¿Por qué Europa invierte tanto I+D+C en su red ferroviaria? ¿Por qué México se ha volcado a la recuperación de los ferrocarriles y ha anunciado la construcción de nuevas líneas? ¿Por qué China está tan obsesionada con conectar sus grandes ciudades con trenes rápidos y modernos? Porque su buen funcionamiento facilita el desarrollo.
Ahora que terminan las vacaciones y las responsabilidades van borrando los recuerdos veraniegos, se podría suponer que las malas experiencias en el ámbito de la movilidad de los ciudadanos al recorrer el país se olvidarán. Puede ser que así sea, pero también es cierto que la rutina no hará desaparecer estos molestos síntomas que como un bucle crónico monopolizarán la palestra cada vez que nos vuelva a incordiar, empañando nuestros planes de escapada. Los aeropuertos colapsados, el mal servicio de las líneas aéreas, la inseguridad de los viajes en bus, los embotellamientos en las autopistas, etc., son todos problemas que requieren inversión, planificación y una mirada de futuro. Pienso en una solución integral que beneficie al país en su totalidad, que podría desatascar muchos escollos funcionando paralelamente a los servicios existentes (ya mejorados): renovar nuestro sistema ferroviario.
En Latinoamérica desde hace décadas que comienza el desmantelamiento de las líneas ferroviarias. Se ha demostrado que sin soporte público, su privatización sólo asegura un paulatino pero efectivo abandono. Las razones que explican esta dinámica son numerosas. Una de ellas es la falta de inversión y mantenimiento. También está la extensión del modelo de privatización del transporte urbano al transporte transnacional, el lobby de las grandes compañías del transporte aéreo, terrestre y las empresas que poseen las concesiones de las autopistas nacionales. Lo que ha sucedido con las líneas Calama-Uyuni y Arica-La Paz, ambas entregadas a manos privadas y ambas abandonadas por supuestamente encarnar la pesadilla del empresariado, que es inversión y déficit, es un ejemplo de lo mal que se han hecho las cosas, pero un detalle en la gestión actual de la línea Calama-Uyuni para la minería demuestra que el tren no es tan caro, lento y anacrónico como nos suelen contar nuestras autoridades (y que el servicio de pasajeros no es inviable, es sólo una distracción del interés comercial). Si fuese así, nuestra vigorosa industria del mineral no usaría el tren como transporte de mercancías. La seguridad en el trayecto, la fluidez del proceso y el costo del servicio, hacen que el ferrocarril no tenga competidores.
¿Por qué Europa invierte tanto I+D+C en su red ferroviaria? ¿Por qué México se ha volcado a la recuperación de los ferrocarriles y ha anunciado la construcción de nuevas líneas? ¿Por qué China está tan obsesionada con conectar sus grandes ciudades con trenes rápidos y modernos? Porque su buen funcionamiento facilita el desarrollo.
Chile es un país ideal para este tipo de proyectos. Es largo y estrecho, las líneas ya están trazadas y planificadas, y el abandono de sistema ferroviario aún no es completo e irrecuperable, aunque la inversión que significaría revivirlo es cuantiosa para un país como el nuestro.
¿En qué nos beneficiaría? En primer término, es una alternativa más las ya existentes y mucho más atractiva, obligaría a los demás servicios a esmerarse en ofrecer mejores precios y mejor servicio.
En un segundo término, despejaría las carreteras y autopistas del molesto transporte de mercancías, el pavimento estaría en mejor estado, la red vial sería infinitamente más segura y rápida.
Además está el factor ecológico: es el medio de transporte más limpio de todos. No debemos olvidar el valor turístico: es un transporte que se integra al paisaje, que hace del desplazamiento en grandes distancias algo más placentero.
Respecto de la seguridad, como el transporte aéreo, es un medio de fácil control y monitoreo (esa es una razón de peso de la nueva apuesta mexicana por el tren, las carreteras en comparación son ingobernables). En España por ejemplo, muchas personas prefieren viajar de Madrid a Barcelona en AVE (trenes de alta velocidad) porque va desde el centro de la ciudad de procedencia al centro de la ciudad de destino, evitando los costes de ir al aeropuerto, los molestos trámites aeroportuarios. En un tren se puede leer, caminar, ir a la cafetería, en un trayecto casi sin sobresaltos. Muchas personas en Europa optan por vivir en pueblos o ciudades cercanas a las ciudades principales por que existen los trenes de cercanías que ofrecen un servicio más modesto pero mucho más barato.
Hace pocos días, el presidente de una famosa línea aérea española ha criticado a la empresa estatal de ferrocarriles RENFE por bajar los costos de sus pasajes, ha dicho que es “competencia desleal”. Claro, desleal con los intereses particulares del empresariado pero leal con el ciudadano. El día que en Chile el transporte dejó de ser un servicio para ser un negocio, no imaginamos todos los dolores de cabeza que nos traería. Difícil es hoy encontrar un remedio, aunque no imposible, sólo hay que aprender de los errores y de los ejemplos que funcionan.
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Foto: Claudio Sepúlveda / Licencia CC
Comentarios
24 de febrero
Carlos: Comparto totalmente tu entrada, creo, al igual que tú, que el Tren es la única respuesta ante las incomodidades del transporte por bus, especialmente por las muertes que han ensangrentado las carreteras privadas. de este País. Pero, en el Chile de hoy manda el Capital privado.
+3
24 de febrero
La instalación de un sistema de transporte revolucionario (porque ya se nos olvidó el ferrocarril que fue cambiado por negociados a favor del transporte por carretera) requiere de una transparencia que no existe en Chile. Sería como instaurar energía solar, o subsidiar las bicicletas. Mientras el chileno promedio trabaje para aumentar su riqueza y no para su comunidad, las trabas a cambios radicales son muy dificiles de pasar. Y con razón, porque aquel que trabaja para su comunidad en un principio, se da cuenta posteriormente de la mentalidad imperante en la región y no queda más que continuar por cumplimiento propio a la constancia, o irse a pensar en acumular capital personal y ser menos soñador para con el bien común. El planteamiento del ferrocarril al parecer no soporta ni soñadores ni ejecutivos, sino que al parecer soporta visionarios. El problema es que el visionario para poder ejecutar acciones en su norte, necesita el soporte de capital mientras en sus visiones se debate. Bienaventurado el visionario heredero, porque el interés compuesto soportará sus bosquejos de un futuro por cierto incierto y a muy largo plazo, muy distinto a lo imaginado.
…y entonces Elden Tyrell, mirando a través de su cortina spintrónica el bello atardecer sobre Los Angeles contaminada y terminalmente hermosa, tuvo la visión de un asesora del hogar multipropósito y creó a Rachel.
Esto pasa por leer a Deleuze a pedazos en la noche.
Uno debiera leer a pensadores nacionales.
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