En las próximas semanas enfrentaremos un periodo crucial respecto a lo que queremos como país a futuro: viviremos la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. A medida que pasen los días se podrá ver un evidente riesgo de priorizar las consideraciones de tipo estratégico, que calculadora en mano, podrían ser más o menos beneficiosas para los candidatos.
No obstante, en todas las encuestas de opinión -que aún tienen credibilidad en estos temas-, la seguridad y la salud aparecen como las dos más relevantes para la mayoría de los chilenos. Sobre la base de esto es que creemos que los chilenos esperamos propuestas específicas de los candidatos, para entender cómo piensan abordar los temas más relevantes.
La recién conocida Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017 nos ofrece un buen instrumento para evaluar el progreso logrado en la última década y los desafíos que tendrán las políticas públicas de los presidenciables en esta área.
Encuesta Nacional de Salud (ENS)
Fuente: Ministerio de Salud
La conclusión obvia, al observar los indicadores medidos, muestra que las políticas que se han implementado en el país no tienen un progreso significativo. Particularmente inquietante es el aumento del sobrepeso y obesidad e hipertensión y diabetes, factores que están asociados a muy mal pronóstico de enfermedades crónicas graves a futuro, particularmente cuando están unidas en esta “triada fatal”.
Este es un tema muy relevante y no menor y del cual debemos esperar la mayor atención de los candidatos, así como propuestas específicas diferentes de las aplicadas hasta el presente.
La ENS 2016-2017 sólo evidencia progreso en disminución del hábito de fumar desde su última medición en 2009-2010; una caída de 39,8% a 33,3%. Acá habría que preguntarse si la medida más efectiva en esta disminución fue la prohibición de fumar en lugares cerrados accesibles al público o de uso comercial colectivo, como lo fijó la Ley N°20.660.
Claramente nuestro razonable orgullo por los buenos indicadores sanitarios originales y que nos han acompañado ya por varias décadas -expectativas de sobrevida, mortalidad infantil, desnutrición o mortalidad materna, entre otras – debe ser ponderado con el deterioro de estos indicadores 2.0, los que muestra un claro y preocupante deterioro futuro en la población.
Este es un tema muy relevante y no menor y del cual debemos esperar la mayor atención de los candidatos, así como propuestas específicas diferentes de las aplicadas hasta el presente.
Comentarios
24 de noviembre
Diabetes y obesidad mórbida, podrían ser un mismo grupo de personas que es considerado dos veces en las muestras, ya que hay correlación entre la diabetes y el exceso de peso…
No se ven tan mal los números. Recién ahora se tomaron medidas para los que reflejan la diabetes, rotulando alimentos y eliminando kioscos de comida chatarra en los colegios. Es decir, es pronto para ver un cambio en esa materia.
Lo que causa preocupación es un aumento de 10% en la obesidad mórbida, pero, antes de alarmarse, sería interesante saber a cuántas personas corresponde. ¿Pasó de 100 a 110, o de 1000 a 1100? ¿Cuáles son los números?… Obviamente una medida de solución en este caso pasa por acercarse a la realidad de esas personas con recomendaciones, controles y eventualmente cirugías de aparato abdominal…
Sin embargo, hablar de la salud de la que debieran hablar los candidatos, me parece que es algo que deben comentar con bastante más amplitud que el cuadro al que usted somete el análisis sobre salud.
«Y es que … hablar de salud, es hablar de vida y de bienestar, de proyección y bla bla, bla», jajaja…
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