Pocas veces he querido comentar la labor que realiza el INDH (Instituto Nacional de Derechos Humanos) y los defensores de los Derechos Humanos en Chile, pero ante dos situaciones / declaraciones atroces, creo que debo detenerme a reclamar y cuestionar su proceder.
Tengo 37 años, no viví la dictadura directamente, pero ello no quita que el tiempo me haya permitido comprender y empatizar con el dolor de quienes fueron víctimas de estos atropellos y crímenes de lesa humanidad.¿Dónde se puede marchar encapuchado? ¿Nicolás Maduro y Fidel Castro lo permitirían en su democracias? Solo cumpliendo deberes se protegen los derechos.
Ciertamente he dicho y sostengo que la reconciliación sucederá cuando hagamos propio el sufrimiento ajeno, cuando abracemos al hermano chileno que perdió a un familiar que sigue desaparecido, el día en que condenemos duramente a todos quienes, libres de todas moral, sostengan que un nuevo golpe podría restituir el orden.
Pero he aquí un tema, empatizar con el dolor ajeno, no equivale a validar los traumas y, ciertamente detrás de Lorena Fries, Directora del INDH, hay traumas.
Decir sin ningún tapujo que marchar encapuchado no implica la comisión de un ilícito o delito, denota una total inocencia y una completa falta de respeto a la realidad. Señora Fries, ciertamente marchar es un derecho ciudadano y una forma potente de expresar descontento, pero mantener el orden también y quien realice una marcha pacífica no requiere ocultar su identidad. Le creo en los tiempos de las panteras negras o cuando los jóvenes peleaban contra la dictadura, ahí si se arriesgaba la vida. Pero de eso hoy nada y el vandalismo y anarquismo no contribuye a cambiar esta sociedad (por definición se busca perpetuar el caos) y lo que sí genera es dañar a trabajadores de clase media que pierden sus fuentes laborales; es una afrenta a trabajadores a pie que no pueden llegar a sus hogares con la prontitud que esperaban; es un riesgo innecesario que a veces, quita la vida a un inocente.
Señora Fries sea responsable, deje el pasamontañas para el alpinista y no para quien dice marchar por el bienestar de todos.
Otro elemento que me alteró, fue ese tweet que decía: «cuidado que van a registrar los buses que salen de Valparaíso». Señora Fries, un dicho viejo, ¡quien nada hace, nada teme! ¿A quién está advirtiendo? A la asesora del hogar que va del puerto hacia su trabajo, al obrero, ¿a quién?
Créame que no voy a cuestionar si habla del uso excesivo de la fuerza policial. Hasta cierto punto puedo entender la vigilancia de posibles abusos y tampoco voy a dudar (pudiendo) de la gestión de los observadores y tampoco pienso cuestionar su afinidad con la izquierda chilena. Pero sí y categóricamente le voy a pedir que se preocupe más de las víctimas de los encapuchados y no de las justificaciones demagógicas de niñitos que no vivieron lo que usted vivió en dictadura y que ríen cuando destruyen lo que otros construyen con esfuerzo, muy distinto a los idealistas que trabajaron por la democracia que usted no está cuidando.
Reflexión final; aceptando su multiculturalidad y roce internacional que yo aún no tengo ¿Dónde se puede marchar encapuchado? ¿Nicolás Maduro y Fidel Castro lo permitirían en su democracias? Solo cumpliendo deberes se protegen los derechos
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