La militancia en un partido político, de por sí, no suele ser la primera opción cuando uno consulta a sus pares en qué ocupan su tiempo libre. Ahora, si nos consultan por partidos denominados “tradicionales” la búsqueda más bien se parece a una expedición incierta. Somos aún muy pocas las personas que nos dedicamos a esto, que ponemos el alma en la militancia, que vibramos con nuestras organizaciones y con su gente.
En estos días de aprobación (finalmente) del proyecto que despenaliza el Aborto en 3 Causales, forjamos junto a distintas organizaciones una complicidad pocas veces vista. Una coordinación entre el mundo de las organizaciones sociales, asociaciones de funcionari@s, organizaciones feministas y partidos políticos. Lo hicimos con un diálogo franco, no complaciente. Lo hicimos frente a frente y no por Whatsapp. ¿Tiene acaso esto un valor en sí? Claro que lo tiene. Si la desconexión de la antigua Concertación con la sociedad civil marcó profundamente la actual decepción con la política, la crisis de las confianzas. Pero hay una luz de esperanza en volver a construirlas y hacia allá vamos, teniendo claro el adversario. En este punto, el Pastor Soto ayuda bastante a discernir.
Nos enfrentamos una vez más a los conservadores. Y es que a nuestra generación de nacid@s en los 90, que no nos tocó la lucha contra la dictadura y que éramos muy niñ@s para darnos cuenta de los entresijos de la transición esto es una pelea histórica. Estamos viviendo la democratización valórica de Chile. Las luchas anteriores por la filiación, el divorcio y la píldora fueron apenas el comienzo de nuevas luchas. El aborto en 3 causales, el matrimonio igualitario y la identidad de género son las banderas de nuestra épica. Peleas donde resulta muy nítido quienes desean el avance de la sociedad, respecto de quienes desean frenar el avance de la sociedad de derechos.
Las luchas anteriores por la filiación, el divorcio y la píldora fueron apenas el comienzo de nuevas luchas. El aborto en 3 causales, el matrimonio igualitario y la identidad de género son las banderas de nuestra épica. Peleas donde resulta muy nítido quienes desean el avance de la sociedad, respecto de quienes quieren el avance de derechos.
Pese a todo lo anterior, vale la pena. Vale la pena dar la vida por un ideal, por supuesto que lo vale. En los tiempos del individualismo, los proyectos colectivos valen la pena, las alegrías y los esfuerzos. Es más, soy de los que creen que tenemos mucho por lo que luchar, y esas luchas son contra una cultura instalada del miedo al otro, de la desconfianza. Lo vemos en la discusión sobre migración, sobre delincuencia; es la narrativa del desprecio por el otro o la otra. Pero cada discurso tiene su tiempo, llega lentamente la hora en que tengamos que vernos a los ojos, cuestionar cómo vivimos y armar junt@s los puentes al desarrollo. En esa construcción, espero encontrarte a ti que ahora estás leyendo esto.
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Veronica herrera
Cada tiempo tiene sus luchas y las que nos jugamos la vida contra la dictadura en favor de la democracia fue justamente para que uds los jóvenes tuvieran la claridad y valentía de que es posible avanzar con otras banderas. Orgullosa de que el compromiso juvenil sea por más derechos para todos y todas, por un Chile mejor.
Paulo Cañas
Crear puentes hacia el desarrollo y una mejor Calidad de vida reflejada en derechos y reivindicaciones del ciudadano, bien Rodrigo ¡Gran generación la está dedicando su tiempo en pro del progreso¡
Sebastian cocio
100 % de acuerdo contigo compañero , pasó a pasó iremos realizando el cambio con nuestras generaciones futuras
rpoblete13
Sin duda hemos de ser conscientes de la construcción gradual de un país mejor, con avances y reveses, pero con la claridad de que nuestras batallas son hoy posibles gracias a que muchos otros lucharon antes por ir corriendo el cerco de lo posible.
Un gran desafío para los partidos y para las organizaciones es mostrarse como verdaderos interlocutores y como grupos que orientan su acción de manera coherente con sus principios fundantes.
Suscribo tu reflexión.
Ignacio
Tus palabras me hacen retroceder y tratar de entender en el submundo en que estábamos viviendo, está bien el desarrollo toma tiempo y debemos avanzar «piano a piano» por mi parte estoy contento y satisfecho con los pequeños grandes logros que hemos conseguido cada uno desde sus trincheras, como dices tú desde la sociedad civil hasta los partidos políticos, no somos nada ni nadie si no tenemos quienes nos representen y defiendan. Te felicito como la persona que eres y como dirigente político espero que sean estas nuestras cartas las que en un futuro no muy lejano estén tomando las decisiones.
Un abrazo, el amigo de Graneros.
Coca Marley Melinao
Totalmente de acuerdo. Yo también soy militante progresista y estos últimos días han sido de alegría y reflexión justamente porque veo que sumando fuerzas aún somos capaces de transformar la sociedad. Pensé que en el TC perderíamos. Lo mismo pensé respecto al fallo de Dominga. Sin embargo salimos adelante proponiendo nuevos escenarios a partir de las ideas y los valores. Estos triunfos deben servir de aliciente para lo que se viene. Un abrazo desde la Región Estrella, compañer@s!!!
Juan Antonio Guerra Sierra
«vale pena dar la vida por un ideal», bien compañero Rodrigo, como tu dices aun nos queda mucho por que luchar, por seguir construyendo ese nuevo chile que todos queremos!
Claudio
Una muy buena reflexión, dejando claros los objetivos cumplidos, pero por cierto los que quedan por cumplir aún, en la búsqueda de construir un nuevo Chile.