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Sí, volvió la democracia consociativa

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Sin duda la imagen sobre la firma del Protocolo de Acuerdo sobre la Reforma Tributaria, donde aparecieron todos los timoneles de la Derecha, miembros y presidentes de partidos de la Nueva Mayoría, en donde estaban acordando este documento junto al ministro Alberto Arenas, nos recordó tiempos pasados de políticas y acuerdos que se anunciaban con bombos y platillos (o con los brazos en alto), pero que en la actualidad han sido totalmente criticadas.

No quisiera referirme en especial al contenido de este protocolo, mi referencia va directamente hacia lo que el titular de este documento menciona: el retorno de la democracia consociativa.

Andres Allamand, en la prensa, luego de haber suscrito mencionado documento, decía lo siguiente: «Lo que ha ocurrido esta semana, es objetivamente el retorno de la política de los acuerdos», y qué duda cabe, si lo ha planteado el principal promotor de este tipo de pactos durante los gobierno de la Concertación.

Lo declarado no es causalidad ni mucho menos un cliché para la prensa, es el fiel reflejo de lo que creímos que se había retirado, y que hoy tiene más vigencia que nunca: el sistema electoral binominal.

La democracia consociativa ha tenido crisis durante la historia política post-dictadura de nuestro país, pero esencialmente porque el avance de los movimientos sociales y la conciencia ciudadana, ha ido destruyendo esta linea que se estableció entre las necesidades de un Chile más despierto y una élite queriendo siempre resguardar la «estabilidad». Es por ello que detrás de los argumentos que declararon los firmantes de este protocolo, sea principalmente la «estabilidad de la económica chilena y de nuestro país», el principal fundamento para haber cedido ante las solicitudes y presiones de diferentes grupos políticos y/o económicos.

Pero debemos cuestionarnos entonces: ¿qué hace que una gran cantidad de jóvenes, sectores políticos y sociales, critiquen tan duramente este acuerdo?

Quizás parecerá pretencioso dibujar la respuesta, pero sí se puede describir algunos hechos que han demostrado las contradicciones de este conglomerado.

Durante el año 2013, en plena campaña presidencial y parlamentaria, la candidata de la Nueva Mayoría, estableció y discurseó ante cientos de miles de compatriotas, la necesidad de contar con un congreso para Michelle. Esto hacía referencia a la necesidad de romper con aquellos quorums constitucionales que se necesitaban superar -por cantidad de miembros de la coalición- para aprobar aquellos cambios que están en nuestro programa (reforma al binominal, nueva constitución).

Una vez habiendo tenido una de las elecciones parlamentarias más exitosas de la historia electoral de las alianzas políticas de centro-izquierda, la Nueva Mayoría habría triunfado en el ballotage hasta lograr una fuerza electoral preponderante en ambas cámaras del Congreso. La algarabía manifestada por los adherentes, encegueció a varios. La praxis les dio una fuerte dosis de realidad con la firma de este protocolo.

Para lo anterior, sigamos impulsando los cambios, pero tengamos en consideración y más claro que nunca, que ha retornado la democracia consociativa. Nuestro desafío es jubilarla para siempre, dando paso al nuevo ciclo que Chile decidió vivir: un país más democrático, participativo e inclusivo.

Y es que varios se olvidaron de la vigencia del sistema binominal y sus efectos en nuestro sistema político. ¿El principal?: la sobrerrepresentación de las minorías en el Congreso. Es por esto que, según las mismas declaraciones de personeros de la Nueva Mayoría, este acuerdo sería un avance para la aprobación de siguientes reformas constitucionales o de aquellas que necesiten de quorums calificados más altos que los que actualmente pudiese alcanzar la Nueva Mayoría.

Pero esta columna titula «El retorno de la democracia consociativa», porque mientras aún tengamos instituciones que atenten contra el gobierno de las mayorías electas, no podremos avanzar en el desarrollo de nuestro sistema político e institucional. Me refiero a dos grandes baches que tienen estos desafíos políticos: uno, al Tribunal Constitucional con su facultad del control preventivo sobre diferentes normas jurídicas que se aprueben en el Congreso, donde puede vetar o atentar contra proyectos aprobados democráticamente; y dos, sobre el binominal y los efectos que ha provocado en la consolidación de la democracia consociativa en Chile.

El Chile de hoy, es un Chile mucho más atento, despierto y crítico. Más allá de la particularidad de las demandas especiales, nuestra ciudadanía demanda un desarrollo del modelo democrático, un avance real del gobierno de las mayorías, un cambio desde un «modelo estabilizador» hacía un «modelo participativo».

Hagamos de la actividad parlamentaria y política, una actividad atrayente a todos los sectores. Que el Congreso sea la clara evidencia  de la diversidad de la sociedad chilena, de las mayorías y minorías, y no la garantía estabilizadora para estas últimas. No pasemos retroexcavadoras, pero hagamos lo que es en esencia la democracia, y no la negación de su naturaleza misma.

Para lo anterior, sigamos impulsando los cambios, pero tengamos en consideración y más claro que nunca, que ha retornado la democracia consociativa. Nuestro desafío es jubilarla para siempre, dando paso al nuevo ciclo que Chile decidió vivir: un país más democrático, participativo e inclusivo.

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Foto: yoinfluyo.com

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David Eduardo Devoto Aracena

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3 Comentarios

Cristóbal

Los últimos días hemos visto el rostro real de la derecha, con clara voluntad de obstaculizar el programa de gobierno de la Nueva Mayoría en lo que toca relación con sus bolsillos. Y no podría ser de otra forma; defienden sus intereses de clase de forma casi instintiva.

No podemos esperar este mismo instinto de parte de una coalición variopinta.

Aquí hay una oportunidad para el gobierno y los movimientos sociales para articularse y conseguir mutuo apoyo por los años siguientes. También queda tiempo para que la izquierda del Todo o Nada entienda la necesidad de hacerse parte constructivamente del proceso que estamos viviendo.

ddevoto

ddevoto

Cristóbal, pero este nuevo Chile que queremos dibujar debe ser inclusivo y leal, primero con aquellos que forjamos que hoy estemos en el Gobierno.

maria eugenia mejia manzano

La retroexcavadora nunca existió; una lesera de Quintana para aparentar rudeza y embolinarnos. la derecha-empresariado tienen el poder, otra cosa -menor-es ganar elecciones. Las frases en negrita son lindas, pero no nos dice cómo jubilar la «democracia consociativa»,si hemos probado todo lo democrático. Los estudiantes pueden seguir marchando eternamente, es divertido. Quizás,seguir rompiendo el binominal,pero es tan lento,me entristece no tener ese tiempo. Pero bien,David,me agradaste.

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