Estos últimos días se ha hablado de la situación de nepotismo en el gobierno, no tan solo el actual, sino también los pasados, pero ¿Qué significa esto realmente?
Analizando la situación, podemos darnos cuenta que en Chile no existe objetividad de contratación y esto incluso bajo el concepto de “alta selección pública” en donde las personas rara vez pasan del análisis curricular, porque en la realidad, los puestos de selección vienen arreglados previamente, es un tema difícil de hablar y reconocer, pero que hay que afrontarlo. Existe corrupción en la contratación hasta de personas.
Nuestro país se ha enfocado en la cultura de conocer a alguien, y ese alguien a otro alguien y así llegar a la validación curricular para obtener una fuente laboral.
¿Qué esperanza real de surgimiento tiene una persona que no posee el mal llamado pituto?, ¿estamos con esto dando paso a la sociedad del cesante ilustrado?
Las estadísticas hablan de un alto porcentaje de personas que no encuentra trabajo en el área que estudió, y que malamente se terminan convirtiendo en mano de obra barata, siendo aun calificados, también se habla de que precisamente los jóvenes son los más perjudicados, sobre todo cuando a una persona recién egresada de una universidad o instituto profesional se le exige experiencia, haciendo hincapié en que la serie de publicaciones laborales que se encuentran disponibles, se exige un año de trabajo previo como mínimo, es francamente irrisorio.
Sumado a lo anterior, es precisamente esa poca renovación, bajo motor laboral y la necesidad de trabajar, la que lleva a los adultos jóvenes a aceptar trabajos muy mal pagados para la calificación que presentan, además el hecho que pidan foto o llamen a entrevista para ver la presencia personal es algo que solo se da en Chile, que te pregunten por tu familia u origen, es impensado en países desarrollados; por ejemplo en Alemania la contratación se rige por trayectoria académica, antecedentes objetivos, ni siquiera apuntan a la referencia de sexo o edad, sino que se centran básicamente en el análisis de datos, de cuanto se puede aportar sea al ámbito público o privado, y precisamente ni hablar de familiares directos en altos cargos públicos, porque eso por probidad administrativa y trasparencia no existe.
En Chile propiamente tal, el gran motor educativo y la alta producción de profesionales, nos ha llevado a descubrir que cada vez más nos afianzamos más al mal llamado pituto, las personas participan en política o religión como una manera de hacer nexos, y validan estas malas prácticas, del sálvese quien pueda, métodos que serán más efectivos que seguir perfeccionándose, estudiando, compitiendo intelectual o manualmente, porque conocer a alguien privilegiado es en estricto rigor una carta mas valiosa que estudiar, esforzarse y cumplir al pie de la letra una educación formal con todo lo que ello implica, ya que al salir a buscar pega, lo relevante es de dónde vienes y a quién conoces y quien puede meterte a trabajar en tal o cual sector.
En Chile propiamente tal, el gran motor educativo y la alta producción de profesionales, nos ha llevado a descubrir que cada vez más nos afianzamos más al mal llamado pituto, las personas participan en política o religión como una manera de hacer nexos, y validan estas malas prácticas
Para que hablar de la discriminación que sufrimos las mujeres en edad fértil, diferencia salarial, etc.
Con todo lo anterior, podemos preguntarnos si como sociedad validamos esto, ya que incluso el mismo gobierno se escuda en los 600 mil votos de diferencia que obtuvo por sobre la centro izquierda en la última elección, ¿no debería esta legitimidad motivarlos para cambiar los parámetros de contratación y llevarnos así al verdadero desarrollo?
Chile podría llamarse un país de fe, esperanza y señales, y cuando estas son erradas, solo llevan al pesimismo, cosa sabida por las grandes elites que conocen que un trabajador descontento es una cuota decadente de producción, y que nuestro actual sistema está haciendo es generar pobres con conciencia de la realidad país de enorme desigualdad social, situación que podría ser una bomba de tiempo.
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Juan M
El pituto es innegable y no se ira al exilio en Chile, puedes haber estudiado en la mejor universidad, pero si nadie te conoce, estas frito. Cuando egresé de la universidad y empece a buscar trabajo encontré el muro de Berlín y el de los lamentos, los compañeros que lograban ingresar a una gran empresa terminaba metiendo a todos sus amigotes, fui testigo de ello. Me preguntaban si tal docente me conocia y si tal pajarraco me recomendaba, tienen claro que ningún académico de mi universidad te la iba a dar, no, chao no mas.
Lo peor que si te puede pasar es tener apellido mapuche y ser profesional, sin pituto estas jodido. Cuando trabajé de junior me pasaban el cacho de destruir miles de currículum en la picadora, el jefe de RRHH miraba las fotos, los apellidos, la comuna y el colegio de donde venías, a veces el instituto o universidad. Si la candidata era estupenda quedaba, si el candidato era caucasico quedaba. Yo ni idea como pase colado, pero debe haber influido porque me recomendó un abogado donde mi mama trabajaba como nana y me conocía, lo malo, es que cuando saque mi titulo universitario no hubo nadie que me apitutara, pero tuve suerte que llegue a una empresa sueca y quede contratado……apitutado por un ex compañero que se fue a Codelco.