No hemos sido capaces de discutir la violencia de la propia ley, su rol impositivo, y el origen de facto. La cobardía predomina, entre quienes apuestan por cambios con estabilidad, y entre aquellos que resguardan sus intereses con la mezquindad de siempre, sea de izquierdas o derechas.
No condeno la especialización del saber sino la falta de incentivos en la educación, en todos los niveles, para dialogar sobre asuntos transversales, independientes de la especialización arbitraria de los saberes.