A propósito del natalicio del premio Nobel de Economía Milton Friedman es importante reconocer su gran contribución y legado en torno a las ideas de la libertad y también su gran aporte al ser uno de los primeros liberales en reconocer la pérdida de la guerra contra las drogas. El precursor de la Escuela Monetarista de economía de la Universidad de Chicago señalaba que América tendría la mitad de prisiones, la mitad de reclusos, diez mil homicidios menos al año, barrios urbanos en los que habría una oportunidad para gente pobre que viviría sin temer por sus vidas, ciudadanos que podrían ser respetables que son ahora adictos no convirtiéndose en criminales para obtener su droga, pudiendo obtenerlas con garantías de calidad.
Es importante así recordar que desde que Richard Nixon le declaró la guerra a las drogas, el mundo se tornó mucho mas complejo. La guerra contra las drogas ha sido una política que se ha perdido en diferentes términos, políticos, sanitarios y económicos. Esto porque ningún esfuerzo diplomático, militar ni económico ha sido contundente para acabar con las drogas y menos con la disminución de su consumo. Informes de la World Drug Report de la Organización de las Naciones Unidas demuestra que, a pesar del esfuerzo de los gobiernos, el consumo de drogas no ha disminuido, sino que al contrario ha aumentado, y en este caso Chile no es una excepción somos uno de los pioneros en el consumo de sustancias ilícitas, somos el tercer país de América líder en consumo de Marihuana y Cocaína.
Sumado a esto, estadísticas de la Subsecretaría de Prevención del Delito, han indicado que hemos pasado de 10.000 personas detenidas por infracción a la ley de drogas en el año 2002 a casi 85.000 aproximadamente en el 2011. Son cifras realmente preocupantes teniendo en cuenta que a nivel país solo en 2010 el Estado de Chile gastó en la “guerra contra las drogas” la suma no menor de 350 millones de dólares no trayendo consigo este gasto notables caídas en el consumo de drogas y menos de detenidos.Debemos reconocer que la guerra contra las drogas se ha perdido, millones de dólares desechados a la basura sin que nuestro país tenga algún beneficio. Hemos pasado a tener cada día mas consumidores, mas adictos y muchos consumidores encarcelados.
Tenemos que pensar que este problema a nivel mundial ha sido tratado como una política militar y de seguridad y no como un problema sanitario de Salud Pública. Es que el enfoque debiera estar no en la restricción, debido a que, por regla general, el mercado negro hará lo suyo como lo ha sido desde que Nixon comenzó su encrucijada contra las drogas. Al contrario, el enfoque debe estar en la la prevención, limitación del consumo y la rehabilitación. Todo esto acompañado con políticas de Despenalización progresiva y Regulación de ciertas sustancias con altas tasas impositivas que nos permitan destinar fondos para prevenir y educar efectivamente en los colegios a nuestros niños y tratar a los adictos. Debemos igualar ciertas sustancias al alcohol y el tabaco, que al igual que otras drogas como la cocaína, provocan muertes en cifras no menores de 1 persona cada 10 segundos a nivel mundial.
Aquí es importante señalar el valor que tiene para los liberales el cambio de paradigma en como se debe afrontar una Política de Drogas Moderna, entre los que impulsan y apoyan esta idea están intelectuales como Mario Vargas Llosa, e investigadores de gran renombre como Juan Carlos Hidalgo del Cato Institute o Klaus Schimdt-Hebbel del Instituto de Economía UC e Incluso ex presidentes de la República como Ricardo Lagos y Fernando Henrique Cardoso. Es importante señalar que la Política de Drogas es una discusión netamente de Libertades pero también y no en menor medida de Políticas efectivas para cuestiones técnicas.
Debemos reconocer que la guerra contra las drogas se ha perdido, millones de dólares desechados a la basura sin que nuestro país tenga algún beneficio. Hemos pasado a tener cada día mas consumidores, mas adictos y muchos consumidores encarcelados. Es aquí donde los Estados y Chile en especial, tienen un desafío enorme en cambiar el paradigma en como afrontamos mediante políticas publicas no sólo la marihuana y la cocaína, sino que también otras drogas que no las reconocemos como tal que son un flagelo aun mas latente en nuestro país como el alcohol, el tabaco o la misma azúcar que según estudios y en palabras del responsable de Salud de la ciudad de Amsterdam, capital holandesa, Paul Van Der Velpen, es la droga más peligrosa de nuestra historia.
Comentarios
08 de agosto
Considerando la experiencia de la legalización de las bebidas alcohólicas me parece hasta sospechosa la actitud de las autoridades del mundo de no legalizar las drogas ya que con ello, igual como sucedió con el alcohol con ello se evitaría el tráfico ilegal y la consecuente delincuencia y criminalidad asociada, amen de otros males asociados que son fáciles de apreciar. Sugiero que, para partir, legalicemos la marihuana y la cocaína.
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