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Nueva Ley de Educación Pública: victoria de la privatización endógena

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Por: Miguel Stuardo Concha

El día 4 de octubre el congreso aprobó la Ley de ¿Nueva? Educación Pública. En mi opinión, se trata de la victoria política de la privatización endógena de los sistemas públicos de educación (1), llevada a la práctica por la derecha, la centro izquierda chilena y los empresarios escondidos en influyentes ONGs. El documento de la ley consagra una toma de decisiones directiva y autoritaria y cierra cualquier posibilidad de respaldo legal a visiones democráticas de la educación pública. Es decir, esta ley hace que la educación pública se parezca más a una empresa privada, en donde una cúpula directiva designada externamente al establecimiento tomará las decisiones, ordenará, dirigirá, contratará y gestionará el destino profesional de los educadores y la trayectoria educativa de los clientes. Además perpetúa la actual subordinación de estatus y el desempoderamiento contractual de los docentes, al mismo tiempo que consagra los privilegios del director de establecimiento y crea nuevas figuras jerárquicas como la de Director Ejecutivo y Director de Educación Pública. Chile tendrá la educación pública menos democrática del mundo. La ley sí ha desmunicipalizado, cuestión necesaria por la pobreza ética de algunos políticos que han sido alcaldes y sostenedores. Pero se ha aprovechado la petición ciudadana para implementar medidas de privatización endógena y minar las posibilidades democráticas de la educación pública. ¿Qué movimiento ciudadano ha marchado por más privatización endógena? 

Más dirección y directivos, menos democracia en la educación

En la ley se profundiza el modelo de autoritarismo gerencialista, habitual en empresas cuyas cúpulas directivas desean mantener sus privilegios y controlar estratégicamente a la organización y sus trabajadores, sobre todo en cuestiones de decisiones administrativas. Este modelo empresarial de autoritarismo gerencialista se replica en la educación pública. ¿Es más eficiente? Claro, es más eficiente desde el punto de vista del control y la construcción de una visión hegemónica, ya que de esta forma, cuando hay problemas o disruptores benignos, se tienen la herramientas sancionadoras o protectoras (por ejemplo, despido), pero nefastamente dañina desde el punto de vista de la participación democrática, de la diversidad ideológica y del respeto a la dignidad, el bienestar y el estatus del resto de los profesionales. La educación democrática practicante es la única que permite construir ciudadanos democráticos de sentido fuerte. Algunos artículos del proyecto de Ley que profundizan el autoritarismo. Ver por ejemplo el Art. 21, Art. 62.

Se perpetúa la subordinación de estatus y el desempoderamiento de las/los docentes

En cuanto a las/los docentes, la ley mantiene el estatus de subordinación y desempoderamiento de esta profesión. Y conserva los privilegios directivos en la toma de decisiones. Ver por ejemplo el artículo referido al Consejo de Profesores, el Art. 12.Se define al Consejo de Profesores como una instancia que solo puede participar opinando y no tiene injerencia vinculante en la toma de decisiones del centro educativo. En el contexto organizacional de contratos frágiles y considerando que quien tomará la decisión final de contratación de las/los docentes serán los Directivos de cada establecimiento, el modelo de desempoderamiento de los trabajadores en general se aplica aquí a los docentes de la educación pública. Una máquina afinada muy eficaz en hacer desaparecer del sistema a las/los docentes críticos con el sistema público y de su dirección y en suprimir la diversidad de visiones ideológicas. Hay otros aspectos problemáticos, desde la mirada de justicia social en la educación que defiendo que no me detendré a analizar en esta columna.

Un apunte sobre la estrategia empresarial nacional y global de privatización endógena impulsada a través de ONGs

