El país ha sufrido una serie de eventualidades que nos ha dejado sin un claro camino a seguir, menos uno fácil. El escenario es complejo, además de la emergencia sanitaria y las consecuencias de esta, está aún latente el descontento que colapsa en el estallido social, el cual se ve acentuado por la crisis sanitaria, problemáticas a las que el actual gobierno no ha sabido dar respuestas claras y coherentes.
En medio de este escenario, nosotrxs, un grupo de cientistas políticos hemos decidido enfrentar una problemática que nos aqueja y que esta gran crisis hace más evidente, ¿Dónde están lxs cientistas políticos?
Para nosotrxs, esta problemática tiene varios ángulos, los cuales al converger dan cuenta de una problemática aún mayor, y que pasamos a revisar a continuación:
Hemos sido testigo de una serie de eventos desafortunados en la política y en la forma de hacer política. Esta ha sido utilizada a modo de beneficio propio o familiar, y no bajo el principio de vocación que postuló hace muchos años Max Weber. Una y otra vez, podemos ver cómo el poder corrompe y ensucia nuestras instituciones pilares. Es posible decir, que muchxs de lxs que se desenvuelven en la política no han sido preparadxs profesionalmente para ella, puesto que, requiere de conocimiento y experiencia, sumado a vocación y compromiso social. Curiosamente, existe un profesional capacitado y formado para ello, sin embargo, los puestos en los que podrían aportar, son ocupados por parientes u otrxs profesionales que a la fuerza del hábito cumplen una función específica perdiendo el valor agregado de un cientista político.
Lxs cientistas políticos son profesionales capacitados para una variada gama de ejercicio profesional, tanto en el espectro público como privado, aunque se nos ve mucho más presentes en el primero. Somos estratégicos, formados para analizar los diferentes escenarios, los actores o agentes que se involucran, un contexto integral, del cual podemos extraer datos exactos, pero también datos subjetivos a los cuales debemos dar cuerpo, generando una nubosidad de información, de la cual creamos claridad y le entregamos sentido, para luego crear un plan de acción a seguir. Lxs cientistas políticos siempre tienen presente todo el escenario. Nuestra formación incluye, muchas veces, miradas de la sociología, economía, filosofía, RR.HH, trabajo social, entre otras, y muchas veces somos omitidos y confundidos.
¿Cómo nos van a encontrar en un mar de profesionales, si no nos conocen o nuestro perfil no es claro? Es vital relevar el perfil laboral, esta esencia estratégica integral que es sumamente valiosa. La problemática que buscamos resolver se origina hace muchos años, inclusive podría decirse, que desde su inicio la problemática estuvo allí: la falta de una definición clara de nuestro rol profesional.
Es decir, por un lado, tenemos una débil forma de hacer política, por otro, la falta de reconocimiento a nivel de empleabilidad de lxs cientistas políticos. Existen puestos de trabajo donde el/la cientista político podría aportar, principalmente en el sector público, pero nuestro principal empleador nos pasa por alto y emplea a otrxs profesionales, no siempre cualificados, y como resultado tenemos una cultura de la política que decanta en la desconfianza.
Lxs cientistas políticos son profesionales capacitados para una variada gama de ejercicio profesional, tanto en el espectro público como privado, aunque se nos ve mucho más presentes en el primero.
Como resultado ha nacido la Red Profesional de Ciencia Política en Chile, una agrupación sin fin de lucro de profesionales de la ciencia política que quiere innovar en la forma de aportar al país, relevando nuestra profesión y sus áreas de desarrollo. Esta organización busca mejorar la empleabilidad y generar debate y contenido a la vez, otorgando valor en cada cargo de desempeño.
Si bien, la carrera de Ciencia Política lleva años consolidándose académicamente en diez universidades del país (Heiss, 2015), actualmente cuenta con una empleabilidad de 59.3% al primer año posterior a la titulación (mifuturo.cl, 2020). Pese a que se están desarrollando magísteres y doctorados, no todxs lxs recién egresadxs en la carrera tienen los mismos recursos para seguir estudiando en su mayoría por distintos motivos, sin poder conseguir trabajo, la situación se torna complicada. Es recurrente en las ofertas de trabajo el requerimiento que sumado a tu profesión poseas una especialización o formación de algún tipo en el área. Por ende, sumado al ya mencionado obstáculo de la falta de ética en la política (i.e. pitutos) y al desconocimiento de nuestro perfil, tenemos un obstáculo financiero (transversal a todas las profesiones), lo cual en la suma, nos genera un círculo hondo del cual surgir.
Criticamos la actual configuración precaria de las relaciones de productividad de lxs profesionales de la ciencia política en Chile. Existe la urgencia de luchar contra la precariedad de la empleabilidad de lxs profesionales, en base a la falta de convenios de inserción temprana en el terreno laboral de parte de entidades universitarias y una ausencia de la cultura profesional de la política, por ejemplo.
En este contexto en que nos encontramos, el mecanismo más factible para promover la empleabilidad, es a través de estrategias que promuevan transversalmente la ciencia política en sus distintas facetas de la sociedad, de forma conjunta y solidaria.
Se hace necesario visibilizar esta disciplina y a sus profesionales ante la institucionalidad pública y el sector privado. Confiamos en que lxs profesionales de ciencia política poseen la capacidad de realizar un gran aporte, en todas las instituciones, de carácter “socialmente constructivo” y “estratégicamente integral” para el fomento de la democracia.
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