Las expresiones atomizadas de pensamientos revolucionarios a lo largo del país, en estos últimos meses han dado un salto cualitativo en lo que se refiere a la unificación del sector, y más aún con la perspectiva de que estamos construyendo el camino para desembocar en una plataforma del pueblo y con el pueblo, que se plasme en el partido u organización revolucionaria que unifique a la clase trabajadora dentro del territorio.
En este último tiempo, hemos podido visualizar un cambio en el mapa político del país. Y esto en todo sentido de la palabra, no solamente en función de las candidaturas parlamentarias y presidenciales, ni de quienes las disputan, sino desde el punto de vista ideológico de los sectores sociales en Chile.
El duopolio político comandado por la Nueva Mayoría (PC + Concertación) y la derecha declarada, hoy han basado sus programas políticos y paquetes de reformas para dar una supuesta solución a las demandas del pueblo. Las elecciones parlamentarias y presidenciales que se vislumbran ya tienen ganadores asegurados, sin antes mencionar que esto responde a las negociaciones de estos bloques con la clase dominante.
Por otra parte vemos a las alternativas que dicen ir en función de cambios radicales pero que defienden modelos o conservadores o liberales de administrar el sistema (MEO, Parisi, Israel y Jocelyn-Holt).
Y para finalizar, tenemos a las dos cartas que vienen fuertemente ligadas a los movimientos sociales de los últimos años, una desde un punto de vista de la intelectualidad de izquierda (Claude) y otra que viene directamente desde el pueblo, siendo protagonista directa de la explotación del sistema (Miranda).
Estas últimas, responden a visiones tácticas erradas, que saltan procesos complejos de reagrupación de la fuerza social en Chile y que se suman a una visión cortoplacista de la construcción de una sociedad más igualitaria.
Dentro de todo este análisis hoy desde el mundo estudiantil universitario, las distintas organizaciones y juventudes políticas han tomado postura acerca de estos temas, lamentablemente dejando de lado su papel de representantes de los compañeros de base y abocándose a las campañas de sus respectivos sectores.
En este sentido hemos visto no desde ahora, sino que desde siempre una CONFECH que solo es otra plataforma institucionalizada al servicio de los bloques políticos dominantes, y que no responde en ningún caso a una visión de lucha en función de la recuperación de la educación pública y menos aún con la erradicación del problema desde su raíz, o sea el modelo económico, político, social y cultural que es el capitalismo.
Desde ese panorama es que las expresiones atomizadas de pensamientos revolucionarios a lo largo del país, en estos últimos meses han dado un salto cualitativo en lo que se refiere a la unificación del sector, y más aún con la perspectiva de que estamos construyendo el camino para desembocar en una plataforma del pueblo y con el pueblo, que se plasme en el partido u organización revolucionaria que unifique a la clase trabajadora dentro del territorio.
Es un camino que recién estamos comenzando, pero ya hemos avanzado de manera concreta.
Primero, tuvimos la capacidad de encontrarnos, conocernos y darnos cuenta que son muchos más los acuerdos que las diferencias y que más allá, hoy somos nosotros los que estamos dando el paso que muchos otros construyeron en el pasado.
Segundo, afianzamos análisis y compromisos que permitieron el que ya el día de hoy nos visibilizáramos dentro del espacio CONFECH, constituyendo una alternativa y dejando en claro que nuestra posición no se acerca a aquellos que vayan a maquillar o profundizar el modelo neoliberal, y que usen al movimiento estudiantil como instrumento electoral y de cooptación de la movilización.
Tercero, hoy no sólo nos quedamos en la crítica sino que dejamos claro nuestro quiebre ideológico dentro del espacio, ya que la polarización dentro del CONFECH hoy es evidente, por lo que están por una alternativa revolucionaria de construcción de base con el pueblo y para la clase, y los que pretenden seguir en la lógica de peticionismo y haciéndole el juego a los de siempre.
Cuarto, dejamos una propuesta clara sobre la proyección del movimiento estudiantil y sobre todo del espacio CONFECH, el que este próximo año sea un año de lucha, popular y con los diversos sectores de la sociedad. Respondiendo a esto, proponemos que el CONFECH se vuelva la herramienta de la clase trabajadora, oprimida y explotada de nuestro país para así conseguir la educación que Chile necesita, una que esté al servicio del pueblo y respondiendo a la necesidad de construir una sociedad más justa, digna e igualitaria.
Quinto, hacemos un llamado abierto a todas y todos los que se sientan identificados con estas propuestas y análisis, a que disputen sus espacios de representación estudiantil, ya que el próximo año queremos una CONFECH para el pueblo y no para la Nueva Mayoría.
Para finalizar, solo nos queda, como representantes en la región de Coquimbo de este sector revolucionario, el invitar a los compañeros de las universidades, liceos y colegios a ser parte de la construcción de esta alternativa en la región, llamando a la organización y lucha por darle una mirada de unificación de la clase al movimiento estudiantil el 2014.
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Foto: Wikimedia Commons
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