Mientras la élite vea la situación desde sus cómodos escritorios, podrán seguir proponiendo más evaluaciones estandarizadas hechas para la medición de ese mundo idealizado que nada tiene que ver con la realidad.
Comienzo mi columna advirtiendo al lector que no encontrará en ella datos estadísticos, ni sesudos análisis, no cuento con título alguno y mis palabras son una opinión. Me permito hacerla, porque en nuestro país creo que son demasiados los «expertos» que de tanto nutrirse de las más complejas teorías se han olvidado de la vida real.
Fui alumna de escuela con número. Fui apoderada de escuela con número. Mientras la gran pelea es la educación universitaria gratuita yo pienso en las escuela básicas. De esas que llaman «vulnerables». Cuando escucho esa palabra me suena a fragilidad, a pobres niños a la intemperie un día lluvioso. Pero la realidad es muy diferente. Mientras la gente «que sabe» habla de mejorar la calidad de la educación implementando pruebas para los educandos y evaluaciones para los profesores, éstas se hacen desde la teoría idealista. El idealismo es que los niños son ángeles que casi no respiran si no es con la previa autorización del profesor. Niños que apenas comenzada la clase ponen atención al docente y éste, en los 45 minutos de la hora pedagógica logra relacionar la clase pasada con el contenido siguiente, dicta la materia, trabaja en ejercicios de aplicación, responde preguntas si las hay, evalúa lo trabajado, hace que los niños se «autoevalúen» para reconocer su propio aprendizaje y cierra la clase magistralmente. (Así dice el portafolio que se hace una clase: apertura, desarrollo y cierre) y para la siguiente jornada, vamos con otra cosa.
Los expertos no saben que los niños de escuela vulnerable tienen problemas conductuales graves. No se rigen por normas de convivencia sana, -las cosas las arreglan con violencia física y/o verbal-, no conocen la disciplina, no aparecen con los materiales necesarios para trabajar -los apoderados creen que la escuela está para educar y se desentienden de todo, creyendo que con el hecho de «mandar» al hijo o hija a la escuela, ya cumplieron con su deber-.
No saben tampoco que los profesores no reciben en su formación técnicas vocales, por lo que al primer día de clases ya están disfónicos. No saben que éstos, deben contenerse para no responder a alumnos púberes que los empapelan a garabatos porque los corrigieron y en muchos casos reciben a apoderados furiosos que ofrecen golpes y profieren amenazas graves.
Los expertos no tienen idea que un profesor con vocación y bien preparado, poco puede hacer para que un niño que ha visto a su madre colgando de una viga porque se cansó de las golpizas constantes de su conviviente, aprenda a leer si no hay detrás un trabajo multidisciplinario para sacarlo de esa terrible vivencia. Tampoco saben que hay niños de 8 años que son capaces de obligar a otros a realizar actos de connotación sexual bajo amenazas de muerte. Que los agresores repiten conductas malsanas que viven en sus hogares y que los agredidos quedan marcados de por vida. ¿Saben que el sistema está colapsado, que no hay suficientes profesionales que puedan atender a niños con problemas conductuales? ¿Sabrán ellos que el programa de «integración» no da abasto para todos los niños que por diversas razones requieren de atención personalizada para el aprendizaje y que los profesores tienen que elegir al que va y al que se queda sin la oportunidad de ser asistido?
¿Sabrán ellos que los directivos de los establecimientos municipalizados tienen que lidiar con los pocos recursos, la burocracia y hasta la podredumbre política cuyo manto hace años que cubre al magisterio chileno?
¿Tendrán una meridiana idea de que las municipalidades no ven la tarea de la educación como una labor sacra, sino que es un cacho que hay que tomar porque no queda otra?
Sabrán que es difícil para un maestro que ha entregado toda su vida a la profesión, levantarse cada mañana con vigor y ganas de instruir, a pesar de los cambios generacionales que lo sorprenden y a veces deprimen, ¿si a dos años de jubilar, el sostenedor -municipalidad- le baja las horas de trabajo, mermando su proceso de retiro porque a alguien del departamento de educación le dio la gana hacerlo?
Mientras la élite vea la situación desde sus cómodos escritorios, podrán seguir proponiendo más evaluaciones estandarizadas hechas para la medición de ese mundo idealizado que nada tiene que ver con la realidad.
Comentarios
05 de marzo
Al fin una opinión real sobre el lamentable estado de nuestra educación. De los últimos Ministros de Educación, habrá alguno que haya trabajado, el menos un día, en una escuela municipalizada???
Pero, abundan en sus curriculums, los «masters», los «diplomados», los «doctorados»…
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05 de marzo
Señora, muchas gracias por su comentario, un pequeño detalle, los Alcaldes no tienen obligación legal de proveer servicios educacionales, y lo hacen no por sufridos, sino porque es una fuente de financiamiento para contratar personal excedente que forma su grupo de apoyo para la tarea más importante del alcalde, la que es ser reelecto.
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05 de marzo
Haaa y la Agencia de «Calidad» acaba de publicar un reglamento de 120 páginas, llenando a los directores de pegas administrativas, todo debe reportarse, así los dejan sin tiempo de dedicarse al proceso educativo.
