Hace días me pasó algo sobre lo cual quería conversar en confianza; me acerqué al compu y descubrí que a pesar de casi 360 contactos de mensajería instantánea, más de 6 mil followers en Twitter, en ese momento no tenía con quién hablar, porque no necesariamente los que estaban allí –online y listos para interactuar– se comprometerían conmigo en atención total y cariño.
Para la mayoría de esos contactos y followers, ¿qué soy? Una foto, un nickname, una URL, sí. ¿Una persona?… formalmente sí, pero en lo concreto, no necesariamente. Por eso siempre me ha parecido forzada la denomación de "amigos" en Facebook. Esos no son amigos, son contactos.
He visto –y también sido parte– de algunas interacciones online poco amistosas. No lo digo desde la teoría. Resulta fácil –me ha pasado estar de ambos lados– cuando alguien se apura demasiado, profundiza poco y se equivoca. Esas equivocaciones pueden hacer daño. Tras cada nickname suele haber una persona, y tras cada persona, otras. Es escaso lo que sabemos de alguien por su perfil público y aunque haya información, poco sirve si no nos damos el tiempo. Además, aunque leamos todo lo que hay online sobre alguien, no conocemos su contexto, su estado de ánimo en cada momento, y por lo tanto tenemos muy poca idea acerca de cómo leerá nuestras informaciones o acciones online.
Nuestra sociedad, con sus guerras grandes y pequeñas, explotación del hombre por el hombre, clasismo, agresiones y abusos varios, genera ciudadanos con dificultad para valorar al otro, empatizar, cuidar, y hasta quienes intentamos hacerlo mejor nos puedemos equivocar, porque estamos inmersos y vulnerables.
Nuestra forma de vida moderna y conectada parece estar alterando una característica humana fundamental: nos distinguimos de los animales en que tenemos imaginación, y eso nos permite imaginarnos en el lugar del otro. Si dejamos de hacer ese ejercicio, nos convertimos en algo menos que humanos y poco más que partes de un engranaje gigante, robots.
Esa vulnerabilidad se incrementa online, por la sobreoferta de información y porque en una pantalla no vemos la expresión corporal de las emociones, a riesgo de cosificar al otro y olvidar que es un ser humano vulnerable también.
Creo entonces que esto es algo sobre lo cual debemos reflexionar, porque es un problema creciente. Ya no somos solamente los nerds o geeks; están nuestros padres y abuelos, hijos y nietos, clientes y proveedores, amigos y rivales, interactuando con nosotros y entre ellos de manera cada vez más veloz, intensa y sin preparación. La masificación de la Internet nos está poniendo a prueba, y desde equivocaciones por falta de atención hasta el "trolleo", pasando por la rumorología y otras formas de abuso online dan cuenta de que no siempre pasamos la prueba.
Bajar las revoluciones, incrementar las reflexiones
El pensador francés Paul Virilio advierte de lo que llama "accidente global", y entre los factores de riesgo está la velocidad. Sostiene que cada cambio cualitativo en la tecnología ha sido un cambio en dicho vector; el caballo, la rueda, el fuego, la imprenta, la electricidad, etcétera, han ido acelerando el quehacer humano. Es posible que la Internet sea una velocidad para las cual nuestras mentes no están preparadas.
Invito entonces a reflexionar sobre este tema, preguntarnos si estamos poniendo atención suficiente en lo que decimos, en a quién agregamos como contacto, en qué plataformas participamos, etc.
Hay una versión más extendida de mi reflexión sobre el tema en en mi sitio, pero creo que aquí también se puede dar una interesante conversación.
———————————
Foto: tacoekkel – Licencia CC
Comentarios
23 de febrero
Ignacio, buena reflexión… para complementar, y en la misma línea, os sugiero ir a http://www.hernandinamarca.cl y baja un ensayo mío sobre las luces y sombras de internet… esta en el subsitio inv. doctorado… un abrazo… y no cejemos de alertar en la necesidad de gozar la técnica, pero como quería Heidegger, con serenidad y desasimiento
+1
04 de marzo
La vida de mucha gente en nuestra sociedad se convierte, y se realiza en torno a las «REDES SOCIALES». Mi cuestionamiento frente a este tema radica, hoy, en la informatica dentro de los colegios. ¿Que pasaracon ello?. Los muchachoshoy en dia, no usan el internet para nada mas que conectarse al famoso facebook y al MSN, ¿para conversar con quien? como lo dice arriba amigos o CONTACTOS. Recorriendo colegios, por motivos de trabajo. He podido apreciar, que para los profesores encargados del tema informatico, es practicamente imposible controlar el acceso a las redes sociales, muchos de ellos se ven sobrepasados por los conocimientos de los mismos alumnos. Cuando el gobierno nos habla de la computacion en el aula, a que se referira, a tener mas personas embobadas pensando en la inmortalidad del Facebook o a la creacion de mentes capaces de enfrentar a un chile del siglo XXI
0
21 de febrero
Me parece acertada tu reflexión. Lamentablemente tras esto hay un sinnúmero de personalidades q se esconden para poder interactuar pues probablemente no sería así de forma presencial. Nadie educa tampoco respecto a las bondades y desventajas q implica el uso de internet y redes sociales… hay presencia de muchos crímenes e torno a éste, rupturas amorosas, etc. Creo q falta educación… muchos padres inserta a sus hijos en un pc, tablet, teléfono en donde tienen acceso a internet… pero nadie regula lo q hacen ahí y es pq nadie los ha educado al respecto. Esto se desvanda cada vez más… y nos siguen dando cosas… qué importa… si ellos ganan infinitos millones.
0
21 de febrero
a finales del siglo XVIII el economista Thomas Malthus escribía que debido a distintas dinámicas (velocidades) de crecimiento de la población y de alimentos, estos últimos se acabarían dejándonos en tragedia.
el no consideraba el cambio tecnológico en la producción para su predicción.
siempre ocurren cosas que los unos o los otros lamentarán. pero no hay tiempo que perder en lamentos, con la mente clara y en blanco y sin apegos a la -cada vez más efímera- situación que quedó luego del último cambio es imposible no adaptarse rápidamente.
nuevas situaciones van generando el surgimiento de nuevas capacidades del ser humano a nivel mental y espiritual. a carlos gardel no le podrías hablar de resilencia, pero hoy sabemos que existe.
lo que no vemos hoy será la solución de los problemas de mañana.
la mente se adapta rapidísimo, los niños hoy aprenden a desenvolverse en un mundo que cambia mucho más rápido que para los que nacimos en los 80. y para ellos esa velocidad está dada y por su mente en blanco e ignorancia sobre la situación anterior aprenden rápidamente.
0