En el presente escenario político y mediático, con el triunfo de la derecha y la consecuente concentración de la propiedad de los medios en manos identificadas con una sola colectividad, la investigación cuantitativa y cualitativa de la mass media cobra crucial relevancia (creo yo) para el desenvolvimiento de una sociedad democrática sana, donde se respete la diversidad en lo político, religioso, social y cultural.
No basta con generar medios alternativos; es necesario establecer una forma de "fiscalizar" a los medios. Herramientas de sistematización y difusión de la información permiten encender las alarmas sobre el rol que están jugando los medios masivos, sus intereses y las relaciones que establecen con instancias de poder.
El triunfo de la derecha cambiará drásticamente el escenario informativo de los noticiarios de la televisión. Lo que antes editorialmente era útil al hoy conglomerado oficialista, ahora puede ser contraproducente, marcando un nuevo impulso para el estudio, la cuantificación y la cualificación de las informaciones de prensa.
El nuevo escenario hace surgir preguntas que solamente serán respondidas por las capacidades analíticas que se tengan para sistematizar la información de forma independiente, sin vínculos con “entes” interesados en mantener cuotas de poder ya adquiridas y, por lo tanto, carentes de espíritu crítico.
Dentro de las preguntas que surgen a priori están:
¿Qué pasará con la agenda informativa sobre la seguridad ciudadana? Esta materia sirvió como “caballito de batalla” a la Alianza por Chile para “insegurizar” y diferenciarse de la labor de los gobiernos de la Concertación. Ya se instaló la sensación de que la delincuencia desapareció de Chile.
¿Cuánto se reducirá la cobertura de los temas sobre la violación de los Derechos Humanos durante la dictadura?
¿Cómo y cuánto se expondrán los temas de posible conflicto social?
¿Cuál será el espacio para las opiniones distintas a la oficial respecto de lo ocurrido en las anteriores administraciones? (por ejemplo el manejo del terremoto).
¿Cuál será el tipo de tratamiento que se dará a empresarios (pares del presidente) y a la relación política-negocios?
Ninguna de estas preguntas puede ser respondida de una manera meramente cualitativa y subjetiva. Es necesario contar con instrumentos y organizaciones preocupadas del tema.
Por ejemplo, qué hace Chilevisión Noticias, medio que basaba su agenda informativa en los hechos delictuales, y que hasta la actualidad no presenta cambios en sus equipos ejecutivos, editoriales y periodísticos.
Con respecto a Chilevisión su análisis también se hace relevante por el anunciado traspaso de su dirección a una fundación, eventualidad que establecería normas y códigos semejantes a los de TVN en cuanto a pluralismo y cobertura de actividades de partidos políticos.
Respecto del conflicto social, es presumible que el gobierno del Presidente Sebastián Piñera se vea enfrentado a demandas sociales crecientes y a la oposición de sectores de la sociedad civil organizada que siempre recelará de las iniciativas de un ejecutivo con una visión diametralmente diferente. Es clave entonces el poder enunciar si estas informaciones son desarrolladas de forma exhaustiva y qué tratamiento periodístico se le concede.
Los referentes de oposición deben tener espacios para desarrollar sus puntos de vista y la labor crítica como parte integral de su rol en el juego democrático.
Estos son algunos de los ejemplos que podemos vislumbrar, a vuelo de pájaro, en los análisis de la información de la prensa televisiva. Es importante recalcar que sólo la sistematización de la información permitirá exponer los vicios de la “manipulación monopólica” de dueños de medios con intereses creados y de editores y periodistas enfrentados a un solo “patrón”.En el caso de Televisión Nacional esto se vuelve fundamental ya que sus estatutos establecen claras normas de regulación.
Por último, la capacidad de análisis de la agenda mediática permitirá tanto a la militancia como a los líderes políticos o de opinión conocer de antemano los posibles derroteros de la política oficial con el hincapié comunicacional necesario para llevar adelante sus proyectos.
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