Las galopantes cifras de la pandemia Covid-19, en las principales regiones de Chile, ha generado una serie de interrogantes acerca de la estrategia sanitaria. El establecimiento de prolongadas cuarentenas y el confinamiento masivo de la población, parecieran no ser suficientes para reducir la tasa de contagios. Un aprendizaje que le ha servido también a otros países, es que una exitosa campaña de vacunación, no basta para impedir que se siga propagando el virus. Nuestra etapa actual, demuestra que estamos lejos de cantar victoria. Reducir la movilidad es una parte, lograr una más eficaz estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento, es algo fundamental. De lo que vivimos en el territorio de la zona extrema, Magallanes, podemos aportar también algunas enseñanzas. Al cabo de un año de confinamiento en base 1 y fase 2, logramos pasar a fase 3, y en localidades más pequeñas, a fases superiores. Con una exitosa y masiva vacunación, seguimos entre las regiones con más bajos casos. Sin embargo, nuevamente están surgiendo focos de contagio, en los mismos lugares que hace un año atrás. También se empieza a producir la multiplicación de eventos de reuniones sociales, y fiestas si respetar aforo. Muchos tememos, que se vuelva a producir la misma escalada de 2020.
[texto_destacado]Por lo pronto, resulta imprescindible replicar experiencias exitosas de prevención, implementadas en los sectores esenciales. Particularmente en el sector construcción. El establecimiento de controles preventivos, aplicación de test de antígeno. El cual se obtiene su resultado en escasos minutos, ha sido un elemento fundamental para evitar los focos, en las áreas productivas. Pero esta estrategia, requiere no sólo, el apoyo de las autoridades, para que pueda ser replicado en toda actividad laboral, que se este desarrollando. También requiere del compromiso de los empleadores y sus trabajadores. La colaboración es esencial. Y esa voluntad de aportar a la seguridad sanitaria de todos, de la comunidad, se debe demostrar cada día, Respetando horarios de toque de queda, aforos máximos, distancia física, y por supuesto uso de mascarilla y lavado de manos. Pero también, al momento de entregar información fidedigna y completa a las pesquisas sanitarias. Lo vimos acá en Magallanes el año pasado, cuando estábamos en el peak de contagios. Las personas Covid positivas, informaban como máximo dos contactos estrechos. Se ocultaba la información de las demás personas, por temor a perjudicarlas. Una pésima lectura de la realidad. Y una irresponsabilidad, no sólo consigo mismos, sino con sus familias y entorno cercano.
Dentro de todo este escenario de preocupación, hay esperanzas. No sólo en la construcción despliegan esfuerzos, también lo ha hecho la minería, el sector acuícola, la agricultura. Por su parte la autoridad del trabajo ha aportado aclarando las facultades que dentro de la pandemia Covid tiene el empleador. En concreto, se reitera su obligación de adoptar todas las medidas necesarias para proteger la vida y salud de sus trabajadores. Se establece que el empleador en cumplimiento de esta obligación, puede disponer la toma de muestras PCR, para catastrar contagios en el ámbito laboral. Siempre y cuando se respete los derechos fundamentales de los trabajadores. Esto resulta muy importante, para la tranquilidad y seguridad de los trabajadores. Asimismo, en los sectores esenciales de la economía, se ha implementado un programa de vacunación Covid, que ha tenido una excelente acogida entre los trabajadores. Y huelga decir, que promover la vacunación de todos los trabajadores y trabajadoras, resulta imprescindible, si aspiramos a superar esta etapa de la pandemia.
Con toda seguridad, en las próximas semanas seguiremos con cifras altas de contagios a nivel país, por lo que debemos seguir esforzándonos cada quien desde su lugar y de su área, para hacer un aporte positivo, para aliviar a los demás. En lo que respecta a nuestra región de Magallanes, debemos insistir en una conducta de responsabilidad. No podemos volver a repetir los errores del año pasado. Sectores altamente intensivos en mano de obra, en faenas de temporada, deben extremar cuidados, tomar los test PCR y test de antígenos antes de iniciar faenas. Y catastrar periódicamente a la totalidad de sus trabajadores. Por otra parte, quienes incurren en infracciones a las prohibiciones y restricciones sanitarias, deben ser sancionados como corresponde. Pero desde ya, que reciban la sanción de una sociedad indignada con justa razón.
Aún nos queda mucho por recorrer, pero desde otros continentes, nos llegan luces de esperanza. En Israel, ya han retornado a las actividades normales, lo único que está detenido es el transporte aéreo internacional. Después de un masivo y acelerado proceso de vacunación, han reducido a niveles mínimos los contagios. Tan es así, que ya se autoriza circular sin mascarilla, y sin distanciamiento físico.
Aún estamos, muy lejos, de llegar a eso, pero lo podemos lograr, y esperamos que todos quienes ejercen una actividad pública, los líderes de opinión, y también a los ciudadanos y ciudadanas, que esperan representarnos en las elecciones de mayo próximo, se unan en este clamor. Pedir responsabilidad, colaboración, respeto. La solidaridad ahora, tiene rostro, nombre y apellido, son los miles de trabajadores y trabajadoras sanitarios, que se la están jugando toda, por salvar vidas. No debemos fallarles.
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