Además esta agencia que teóricamente apoya «La Calidad» puso en reglamento que pueden haber hasta 45 alumnos por sala….. condenando a los niños a no aprender mucho.
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06 de marzo
¿Ah?
pueden haber hasta 45 alumnos por sala. ¿En que colegio estudiaron estos ilustres miembros de la Agencia de Calidad para hacer semejante idiotez? No estamos en una situacion de hacinamiento ni tampoco hay tantos niños en Chile como para hacer eso. Esto no es Japon, es Chile, ¿que descriterio justifica 45 alumnos por sala? Seguro que el decir «bueno, es que ahora hay incluso 50»
06 de marzo
Marcela, Ojalá lo hubieran bajado de cincuenta, pero no, es el mismo hacinamiento de siempre.
Ha… pero existe una posibilidad de pasar por el lado, se puede pedir autorización al SEREMI para tener MAS de 45 alumnos en la sala…
07 de marzo
Se puede pedir autorización al SEREMI para tener MAS de 45 alumnos en la sala
¿Y cual seria la excusa para hacer eso? De verdad, ¿cual es la excusa para tener a 50 personas hacinadas en una sala de clases, hechas no para 50, sino para 25 personas? ¿Que aprendan a vivir como se viaja en el metro de Santiago?
Me alegro de no ser alumna, me alegro de ser lo bastante vieja para no ir al colegio, me alegro de haberme librado de este desastre. Porque asi nadie puede aprender nada. Es indigno.
06 de marzo
Don Milton,
Le agradezco el tiempo que dedicó a mi opinión y más la aclaración. Me queda dando vueltas entonces la acción que a principios de este año (si la memoria no me falla) hizo un alcalde Santiaguino que fue con llaves en mano a «devolver» un liceo porque no se podía hacer cargo y por supuesto, no se las aceptaron.
Bien, si muchas veces pareciese que las administraciones municipales no entienden la normativa que los regula, puede ser que nosotros, ciudadanos comunes y corrientes nos enredemos un poco también.
Estas agencias de «calidad» o acreditadoras me suenan más a un pem y pojh pero para «militantes-amigos-parientes» además de ser fachadas para la argumentación del «estamos trabajando para Ud.»
Como bien apuntaba don Dámaso, (a quien también agradezco la lectura) los ministros tienen largos currículums pero sin duda, ninguno ha hecho clases en escuelas municipalizadas.
Si los presidenciables en campaña reparten porotos de olla común, filetean pescado en el mercado o duermen en mediaguas, enviaría a los Seremis del Mineduc a un día como profesor en escuelas básicas y en los cursos más conflictivos. (De sorpresa, porque los directivos tienden a tapar los problemas por temor a ser acusados de mala gestión, cuestión que está muy relacionada con los conflictos políticos locales).
Saludos!
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06 de marzo
Coincido con usted, esa agencia «de calidad» es otra burocracia en expansión que consumirá recursos….. los que no estarán disponibles para la sala de clases.
,,, Pero los candidatos derrotados necesitan una pega fiscal….
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09 de marzo
que gran mirada a la verdadera realidad que vivimos muchos docentes en la vida real de un colegio cualquiera
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10 de marzo
Soy profesora y he vivido esta realidad y concuerdo plenamente que día a día es más complicado hacer clases en este tipo de escuelas.
Crisis Vocacional????
Desertar????
10 de abril
Un análisis certero, crudo y real. Es muy difícil que los burócratas, tal como lo expresa la autora de este artículo, den soluciones a los gravísimos problemas educacionales detrás de un escritorio instalados en una cómoda oficina, sin estar in situ ni tener idea de lo que viven los profesores, alumnos e incluso apoderados, los que en precarias condiciones cada uno en sus respectivas veredas dia a dia deben
cumplir: enseñar los profesores, aprender los alumnos, criar a sus hijos los padres.
Profesores mal pagados, no respetados, con largas jornadas, demasiados alumnos por curso etc. Niños provenientes muchos de ellos de hogares destruidos, mal alimentados, carentes de amor y afecto. Padres cesantes o con trabajos mal remunerados o alcohólicos.
¿Podemos evaluar o exigirle rendimiento a un niño de esa condición social, en escuelas además que no tienen infraextructuras adecuadas, implementos escolares, computadores, calefaccion por nombrar solo solo algunas de las carencias y que son muchas mas?
Humildemente pienso que por la educación primaria debe empezar la reforma educacional, que la tan cacareada gratuidad debe estar ahi y no estar pensando en gratuidad para los ricos, recursos que son mucho mas necesarios en escuelitas pobres y no en las ABC1 que no lo necesitan.
Conozco en terreno tan diferentes realidades y no sentado tras un escritorio de una cómoda oficina estatal como seguramente debe tener el Sr. Ministro de Educación y el Sr. Jaime Gajardo, preocupado mas de marchas callejeras, y de mantener su cargo sindical en provecho personal, que luchar por mejorar las condiciones laborales del profesorado del pais.
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