La abstención, en suma, supone confrontar al régimen político con sus promesas vacías y evidente podredumbre y al mismo tiempo significa un llamado a la unidad, es una convocatoria a las personas y organizaciones a tomar una opción política a unirnos a favor de las justas demandas que como pueblo Chileno poseemos, es reivindicarnos como los verdaderos demócratas
El país ha visto retraído su centro de gravedad política. Desde las masivas movilizaciones por una nueva educación hasta este «aparente» estado de normalidad democrático con ocasión de las elecciones municipales. La verdad es que transversalmente, todos los dirigentes políticos del país se niegan a asumir la realidad del despertar del pueblo Chileno. Es más, sólo intentan con estas elecciones obtener el “anhelado” reordenamiento interno y con ello amparar su agónico sistema político. Esperan que el “ejercicio democrático y cívico de votar” supere lo que llaman “crisis de representación”, pero aquí no existe esa tal crisis, aquí hay una crisis del régimen político entero impuesto hace 20 años. Así las cosas retorcieron el real propósito de las elecciones, esto es, escoger libremente a uno de los nuestros, del pueblo. A cambio deciden entre ellos los “representantes del pueblo” y utilizan las elecciones para dividirnos, confundirnos y sacarnos ventaja.
A pesar de esto, todos sabemos que las conclusiones ofrecidas por los partidos políticos tradicionales son absolutamente erradas. Basta simplemente que miremos la realidad: son “ellos” los que no quieren educación gratuita y de calidad para todos, quienes no quieren aumentar los sueldos, quienes no quieren resolver el problema de la salud, de la vivienda, etc. Sin embargo, la convicción que albergamos el conjunto de la población respecto de un urgente cambio real es correcto y acertado. Por tanto, hoy debemos elegir entre: conservar y avalar este régimen antidemocrático, moribundo, ahogado de farsas, traiciones e ineptos ó avanzamos en la construcción de la unidad y organización de todo el pueblo para dirigir nuestro propio destino.
Nosotros optamos por la última y hoy el “acto político de la Abstención Activa” facilita el inicio de este camino, en tanto evidencia claramente que son ellos, los políticos, los que asumen una posición negativa. Son ellos quienes no creen en nosotros, en la democracia, son ellos los que lucran, los que no cumplen sus promesas. Toda persona honesta sabe que esto es así, de modo que abstenerse es de hecho cumplir con un deber cívico, es tomar posición pero, en contra de quienes nos niegan nuestros derechos, los mentirosos, mediocres e ineptos. La abstención, en suma, supone confrontar al régimen político con sus promesas vacías y evidente podredumbre y al mismo tiempo significa un llamado a la unidad, es una convocatoria a las personas y organizaciones a tomar una opción política a unirnos a favor de las justas demandas que como pueblo Chileno poseemos, es reivindicarnos como los verdaderos demócratas. Finalmente una aclaración necesaria para los políticos fatalistas e hipócritas: no tenemos nada en contra de las elecciones. Al contrario, exigimos nuestro derecho concreto y real a elegir: la educación gratuita, salud de calidad, trabajo y sueldos dignos, una justicia verdadera, la defensa de los intereses y riquezas nacionales y el derecho de decidir nuestro destino. Pues bien, lo absurdo hoy sería permitir que el viejo orden continué Lo sensato, inteligente y prudente es hacer un cambio radical. Esta es nuestra convocatoria, nuestro deber.
Comentarios
28 de octubre
Estimado, si todos entendiéramos lo mismo por la abstención sería más fácil tomar decisiones al respecto, pero el problema es que es una mezcla de motivaciones entre el desencanto, la flojera, indiferencia social,entre otras
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28 de octubre
Válida tu postura, pero lamentablemente la abstención en el voto voluntario se mezcla con la flojera y la desidia. Tú quieres cambiar por completo el sistema, pero entre quienes no votaron hoy están los que les da lo mismo que siga todo igual.
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