A través de conversaciones informales y entrevistas formales, he podido entender que la única o principal forma de organización obrera en la zona es aquella del sindicato.
La sindicalización está limitada a aquellos y aquellas trabajadoras con contrato fijo, que además se encuentren trabajando en empresas con un número mínimo de trabajadores. Eso excluye a los subcontratados o a los contratados por faena, quienes a la sazón componen el 60% de la masa labora trabajando directamente en la industria del salmón (centros de cultivo, plantas de procesamiento). Así, sólo el 40% de los trabajadores de la industria del salmón, es decir 10 mil trabajadores y trabajadoras son potenciales miembros de sindicato.
Al parecer: a la ausencia de condiciones para la sindicalización, no se produce organización alguna.
Existen y han existido escasos incentivos para la sindicalización u organización de los trabajadores subcontratistas o contratados por faena.
Durante la época de alza de la industria del salmón, algunas posiciones específicas podían ser bien pagas en relación con el nivel de trabajo requerido (es el caso de los buzos). En otros casos, a pesar de las condiciones laborales deplorables y la alta accidentabilidad, existía una alta demanda de trabajadores y trabajadoras, permitiendo cierto margen de elección para estos últimos. Por último, aún cuando no fuera ni el uno ni el otro el caso, particularmente en el caso de Chiloé, la entrada de una sección de la población al circuito de consumo y crédito generaba grados de dependencia y satisfacción en relación al trabajo en las salmoneras.
Sin embargo, con la crisis del virus ISA, muchos centros del cultivo y plantas suspendieron actividades o simplemente cerraron. Ello conllevó despidos masivos así como la reducción radical de contratación de mano de obra. Los centros de cultivo fueron relocalizados en la Región de Aysén -y potencialmente también en Magallanes-, y se mantuvieron en la Región de Los Lagos sólo ciertos cultivos (salmón Coho, truchas) y las plantas de procesamiento. Esto produjo escasez de puestos de trabajo.
La práctica de confeccionar y aplicar "listas negras" se intensificó. De este modo, cualquier relación previa con el movimiento obrero en la zona implica NO tener empleo: o no se contrata o se despide a la persona.
Sumado a lo anterior, la degradación ambiental y la reducción considerable de la cantidad de recursos marinos, además del abandono de las actividades agrícolas tradicionales, ha llevado a la población a privilegiar un puesto en la industria, a pesar de la temporalidad, de las malas condiciones laborales, de los bajos sueldos.
Las características y composición de los y las trabajadoras de la industria son importantes para entender el tema de la organización obrera en la zona. A continuación, presento algunos elementos que vale la pena analizar.
La industria del salmón es relativamente joven en Chile. A pesar de haber sido traído desde inicios de siglo XX, el salmón sólo se convierte en cultivo y producto industrial desde los 1980s. De este modo, da para decir que a pesar de ser un caso paradigmático de aglomeración o cluster industrial, todavía está en proceso de consolidación, y las prácticas y standards en lo relativo a las condiciones laborales aún no se estabilizan.
Un buen número de la fuerza laboral de la industria es relativamente joven, es decir entre 18 y 40 años de edad. En este sentido, son fuerza laboral nueva y relativamente inexperta en materias de organización sindical, un área de conocimiento y experiencia popular muy debilitada después de 1973 y los años de dictadura y luego de la Concertación.
Un caso especial es el de las mujeres subcontratadas o contratadas por faena: a ellas se las tiende a elegir mayores de 40, para minimizar los "riesgos" de embarazo. En el caso de Chiloé, esto es consistente con lo anterior, como muestro en el siguiente punto.
Una buena proporción de la fuerza laboral en la industria no tiene experiencia previa de trabajo asalariado. Esto es particularmente cierto en la Isla Grande de Chiloé, y en especial entre los Huilliche. Previo al establecimiento de la industria salmonera en la isla, la forma y medios de producción y consumo eran de auto-subsistencia, con experiencias de trueque y solidaridad comunal, y comercio a micro-escala. Esta experiencia se desarrolló después de +300 años de intercambio y fusión cultural entre Españoles y Huilliche sumado al aislamiento respecto al resto del continente. De este modo, los modos de relaciones sociales de producción de la isla no conocían de la modificación que estaba por venir. Es así como se produce el paso desde campesinado a obrero asalariado.
Sin embargo, es importante reconocer que existen actividades que escapan lo anterior. Este es el caso de los pescadores artesanales y los mitilicultores, quienes sí han han tenido más relaciones y experiencia con formas capitalistas. Así, esta experiencia se suma a una aparente conciencia-para-sí en relación a una conciencia-de-sí como sección de clase distinta, llámese la de trabajador por cuenta propia o micro-empresario en relación a la del campesinado devenido asalariado. Esta conciencia se manifiesta en repetidas movilizaciones, varias exitosas, y en la capacidad para articular efectivamente, aunque sea de modo contingente, una serie de alianzas que les permite alcanzar sus objetivos.
(En este sentido, las experiencias en Ancud y Quellón son claras. A pesar de vincular en varias oportunidades a los trabajadores de las salmoneras, así como también a los desempleados, estas movilizaciones fueron articuladas por los pescadores y mitilicultores, y a las esposas de estos, para defender sus intereses como sección social. Sin embargo, cuando el proceso es el inverso, es decir la convocatoria proviene desde los trabajadores del salmón, la adhesión del mundo de la pesca artesanal y la mitilicultura es pobre. Se ha hecho referencia, en algunas entrevistas, al carácter de afuerinos de los trabajadores del salmón, así como también a una aparente falta de contacto y comunicación entre locales y afuerinos. Por otra parte, la sola temporalidad de las faenas del salmón produce una desvinculación entre el habitante permanente y el trabajador del salmón.)
Los niveles de educación formal en la región no son altos, aunque tampoco son los más bajos. Investigaciones conducidas por el Centro de Estudios de Sociedades en Desarrollo (CSDS) respecto al estado de la democracia en el Sur de Asia (India, Pakistán, Nepal, Sri Lanka, Bangladesh) muestran una fuerte conexión entre apoyo a la democracia, participación política y social -no sólo en términos electorales, pero también a través de asociaciones, sindicatos, acción directa-, exposición a medios de comunicación y educación formal. Mientras más altos los dos últimos, más altos serán el apoyo a la democracia y la participación.
Más aún, la educación política informal es crucial. La institucionalización de cierto régimen político conlleva el aprendizaje del "cómo funciona la maquina", aportando cierto grado de seguridad en torno a los procesos y los posibles resultados, así como también permite el aprendizaje de conocimientos y tecnologías específicas sobre "cómo hacer que las cosas pasen": con quién, dónde y cuándo ceder/hablar/negociar/presionar/golpear. En relación a esto, la investigación mencionada indica que mientras más años se vive en democracia, más apoyo se y valoración se le otorga. Probablemente, este argumento también se pueda relacionar al tema la organización sindical: mientras menos años de experiencia sindical, menos años de valoración del sindicato como herramienta.
Hay un tema, el cual dejo pendiente para una próxima entrada, que me intriga, y es el de la falta de creatividad organizacional. Considerando todos los impedimentos y, en particular, la ausencia de experiencia sindical, así como también de contacto con partidos políticos por buena parte de los y las trabajadoras ¿por qué se sigue procediendo sólo por la vía del sindicato? ¿Por qué no se ha procedido a recoger la experiencia de otros y otras trabajadoras en Chile? En este sentido, hay al menos dos ejemplos que podrían ser considerados: sub-contratistas y contratados por faena en la minería; temporeras de la fruta.
Foto: olmovich / Licencia CC
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