Ahora es cuando el trabajo de la construcción del poder popular, el estudio y el trabajo tendrían que ser prioridades para la izquierda española. Existe una responsabilidad para con los españoles, con los militantes y con un continente que los juzgará por eficiencia no por ideales.
A comienzos de este año nació el partido político PODEMOS que en las elecciones de finales de mayo del Parlamento Europeo logró 5 diputados entre 54 escaños. Esto supone que en España surgió una cuarta fuerza política detrás del Partido Popular, Partido Socialista Obrero Español, Izquierda Unida. Lo que además logra que en 4 meses un grupo, que en su mayoría son jóvenes de izquierda conquisten 5 cupos parlamentarios lo que a todas luces es un éxito electoral y popular.
En España desde la caída del dictador Francisco Franco ha gobernado el bipartidismo del Partido Popular (derecha política) y el Partido Socialista Obrero Español (Socialdemócrata). Algo similar a lo que parte de la población chilena plantea respecto de su país cuando señala que después de la dictadura de Augusto Pinochet y los Chicago Boys empezó el duopolio de lo que por un lado era la UDI, Renovación Nacional y por otro la Concertación de Partidos por la Democracia.
Pero ambos países tienen sus particularidades que acentúan ácidamente la ausencia democrática. En España impera una Monarquía Parlamentaria y en Chile, la república del fin del mundo, las elecciones de ambas cámaras del parlamento no ofrecen oportunidad a fuerzas políticas contrarias al modelo constituido en el país por la existencia del sistema electoral binominal. Lo que ha llevado a la izquierda de ambos países a concluir que existe una casta política que han gobernado a favor del sistema neoliberal, que como sabemos, ha llevado a las sociedades y naciones a rotundos fracasos.
Pablo Iglesias Turrión asume como líder del nuevo movimiento que articuló fuerzas del 15M, aquel movimiento de indignados que llenó grandes avenidas en España, las que esperemos no se dejen vaciar. El dirigente de 35 años militó desde sus primeros años en agrupaciones de izquierda y en el último tiempo dirigió el programa televisivo alternativo La Tuerka donde lanzó dardos a la corruptela española. Desde allí logró su actual categoría de figura pública. En PODEMOS existen otros referentes como es el caso de Juan Carlos Monedero quien fuera asesor personal del Comandante Hugo Chávez, quien se suma a una larga lista de jóvenes con hambre de generar cambios en la España del siglo XXI y los años venideros. Aunque la juventud sea la característica en la nueva cara de la política española, dicha condición no ha restado la posibilidad de que izquierdistas de edad avanzada participen en la tolda morada como Carlos Jiménez Villarejo, compañero que fuera abogado por los DDHH en la dictadura franquista.
Pero Iglesias y compañía no están solos en los diagnósticos que ha formulado respecto al Estado español, no, existe otro conglomerado de partidos y movimientos políticos que generan lo autodenominado como Izquierda Unida. Es verdad que en regiones como Andalucía la IU ha logrado acuerdos con el PSOE lo que podría generar desánimos en eventuales alianzas programáticas pero IU ha restado apoyo a las alianzas con la socialdemocracia compartiendo el panorama que vislumbra PODEMOS de que en España existe una casta ineficiente. Por lo tanto el ser humano se alimenta, crece, recrece con errores y derrotas lo que permite que la izquierda abra las puertas a todos los militantes que están dispuestos a sudar y a soportar dolores por los cambios que la sociedad partiendo por las clases bajas clama con un vozarrón que no nos puede dejar sordos sino que debe despertarnos de pesadillas de corte capitalista. En todo caso queda en manos de los españoles y españolas abogar por la unidad de los militantes de las causas justas promovidas por lo de los que se sitúan en la izquierda del espectro político global.
Ahora en los días que el bipartidismo interpela dramáticamente a Pablo Iglesias, a quien no creen sincero, son conocidos las múltiples veces que le han exigido al diputado que se pronuncie respecto a vigencia de la Revolución Cubana y la Revolución Bolivariana como de la organización del País Vasco y Libertad (ETA). Iglesias ha respondido hasta las más escandalosas injurias como las de que está financiado ilegalmente y de que su proyecto es el comunismo. Deberá seguir respondiendo según dicte su conciencia pero si pretende generar un proyecto de izquierda tendrá que poner ojo en respetar la legitimidad de los procesos revolucionarios de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, entre otros, que son originales y constitutivos de la fuerza que él representa.
Ahora es cuando el trabajo de la construcción del poder popular, el estudio y el trabajo tendrían que ser prioridades para la izquierda española. Existe una responsabilidad para con los españoles, con los militantes y con un continente que los juzgará por eficiencia no por ideales.
—
Imagen
Comentarios