Una vez más, este domingo 31 de marzo el Movimiento #NoMásAFP convoca a su tradicional marcha familiar por las calles de Santiago y el resto del país. En un contexto en el cual la Superintendencia de Pensiones (SP) informa el promedio imponible de los cotizantes del sistema de pensiones en una cifra de $853.482, lo cual genera, evidentemente, en gran parte de la y el chileno de pie una burla, pues tal como presentó la Fundación SOL en los resultados de su estudio “Los verdaderos sueldos de Chile”, en la cual evidencia que el 50,6% de los trabajadores de Chile ganan $380.000 o menos y solo el 15,3% tiene un salario superior a $850.000. Cuando se exponen las cifras y estadísticas, es imposible no traer a la memoria la frase: “Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona” de Nicanor Parra. Para que tome nota, Señor Ministro Nicolás Monckeberg, y no celebre tales cifras en los medios de comunicación y redes sociales. Aunque dudo que usted no sepa lo que significa promedio, sino que más bien no le interesa la realidad de gran parte de las y los chilenos.
Por otra parte el Presidente Sebastián Piñera se reúne junto a la DC y PPD para avanzar en la ley corta de pensiones, en la cual plantean que se caracteriza por introducir real competencia en las AFP, mientras existe la disposición a aumentar la cotización de forma gradual, una palabra que ya es costumbre en la escena política nacional, a un 15,5%. Concentrado el tira y afloja en el pilar solidario, pues para Fuad Chahin y Heraldo Muñoz la urgencia está en aumentarlo e incorporar, para este último, una mesa transversal de expertos, la cual propone esté compuesta por los exministros Alvaro García y Rodrigo Valdés, más el senador Ricardo Lagos Weber y el diputado Tucapel Jiménez. Cobra relevancia lo planteado por Luis Mesina: “¿Quién avala este gobierno, qué autoridad sería, qué académico serio que no tenga conflictos de intereses y que por debajo no le estén pasando dinero de las AFP”.
Y.. ¿Quién cubre el pilar solidario?, todas y todos a través de los impuestos, pues si el interés de fondo es abrir la discusión en torno al sistema de pensiones en nuestro país, es imposible no caer en la Reforma tributaria que busca llevar a cabo el gobierno, pues se nos vuelve a cargar a nosotros mientras a las grandes empresas se les libera para que generen mayor inversión y puestos de empleo, entendiendo como un favor emplear, como si con el esfuerzo de trabajadores y trabajadoras no abultaran sus arcas.
El 50,6% de los trabajadores de Chile ganan $380.000 o menos y solo el 15,3% tiene un salario superior a $850.000. Cuando se exponen las cifras y estadísticas, es imposible no traer a la memoria la frase: “Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona”
El gobierno y su intención de generar puentes con la oposición pone la tensión en el aporte individual a través de la cotizaciones, por su parte los intentos de la oposición al resguardar y aumentar el pilar de fondo solidario niega la matriz de la discusión y las riquezas acumuladas por las Administradoras de Fondos de Pensiones e invisibiliza el rol que ha tenido el Movimiento No más AFP estos últimos años, donde ha sido capaz de instalar en la discusión pública el dolor que sufren las y los más viejos en este país. Debido a que nuevamente ofrece un panel de expertos, como suelen resolverse o más bien maquillarse los pilares heredados de la dictadura, una vez más de espalda al país. Deberemos, en este sentido, evidenciar nuestra fuerza movilizadora, lo que en palabras de Raquel Gutiérrez caracteriza a los movimientos sociales “la capacidad colectiva de intervenir en asuntos públicos a partir de la movilización social caótica y enérgica que impugnaba y desbordaba el aparato institucional de la democracia procedimental neoliberal”.
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Javi-Al
Pienso que este es un cuento chino, es fácil romperse la cabeza para tratar de solucionar el problema, al no encontrar solución, generamos el cuento chino. Es fácil cargarse los fondos de millones de chilenos, y hacer una repartija con muchos invitados, pasarla muy bien y luego ¿que?. ¿Le pasará los fondo a esas fundaciones ideológicas que cita para que los administre?, ¿se lo pasará al estado para que se lo engulla?, o le otorgará derechos amplios sobre los fondos a la directiva de la organización «ciudadana» que impulsa el «nomás».
¿Es ético hacer trabajar a los jóvenes y a los inmigrantes para pagar la borrachera?. No será mejor romperse la cabeza pensando en el «cómo» evitar que esos fondos desaparezcan por arte de magia, en el «cómo» mejorar la rentabilidad y evitar pérdidas, en «cómo» controlar el capital y hacerlos partícipes de las pérdidas, y «cómo» ayudar a aquellos compatriotas que realmente no pueden juntar sus lucas. (ah, y también en el «cómo» hacer que junten platas los flojos y pillos que no quieren juntar nada y esperan confiados que el estado, es decir nosotros, les paguen la vejez).