si los ciudadanos no somos capaces de unirnos y organizarnos para buscar una salida democrática a la crisis, podríamos vivir momentos muy dramáticos
A propósito de la tremenda debacle institucional que estamos viviendo por los escándalos de corrupción política y económica evidenciados en los casos Penta, Caval, Soquimich y quizás cuantos otros más aún no destapados. A propósito del preocupante futuro inmediato que se avizora, por la crisis de credibilidad y confianza en la clase política y la instituciones del país, la que desbordó todos los márgenes comprensibles y aceptables. Se vienen momentos que pueden ser más complicados aún, porque si los ciudadanos no somos capaces de unirnos y organizarnos para buscar una salida democrática a la crisis, podríamos vivir momentos muy dramáticos con soluciones peores que el daño ya causado, como podrían ser:
1. Acuerdos cupulares cocinados en la cocina de los mismos de siempre que han estado en el poder en los 25 años post dictadura y que están involucrados en los casos de robos y corrupción.
2. Oportunismos populistas del tipo Parisi, Farkas, etc, que serían la opción pseudo democrática levantada por los que se denominan apolíticos y ciertos sectores de derecha que saben que es la única forma que tienen de volver al poder. Signos que se evidencian de forma incipiente en las redes sociales y los medios de comunicación masivos, principalmente TV.
3. Asonadas militares que se levantarían con la justificación de vacío de poder y la obligación de instaurar el orden ante la explosión social que evidentemente va a ocurrir en adelante. Esta sería la peor de las soluciones, ya sabemos lo que ocurre cuando los militares se toman el poder, cuyo principal propósito sería detener los cambios que los ciudadanos demanden e impulsen.
4. Podrían haber otras soluciones intermedias, un poco de esto y de lo otro, típico de nuestro país, en que se hace todo a medias y se utilizan las socorridas premisas de justicia en la medida de los posible o soluciones a la chilena.
A mi parecer, la única opción realmente democrática para superar la actual crisis de corrupción y credibilidad, debiera comprender que se investigue a fondo todos los casos de corrupción, que se imponga la verdad, que se sancione a todos los culpables, que se ha ga justicia y que dejen sus cargos todos los involucrados.
Aquello sólo será posible con una auto convocatoria del pueblo, conformación organizada de los ciudadanos, con el rol de ser protagonistas de las soluciones y de las propuestas de cambio.
Una auto convocatoria que genere un amplio movimiento de indignados por la transparencia y los cambios en la política chilena, se podría asemejar guardando las proporciones de la distancia y las diferencias lógicas, con el movimiento «Podemos» que se ha generado en España.
Los requisitos de ingreso a este nuevo “Movimiento por la Transparencia Política y los Cambios” debieran ser al menos los siguientes:
1. No militar o dejar de pertenecer a los actuales partidos políticos tradicionales o cualquier otro actual, superar los viejos conglomerados del duopolio político.
2. El otro requisito, quizás más importante que el anterior, es que quienes participen de este movimiento no estén ni hayan estados involucrados en ningún delito o proceso de corrupción política y/o económica.
Finalmente, quienes participen en este “Movimiento por la Transparencia Política y los Cambios”, deberían necesariamente coincidir en un conjunto de puntos mínimos de acuerdo en favor de cambios institucionales, políticos, económicos y sociales, algunos de los cuales debieran o pudieran ser los siguientes:
* Asamblea Constituyente para generar una nueva Constitución Política.
* Reformas electorales y políticas que modifique el actual sistema.
* Reforma previsional que termine con las AFP y el sistema privado de administración.
* Reforma de salud que termine con las Isapres y el traspaso de recursos públicos para la salud privada.
* Reforma educacional que releve la educación pública, la calidad, equidad y gratuidad de la educación y ponga fin al traspaso de recursos públicos para la educación privada.
* Reformas laborales profundas, que le proporciones reales derechos laborales y de negociación colectiva a los trabajadores y favorezca la sindicalización.
* Descentralización y desconcentración del Estado.
* Participación ciudadana.
Podrían quedar afuera algunos de estos puntos o incorporarse otros que se considere más prioritarios. Lo importante es que de aquí en adelante los ciudadanos y el pueblo organizado sean protagonistas de los cambios.
Comentarios
05 de abril
Colocaría a la búsqueda de democracia
(modificando la Constitución para ello),
y su medio de ejercicio,
(tal como la creación de una Cámara Ciudadana Digital)
en primer lugar,
antes que una A.C. …
De hecho, mucho antes, para que la A.C. sea democrática y no la fragua de la extrema izquierda…
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05 de abril
Gracias por comentar mi artículo, tal como señalo al final.
«Podrían quedar afuera algunos de estos puntos o incorporarse otros que se considere más prioritarios. Lo importante es que de aquí en adelante los ciudadanos y el pueblo organizado sean protagonistas de los cambios».
Las soluciones pueden ser esas u otras, lo único irreemplazable es que deben ser participativas y democráticas.
Una Asamblea Constituyente debe ser representativa de todos los sectores de la vida nacional, no tiene porque ser instrumento de un solo sector.
Un abrazo.
Patricio Ruiz
05 de abril
La derecha duopolica está preocupada; de hecho intenta llegar a un acuerdo que reasegure la gobernabilidad ante los cuestionamientos ciudadanos surgidos por los casos de corrupción más notorios; también por la inoperancia y el desprecio hacia los más pobres demostrada con la catástrofe en el norte,etc. Nos hablan de respetar la honorabilidad de las personas, de presunción de inocencia aunque para Marcel Claude y para tantos otros ésta no existe; de que dejemos actuar a las instituciones y de otros disparates. Pero, la crisis de credibilidad se produce porque el sistema político, sus leyes y la Constitución no sirven: son disfuncionales a las demandas de la mayoría.
A los trabajadores y estudiantes desde el movimiento social nos corresponde organizarnos políticamente para construir el nuevo Chile, participando y denunciando que la falaz “transacción” democrática iniciada en los ’90 nos condenó a grandes calamidades, de que la casta política- empresarial no puede trabajar por un país justo porque son neoliberales. Por lo mismo, ni siquiera entienden lo que es el bien común porque sostienen un capitalismo depredador que predica la santidad del capital, incluso que los derechos humanos son relativos frente a los intereses de la élite. Ya no hay espacio para vacilaciones: Asamblea Constituyente Autoconvocada.
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05 de abril
Gracias Alfredo por tu comentario, es un análisis bien certero de lo que ha sido el devenir de nuestra pseudo democracia, la que en si mismo no tiene los mecanismos para castigar el fraude y la corrupción, menos construir soluciones a la tremenda debacle que estamos viviendo.
Comparto tu mirada que solo el pueblo, ciudadanos organizados y autoconvocados podremos proponer y construir los cambios.
Un abrazo
Patricio Ruiz
06 de abril
Gracias a ti Pato Ruíz. Se agradece que entre tantos artículos de pobre calidad de vez en cuando aparezca uno como el tuyo, de los que vale la pena leer y comentar. Saludos.
01 de octubre
hermano la we loca hermano weon weon
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