#Género

Doble violación: Falta de derechos hacia la mujer en el poder judicial

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Cuando pensamos que estamos avanzando en una sociedad más igualitaria y justa en derechos humanos y, por sobre todo, en derechos de las mujeres, nos encontramos con noticias como la sucedida en España, donde se sentencia a los cinco integrantes de “La Manada” como autores del delito de “abuso sexual” cometido a una joven de 18 años, y no por lo que realmente fue: un acto indiscriminado de violación, desestimando así, las declaraciones de la víctima.

En simple, el veredicto de los magistrados determinó que no hubo ningún grado de violación, ya que la salvaje acción de estos hombres estuvo “libre de coacción”. Pero aún más repulsivo, fue que en ese preciso momento, aquella mujer estaba siendo doblemente violentada: en primera instancia, violada por un grupo inhumano de hombres y en un segundo momento, violada en sus derechos por el sistema judicial.

La violencia de género presente dentro de instituciones dominadas ancestralmente por hombres, como es el sistema jurídico, no solo daña el derecho efectivo de la mujer a ser tratada sobre una base de igualdad, sino además imposibilita la acción de juicios justos y eficaces para otorgar una protección efectiva a todas formas de discriminación, tal como lo propone la CEDAW en su artículo 2 letra C y en su artículo 15.

En este sentido, la hegemonía masculina en un sistema cultural en donde la distribución del poder conlleva a relaciones asimétricas entre hombres y mujeres, perpetua la violencia de género en diferentes ámbitos de la sociedad, como lo es en el caso del sistema penal. Frente a esta subordinación de la mujer, existen además formas de discriminación las cuales se encuentran presentes en estas prácticas jurídicas, calando no solo en la práctica sino también en el discurso, actos simbólicos que se ejemplifican en frases como: «está claro que dolor usted no sintió» o tal como mencionó uno de los magistrados: «en ninguna de las imágenes percibo en su expresión, ni en sus movimientos, atisbo alguno de oposición, rechazo, disgusto, asco, repugnancia, negativa, incomodidad, sufrimiento, dolor, miedo, descontento, desconcierto o cualquier otro sentimiento similar».

Pareciera ser que cuando te penetran cinco hombres y no reaccionas, es porque nos gusta, pero en el caso contrario, si reaccionamos y nos defendemos para no ser transgredidas nos matan, entonces, ahí sí, se encuentra justificado el delito de violación. Yo me pregunto ¿Está el sistema penal garantizando juicios justos hacia las mujeres contra actos que violenten sus derechos? ¿hasta qué punto las prácticas jurídicas se encuentran permeadas por un discurso machista? ¿podemos seguir justificándolo? ¿podemos seguir permitiendo que no crean en nuestras palabras?

La violencia de género presente dentro de instituciones dominadas ancestralmente por hombres, como es el sistema jurídico, no solo daña el derecho efectivo de la mujer a ser tratada sobre una base de igualdad, sino además imposibilita la acción de juicios justos y eficaces para otorgar una protección efectiva a todas formas de discriminación.

Lo que se vive en España, no está lejos de lo que sucede hoy en día en Chile, cuando por ejemplo el Tribunal Constitucional amarra a la Ley de interrupción de embarazo por tres causales una objeción de conciencia institucional, obstaculizando claramente una ley que permite más y mejores derechos a las mujeres en términos sexuales y reproductivos.

Pero más aún, ¿no fue la tercera causal por delito de violación la más discutida en el parlamento, la que más dificultades tuvo de ser aprobada por frases como: “Una menor de 14 años que tenga una relación consensuada, se entiende violada y, por lo tanto, ¿podrá abortar libremente”? Basta de abusos, basta de violación a nuestros derechos, basta de tener que estar justificando todas nuestras acciones.

Si las personas que están a cargo de garantizar justicia no nos creen, no nos queda más remedio que unirnos y no cuestionar entre nosotras nuestras palabras, no cuestionar aquella joven cuando decía: «No sabía cómo reaccionar y no reaccioné; reaccioné sometiéndome», porque al final del día somos nosotras contra este sistema patriarcal injusto, estamos nosotras unidas para decirte hermana #yosítecreo.

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