, pero sí instituciones creadas para cumplir ciertos roles, que han debido en el tiempo transformarse de acuerdo a las realidades sociales y para ello se han servido del derecho.
La familia romana no es la que hoy protegemos. Nadie se atrevería -sin ser políticamente incorrecto- a solicitar como derecho legítimo el tener a su servicio esclavos como parte de su “famulus”, ni a pedir obediencia de la mujer y protección del marido, como hasta hace veintidós años atrás.
El matrimonio tampoco es el mismo, pero sigue siendo al menos para una “minoría” una expresión de sumisión y desigualdad a la que no se desea adscribir. Y al parecer, para otra mayoría, una institución exclusiva y excluyente que ponga el límite infranqueable para conductas que no aparecen como deseables en una sana y natural sociedad.
Desde el año 2003 se han presentado en nuestro país 12 iniciativas legales que intentan regular la convivencia, las uniones de hecho, civiles o matrimonios de una manera distinta a la que hoy existe, que es nula (al igual que la posibilidad legal de divorcio hasta el año 2004).
De estas, ocho incluyen a personas del mismo sexo, de ellas cuatro están ya archivadas y las otras cuatro en el congreso al parecer aún en tramitación. Tramitación que por lo demás será simbólica y para “seguir poniendo en la mesa temas que hay que hay debatir”, pues ya a estas alturas todas nos enteramos de que hay artículos de cualquiera de los proyectos que necesitarían de iniciativa del ejecutivo, como por ejemplo los que hablan del registro civil como órgano inscriptor de estas uniones.
La respuesta -ya no preliminar sino que absolutamente final. parcial y prejuiciosa- es que éste –como tantos otros- será un “tema” recurrente de distracción, molestando a varios, enojando a otros e indignando a unos cuantos y cuantas que veremos nuevamente cómo formamos parte de una sociedad que avanza sólo con los empujones de requerimientos del Banco Mundial o del BID que nos exigen cada cierto tiempo comportarnos como una sociedad de verdad respetuosa e integradora. Ello, no porque dichas instituciones crean en estos principios, sino porque los indicadores económicos del momento les muestran que es más caro no regular las uniones civiles que regularlas, o que hay allí un nicho de explotación económica importante que se está dejando pasar.
Así, creo que tendremos ley sobre uniones civiles o acuerdos de vida en común y que, de todos los proyectos existentes, será el más conservador e inútil, discriminador y segregador que se pueda formular, el que esté disponible para las y los contrayentes o contratantes. Pero matrimonio y adopción, eso si que no; sería casi un altar a la zoofilia y otras aberraciones, a decir de don Carlos Larrain.
—————————————————–
Foto: Couple – Daquella manera / Licencia CC
Comentarios