está ocurriendo una transformación de relevancia en cuanto al modo de aprendizaje que tienen muchos niños, que pasan cientos de horas en esos juegos, casi el equivalente al tiempo que están en el colegio. Algo hay ahí que merece nuestra atención, “se están haciendo expertos en algo”
En Septiembre se anunció públicamente que en China utilizarán el juego audiovisual Angry Birds Birds en clases de preescolares, incluso se gestiona una versión especialmente adaptada para las diferentes áreas de lenguaje, matemáticas, historia, etc. Por otro lado, en Holanda hace poco se estrenaron las escuelas “Steve Jobs” donde se intenciona el uso de tablets como herramienta central, balanceando la realidad física del colegio con la virtual. Contrario a lo que podría pensarse, muchos padres y educadores levantan la voz contrariados por este tipo de acciones, frunciendo el ceño y lamentando que hayamos llegado “a esto”. ¿Por qué esa aversión a la tecnología? ¿No la usan también en sus trabajos, en sus comunicaciones diarias? ¿No son esos mismos adultos los que ya no leen en el metro sino que juegan con sus teléfonos? ¿Los que no pueden salir a correr sin su ipod y su contador de calorías electrónico?.
Paradojalmente, podemos ver que algunos de esos mismos padres optan por educar a sus hijos en ambientes “no contaminados”, sin televisión ni el uso de internet, ya sea en casa o en centros educativos aislados del mundo, en una búsqueda de “lo verdadero” y más humano. Y otros que, si no lo prohíben completamente, mantienen la desconfianza y se preocupan de restringir su uso y potencial, así como profesores que los consideran distractores de lo importante. Podemos preguntarnos si en realidad no estarán haciendo lo contrario, creando torres de marfil y niños burbuja. Salvo que nunca salgan de la Comunidad Ecológica y que cuando crezcan manejen su dinero bajo el colchón, su desarrollo habrá sido planteado como un paréntesis ilusorio: la realidad no es amish.
En una conferencia TED de 2012, la desarrolladora de juegos de video Jane McGonigal hace alusión a la importancia de poner atención a lo que ocurre con los niños y sus experiencias de juegos online, y promueve no sólo su uso, sino su incremento. Claro, es su negocio, pero compartimos el diagnóstico: está ocurriendo una transformación de relevancia en cuanto al modo de aprendizaje que tienen muchos niños, que pasan cientos de horas en esos juegos, casi el equivalente al tiempo que están en el colegio. Algo hay ahí que merece nuestra atención, “se están haciendo expertos en algo”, nos dice, “aunque no sabemos en qué”. Mientras tanto, en esa dinámica tan ignorada –cuando no demonizada- por muchos adultos, desarrollan muchas habilidades cognitivas propicias de aprendizaje, como la planificación, el conseguimiento de objetivos, el trabajo colaborativo, la resolución de problemas, etc.
Frente a esto es posible plantear que detrás de la desconfianza hay miedo. Temor a que los niños se vuelvan “idiotas”, zombies de la tecnología, personas individualistas. Sin embargo, lo que yo veo a mi alrededor son niños inquietos que, además de intentar derribar monstruos con sus joystick cada día, también corren y juegan en los recreos, calles y plazas, que manifiestan sus afectos según la personalidad de cada uno, niños que leen libros (electrónicos o en papel) que les llaman la atención y no los tratan como idiotas o enemigos.
Debería dar más miedo que crezcan sin esa experiencia y las herramientas que pueden adquirir en ella. En juegos de estrategia como World of Warcraft o League of Legends no puedes andar por ahí sin una misión, sin mapa de orientación, sin información, sin objetivos y sin aliados.
La realidad de lo posible nunca está más allá sino más acá, no está del otro lado, sino de este. ¿Por qué no, en vez de prohibir el uso de computadores y juegos virtuales, poner atención a ellos, comprenderlos en su especificidad y utilizarlos en todo su potencial? Porque no se trata tampoco de utilizar las nuevas tecnologías para hacer lo mismo que haríamos sin ellas: sería como usar un prezi para que los niños sigan copiando de la pizarra. Si hablamos de fomentar la creatividad y el pensamiento no lineal o divergente, debemos ser creativos nosotros mismos y abrirnos a estas nuevas experiencias, entender que no son nuevas para los niños, sino parte natural de su entorno más inmediato, y en vez de considerarlas una distracción reconvertirlas en un elemento más de su empoderamiento del mundo, su propio epic win.
En vez de negar la realidad podemos plantear su transformación, su modificación activa con herramientas efectivas. Esa es una misión que padres y educadores deberíamos promover. Y no hay nada que entusiasme más a un niño que una misión donde él pueda ser el héroe.
Comentarios
20 de octubre
El texto aparece cortado, falta la primera frase:
«En Septiembre se anunció públicamente que en China utilizarán el juego audiovisual Angry Birds en clases de preescolares…»
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20 de octubre
Buenísima mirada integradora.
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21 de octubre
ese es otro juego lol
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22 de octubre
Yo a los 28 años me pregunté, después de 5 días de tratar de descifrar un acertijo en The Legend of Zelda… Que tienen los video juegos que me gustan tanto? Llegué a muchas respuestas, pero la que más me identificó fue que en el momento en que ese «YO» recorre ese mundo fantástico, luchando, descubriendo, creando herramientas, ocupando mapas, brújulas, armas, me desconecto por completo de la realidad y por algunas horas yo soy ese personaje que evoluciona a medida que consigo logros, que recorre un mundo, que a pesar de que muchas veces sea de fantasías, representa bastante bn el mundo real… Lleno de obstáculos, de batallas contra titanes, de acertijos, de toma de decisiones, incluso uno tiene la oportunidad del ensayo y error, para estar realmente preparado para el siguiente desafío… Excelente artículo! Un abrazo
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24 de octubre
Muy interesante. Debemos caer en cuenta de lo vertiginoso que está resultando el cambio en las nuevas generaciones y rescatar lo positivo, que es mucho… así es que a liberarnos de los prejuicios e ideas preconcebidas.
Mis felicitaciones y gratitudes.
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26 de octubre
El problema es que los niños y los adultos estamos invadidos de tecnología que nos absorbe, los niños se ponene sedentarios no se conversa ni los adultos entre ellos y menos con los niños.
Hoy abundan en Chile los niños pequeños con retraso en el lenguaje y los padres deben acudir a fonoaudiólogos para estimular el lenguaje…
Cuando sean adultos deberan usar la tecnología ,
pero DEJEMOS QUE SEAN NIÑOS CORRAN SE SUBAN A LOS ARBOLES Y SEAN ELLOS MISMOS :::::
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