El viernes recién pasado, El Mercurio escribió un editorial en el que se alude a una reunión entre la Subtel y las organizaciones ciudadanas que participan activamente del advenimiento de la TV digital. Estas organizaciones han sido desvirtuadas en sus intenciones a pesar de haber entregado un comunicado de prensa. El mismo día viernes 23 redacté una respuesta al director de El Mercurio de 300 palabras de extensión, el máximo que se permite. Lo que Ud. leerá es la versión extendida y con más enjundia de la carta enviada El Mercurio. Tiene relación con el controvertido Decreto Supremo N° 264 de 2010 que publicó Subtel en el diario oficial hace unos días.
Aquí puede ver el decreto Aquí puede ver el editorial
Espero que le den ganas de leer la carta.
Estimado Sr Director.
Algunas correcciones al editorial sobre la TV digital del día viernes 23 de 10 del 2010.
Partamos por el principio
El Mercurio se equivoca al afirmar que Chile ha escogido la norma japonesa, puesto que hemos adoptado la tecnología brasileña. Para ser puristas, nuestro sistema es el ISDB-Tb. A este lado del Ecuador se conoce también como SBTVD, Sistema Brasileño de Televisión Digital.
El simulcasting y la demora en la elección
Da lo mismo la norma que haya escogido Chile, los permisos demostrativos son necesarios para la migración a la TV Digital y propician un apagón analógico seguro. Fueron entregados por Pablo Bello antes de la elección de la norma, se renovaron durante la administración pasada y se extendieron por bastante tiempo ahora en la actual administración. La convivencia de señales digitales con analógicas se ha dado en todas partes del mundo y se conoce como “simulcasting”. Nadie que esté cerca de este tema se opone a que se entregue este tipo de permisos a los actuales operadores, son necesarios para la migración a digital.
Pero el simulcasting requiere de un permiso simple y no es necesario un decreto supremo firmado por el Presidente de la República que abra la posibilidad de asignar nuevas concesiones antes de la aprobación y promulgación de la ley respectiva que se tramita en el Parlamento hace dos años.
Nuestro País se tomó el tiempo necesario para una decisión informada que consideró capacidades técnicas, factibilidad económica y conveniencia geopolítica. Gracias a esta “demora” optamos por la tecnología de vanguardia que nos ahorra la reconversión que vive en Europa. Reconversión que implica recambio de todos los receptores, millones de Euros para actualizar los mecanismos de compresión e igualar posibilidades técnicas que entrega la norma que Chile adoptó. Entonces ¿ de qué demora me habla?
Bendita sea la demora que nos puso a la vanguardia en relación con Europa.
El verdadero problema
El gran problema del cuestionado decreto es su redacción ambigua, que se presta a dos interpretaciones. La más desfavorable advierte que Subtel concibió una manera de asignar concesiones digitales, antes de la ley. Y otra, plantea que Subtel estudiará qué frecuencias se utilizarán para la televisión después del apagón analógico, lo que se conoce como plan de espectro.
La solución
La Subtel ha llevado de modo impecable su labor en televisión digital durante los meses del nuevo Gobierno, su show room gira por Santiago y el País mostrando los avances tecnológicos y respondiendo las preguntas de los espectadores, acercando la digitalización a los usuarios. También realizó un productivo seminario político en conjunto al Senado en el Congreso de Valparaíso y además realizó un avanzado seminario técnico junto a Anatel en TVN. Pero los asesores legales de Subtel se han equivocado al exponer al Ministro Morandé y al Presidente Piñera al trance de firmar un Decreto Supremo ambiguo, que se presta a dos interpretaciones.
La Ley debe ser precisa para ser aplicada. De lo contrario, leyes ambiguas requieren de la interpretación de la justicia, y nadie quiere judicializar la asignación de concesiones de espectro.
El Subsecretario Atton se ha comprometido con la Ciudadanía a no otorgar concesiones definitivas mientras no sea aprobado el proyecto de ley en trámite y más allá de hacer una declaración pública (que hizo), publicará un documento legal eliminando la posibilidad de asignar nuevas concesiones de facto, por decreto. Del mismo modo, el nuevo documento debiera regular los permisos demostrativos y consignar que éstos no representan derechos preferentes para solicitar frecuencias digitales ni para El Mostrador ni para ninguna de las sociedades comerciales que son permisionarias en la actualidad o sean a futuro.
No es menor
El editorial mercurial insinúa que Chile tiene varios canales públicos "asignarles a los canales públicos un segmento adicional“. Es un error, un mal entendido, un chiste cruel, cualquier cosa menos la realidad. En Chile sólo TVN podría llevar ese apellido aunque ya no cien por ciento. ¿O cree el editor de El Mercurio que Time Warner es un canal público?
¡WTF! Ojo con las bandas de VHF
Dada la cantidad y gravedad de errores iniciales, permítame decirle, Sr editor del El Mercurio, que su propuesta de utilizar las bandas Tv que quedan “libres” después del apagón analógico para entregar servicios de súper WiFi, queda invalidada. Hay muchas posibilidades mejores, aunque lo lógico es mantenerlas para la televisión comunitaria y rural, debido a que conforman una zona del espectro muy apreciada, ya que son las más baratas de explotar en la TV.
Las Bandas del VHF y del UHF son las carreteras por donde transita la TV que llega a nuestras casas. Son un bien nacional escaso, de uso público y están asignadas a la transmisión de TV y consagradas para la libre recepción de las personas. Sin embargo, estas bandas electromagnéticas, poseen un valor económico que en países vecinos como Brasil alcanza los 50 millones de dólares cada concesión; mismas concesiones que en Chile se entregan gratis.
¿Cuánto estamos perdiendo los ciudadanos en esta danza de millones?
* Jaime Mondría. Actor, Gestor Cultural, Activista.
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