Para quienes no saben, la Cuarta Sala de la Corte Suprema es la que trata los temas laborales. Años atrás estuvo presidida por Raúl Patricio Valdés Aldunate, quien llegó a la Corte Suprema propuesto por el Gobierno “socialista” de Michelle Bachelet (el primer gobierno), el 02/10/2006. Don Patricio Valdés venía precedido de haber sido Gerente General de la SOFOFA, director de una AFP (Concordia), entre otras empresas, además representó a los empresarios en la OIT (organización tripartista con representantes de los gobiernos, empresarios y trabajadores). Estuvo de presidente de la Cuarta Sala, donde ayudó, con su voto a favorecer a su gremio. Un hecho que muestra su “independencia” fue cuando, como presidente del Tricel (Tribunal Calificador de Elecciones), tuvo que votar respecto a aceptar, o no, la candidatura a Senador de Luciano Cruz Coke, quien no había renunciado al Ministerio en el plazo estipulado. En aquella votación ganó la opción de rechazar por 4 a 1, donde el único voto de respaldo fue el de Valdés, a pesar de que el plazo estaba vencido.
El efectivo lobby de los poderosos surte efecto. Durante la tramitación de la Reforma Laboral lloraron por todos los medios de prensa.
Bueno, recordado un juez “pro empresa” que nos regaló la actual Presidenta en su primer gobierno, y según señala el dicho “No hay primera sin segunda”, en el segundo gobierno quiere proponer a Arturo Prado Puga. Él es el actual fiscal del BCI, lo que dice que visualiza el mundo desde la empresa. Además la Presidenta le quiere “regalar”, a los trabajadores del país un ejecutivo, que proviene de una gran empresa donde sólo el año pasado tuvo 5 juicios por prácticas antisindicales, ¿quiere que pensemos que, desde su cargo, no estaba enterado? ¿Así quiere “defender” a los trabajadores?
Pero, el gran problema va más allá del nombre, en éste caso Arturo Prado Puga, quien puede ser bajado o no. El problema es que dicho nombre es una clara muestra del perfil que la Presidenta se ha impuesto. Puede cambiar el nombre, pero el tipo de persona buscada será del mismo tipo, por lo que nos espera, gracias a la “ayuda” de Michelle Bachelet, son 5 años más de fallos desfavorables.
El efectivo lobby de los poderosos surte efecto. Durante la tramitación de la Reforma Laboral lloraron por todos los medios de prensa. Pasaron desde una posición de que la reforma era para los sindicatos, a decir que era para los dirigentes sindicales (claro, una vez que entre en rigor la ley, los trabajadores y trabajadoras verán que ella no les conviene, por lo que dejan como beneficiarios a los dirigentes). A pesar de la crítica que los dirigentes sindicales expresaron (y expresan aún) ellos seguían llenando los diarios con quejas de que estaba desbalanceada, o esta otra. Dado que la opinión de los sindicatos no aparecía en la prensa, generaron la idea, y la impusieron, que había que equilibrar. Claro, como la Reforma ya contaba con lo que ellos querían, presionan al Gobierno para que la “arista judicial” les sea beneficiosa, y el Gobierno “cae” en esa trampa (soy optimista) y desnivela la Corte Suprema a favor de los más fuertes.
Gracias por nada, Sra. Presidenta. Los trabajadores no la olvidaremos porque nos ha recordado que sólo la unión de nuestra clase será nuestra defensa, no las leyes ni los Tribunales.
Tomado de Sindicato 3 Isapre Consalud
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