Chillán y Chillán Viejo están próximos a cumplir un mes en cuarentena total para frenar los contagios de Covid-19, junto a ello se implementó a nivel país el salvoconducto para restringir las salidas. Sin embargo, cabe decir que ha sido un total fracaso, puesto que día a día vemos registros audiovisuales de un centro chillanejo lleno de compradores como un día normal, realizando filas donde no se respeta el metro de distancia.
La cantidad de contagiados ha ido variando cada vez, y se han dado a conocer cifras de nuevos casos desde los 10, 24 y hasta 82, siendo una escalera impredecible, tenemos sospechas de contagios que superan los cinco mil, pues han tenido contacto con los más de 600 positivos, en ellos podemos encontrar más pacientes por coronavirus.
Chillán, como metrópoli ñublensina, registra la mayor cantidad de casos, por lo que ha tenido mayor atención donde incluso el Presidente Piñera junto a los Ministros de Salud y Defensa, Mañalich y Espina respectivamente, volaron hasta la capital regional con el fin de inspeccionar un vacío PAME instalado en el Estadio Nelson Oyarzún, todo esto alejado de la prensa, cuyo registro de esta visita son publicados por la Intendencia a través de redes sociales.La visita de Piñera era una oportunidad para observar las fallidas medidas autoaplaudidas, el descontrol de una población chillaneja sin conciencia de la situación y que ha agolpado las calles con su presencia.
Al día siguiente, en el informe diario emitido por el MINSAL, Mañalich sostuvo un apresurado levantamiento paulatino de cuarentena para Chillán, ya que los números de nuevos contagios fueron bajos, todo con el fin de un regreso de la mano de obra al trabajo, recordemos que en pandemia la prioridad gubernamental es la economía.
El viaje exprés realizado por el Gobierno fue un desperdicio absoluto. Era la oportunidad de revisar la situación real que vive nuestra región, debía visitar la verdadera cara del coronavirus que está en el centro de la ciudad capital, en el hospital Herminda Martín (donde el personal de salud realiza malabares para el cuidado tanto de pacientes como el personal) y, dejando de lado el centralismo portaliano, visitar las comunas aledañas de nuestra región que a gritos pide la existencia de medidas de protección dirigidas a ellas.
Tenemos a Yungay, Bulnes y San Carlos registradas como las comunas con mayor cantidad de contagios, y en las 17 restantes las cifras van en alza, allí los pequeños CESFAM y sus funcionarios hacen esfuerzos enormes por protegerse y atender los casos que permanecen en aislamiento; los municipios, dentro las limitadas facultades que les permite el gobierno, casi por instinto de supervivencia toman acciones para tranquilidad de los pobladores, o estos últimos recurrieron a cerrar por cuenta propia el paso hacia ellas como se hizo en Cobquecura.
Tenemos un Ministro de Salud que contradice sus palabras, ante cualquier variabilidad en las cifras hacía un llamado a no sacar conclusiones si la curva está aplanando o no. Por lo visto, sobre la situación en la Chillán el Gobierno está concluyendo en levantar la cuarentena, a pesar que las cifras son variables cada día, como se mencionó anteriormente. Aquí es donde deben entrar en juego nuestros «representantes» en el parlamento e intervenir en la toma de decisiones que tome el Gobierno ante nuestra situación, donde se necesita seguir con una cuarentena más estricta y expandirla a más comunas.
La visita de Piñera era una oportunidad para observar las fallidas medidas autoaplaudidas, el descontrol de una población chillaneja sin conciencia de la situación y que ha agolpado las calles con su presencia, mientras tanto las abandonadas comunas hacen sobresfuerzos para cuidar a su gente.
Estamos frente a un triunfalismo de un Gobierno ciego, que se pasea sin ver la realidad de nuestra situación.
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