Quiero expresar que este proyecto de ley endoprivatizador no es fruto de la casualidad, sino de un trabajo estratégico de organizaciones y redes empresariales-académicas no democráticas, apoyadas por empresas privadas deseosas de formar trabajadores dóciles, con las competencias necesarias para que puedan ser mal pagados en sus sistemas de producción. Estas organizaciones aparentemente transversales y movilizadas por un supuesto consenso, dirigidas principalmente por ingenieros probando suerte en la educación, y usando los recursos económicos aportados por empresas interesadas en conservar y profundizar un modelo endoprivatizador de educación pública, se han apoderado del espacio de la sociedad civil y se han infiltrado en el aparato Estatal. En estas condiciones de asimetría de poder, la participación es muy desigual y la política educativa parece capturada por los intereses de los emprendedores del comercio. El caso más evidente y relacionado a esta ley es el de Educación 2020, organización incubadora de la ley, que ha apoyado públicamente el proyecto y que ha celebrado su aprobación como un éxito [ver imagen destacada]. Esta organización privada ha sido fundada por el ingeniero Mario Waissbluth, y es de público conocimiento que anteriormente estaba dirigida por la actual Ministra Adriana Delpiano, quien ha llevado al Ministerio a varias personas de confianza que formaban parte de esta organización. Esta estrategia de influencia empresarial en la política educativa margina a otros actores con menos recursos y menos poderosos de la sociedad civil. Este problema no es exclusivo de Chile, sino también en otros lugares de Latinoamérica, como por ejemplo, en Brasil, como ha investigado Erika Moreira Martins en su libro «Todos pela Educacao. Como os empresários estão determinando a política educacional brasileira».

Por último, plantear una pregunta para despertar la conciencia política sobre este problema de gobernanza y toma de decisiones asimétrica: ¿Quién está tomando las decisiones en educación en Chile? ¿Quiénes están escondidos detrás de los discursos de cientos de Ongs privadas en Chile? ¿Por qué ninguna reforma mejora el desempoderamiento de las/los trabajadores de la educación y de los estudiantes? ¿Nos interesa continuar con la privatización endógena de la educación pública?

Chile tendrá la educación pública menos democrática del mundo. La ley sí ha desmunicipalizado, cuestión necesaria por la pobreza ética de algunos políticos que han sido alcaldes y sostenedores. Pero se ha aprovechado la petición ciudadana para implementar medidas de privatización endógena y minar las posibilidades democráticas de la educación pública.

Por mi parte, yo quiero una educación pública, pero una que garantice la participación vinculante de las comunidades educativas en todos los asuntos que les afecten, que no desempodere ni menoscabe el bienestar de los profesionales en nombre de la eficiencia y la eficacia, y una educación que contribuya a la promover valores democráticos y para la justicia social pluriversal. No quiero una educación pública no democrática dirigida desde Santiago, con una toma de decisiones jerárquica, que solo contribuya al enriquecimiento de unos pocos, a la aculturación de los pueblos originarios y al desarrollo económico mediante un proceso injusto.

(1) «Ball y Youdell definen privatización endógena como: » […] privatización que involucra la importación de ideas, técnicas y prácticas del sector privado con objeto de hacer el sector público más comercial o más parecido a un negocio.»

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10 Comentarios

Jose Luis Silva Larrain

Creo que sus ideas son jutamente las que nos han llevado a esta desastroza educación publica hecha por paradismas ideológicos y fracasados. Le suguiero abra un poco la mente:

http://www.elquintopoder.cl/educacion/la-absurda-campana-por-educacion-publica/

Saludos

    escuelas1

    escuelas1

    Gracias por comentar. ¿La educación es una ciencia apolítica en su opinión?

    escuelas1

    escuelas1

    Y otra pregunta: ¿Le interesa que la educación sea democrática?

    Jose Luis Silva Larrain

    Le agradezco la deferencia y respondo. Todos tenemos posturas políticas pero creo que la educación es una actividad tan trascendente para una sociedad que debiese ser siempre mucho mas trascendente que el partidismo político o visiones ideológicas, intentar darle un color político es degradarla a un simple “adoctrinamiento politico” y eso debiese considerarse una bajeza para un buen educador.

    Si, creo que debiera ser tan democrática como la definición misma de democracia, o sea debe respetar ante todo el derecho ciudadano a elegir la educación de sus hijos, si se fija bien es la esencia del artículo que pegué en mi comentario anterior.

    Saludos cordiales

clado

Como lo que me interesa es transformar lo que ocurre con nuestros hijos en las escuelas, me es singularmente ejemplificador encontrarme con dos claras muestras del intento por que LA ESCOLARIDAD se mantenga lejos de la posibilidad de que sea abordada PROFESIONALMENTE.
Es evidente que para que esto suceda es necesario comprender cabalmente que existe una evidente “diferencia” entre lo que se entiende como la educación y lo que se entiende por escolaridad.
En el contexto de la diferencia de sentido lyotardiano, la única pregunta pertinente que formula el autor es “¿Por qué ninguna reforma mejora el desempoderamiento de las/los trabajadores de la educación y de los estudiantes? La incierta lógica de la pregunta es apropiada para moverse en el diversismo propio de lo que fortalece la permanencia de los problemas en las aulas donde estudian nuestros hijos e hijas.
Al poner la escolaridad como si fuera la educación, tanto en autor de este comentario como el lector que comenta anteriormente, recurren a una terminología que es propia de la visión ideologizada de la educación (de lo que ambos parecen acusarse) ¿Alguien puede garantizar que la calidad requerida por todos es propia de “una educación democrática” o de una determinada “forma de financiar la educación”?
Algo huele mal en todo esto, pero es claro que mientras menos profesional y menos riguroso sea el tratamiento de la escolaridad, más incierto es el futuro que se puede augurar para nuestros hijos en las aulas escolares.

    escuelas1

    escuelas1

    Gracias por comentar. En este texto cuando se habla de educación nos referimos a la educación formal en etapa escolar, lo que usted bien llama escolarización. Interpreto de su comentario de que los profesionales de la educación son técnicos asépticos de visión ideológica. Creo que está en un error al dar por supuesto que ideología y profesionalidad son cuestiones separadas o que no se tocan. Educar en la escuela no es una cuestión de mera transferencia de información, sino que también comunicamos y co construimos visiones del mundo y damos relevancia a unos valores por sobre otros. Por lo tanto, considero que su planteamiento que propone que la categoría de profesionalidad excluye ideología está incompleto y nos induce a pensar erróneamente que los profesionales pueden apartar su ideología al momento de trabajar o que las políticas educativas son cuestiones meramente técnicas o científicas. Como promotores del pensamiento crítico consideramos que debemos hacer visibles las ideologías detrás de los discursos y leyes y analizar los efectos sociales. Son los efectos sociales y su relación con las visiones personales y colectivas lo que nos ayuda a distinguir entre una y otra ideología. Nosotros defendemos la construcción de sociedades democráticas y consideramos que la escuela es donde aprendemos a participar democráticamente en la vida social. Por eso, para nosotros el autoritarismo es un problema.

    clado

    Don Miguel:
    La libertad para pensar y expresar lo pensado está por encima y “antes” de los derechos; es más bien parte constitutiva del ser. Lo que sí comparto es que la intolerancia ideologizada la escabulle y solo puede tratar de evitarla, pero nunca ha podido: ese es su fracaso. Es claro y evidente que, cuando se decide que es posible “… construir ciudadanos democráticos de sentido fuerte.”, se impone la pregunta ¿serán democráticos si se les tiene predefinido el futuro y se les niega a priori, también la posibilidad de que ellos mismos sean quienes lo construyan, en “SU” propio futuro?
    Mi tema son nuestros hijos y lo que les está haciendo (voluntaria o inocentemente), el “sistema educacional vigente” que comúnmente es referido como “la educación” Lo que estoy afirmando es la diferencia entre eso, (“la educación” donde el individuo es negado a priori), y una escolaridad donde el elemento fundacional es el individuo-no dividido: la diferencia es inconmensurabilidad manifiesta.
    Ambas entidades, es eso lo que Ud. no acepta, son dos entidades diferenciables y no la misma cosa; entonces su argumento sólo puede usar suposiciones de lo que es “esa otra” escolaridad, reconstruida sobre el reconocimiento del individuo como centro y fundamento de una pedagogía profesional y especializada también para otra nueva escuela: esto hace posible pensar la posibilidad de cambiar “el modelo educacional” vigente y lo que de él conocemos. El futuro de nuestros hijos también es inalienable.

Agustin Delgado

Creo que el proyecto de ley esta bien encaminado. Se debe dar atribuciones directivas y correctivas a quienes dirigen los establecimientos para que puedan sacar adelante sus instituciones. Lo demás, empoderamiento, democratizar sala de clases, etc. Solo es crear tumulto y atentar contra lo que debe ser la sala de clases escolar: un centro de educación. Para lo otro está la Universidad y el hogar.

    escuelas1

    escuelas1

    Gracias por comentar. Las atribuciones directivas ya están en desarrollo hace mucho tiempo, antes de esta Ley. Estas ley solo las conserva. ¿No parece haber mejora mucho el sistema, no cree usted?

    clado

    Don Agustín, ¿podría Ud. ser más explícito respecto de «… lo que debe ser la sala de clases escolar: un centro de educación. «? También sería interesante que explicitara en qué horizonte comprensivo está Ud. cuando afirma «Para lo otro está …,» ¿qué es lo otro para Ud.? ¿Por qué parece q