Las redes sociales son, sin duda, uno de los fenómenos tecnológicos y sociales más destacados del último tiempo. El mundo entero, y por supuesto Chile, ha sido dominado por sitios como Facebook o Twitter, por nombrar sólo a los más destacados.
Lo que partió como una herramienta netamente tecnológica y una innovación “entretenida”, se ha convertido en un compañero permanente en la vida de muchas personas, que ya no conciben pasar un día sin vitrinear por tweets y transitar por los muros de sus amigos.
Esta verdadera “adicción” que generan sitios como Facebook y servicios como Twitter, se ha instalado no sólo en el hogar, sino también en el espacio laboral de los usuarios.
Este fenómeno ha causado alarma y preocupación en muchas empresas. No sólo por temores a una posible disminución en la productividad de sus empleados, sino especialmente porque se piensa que la participación del trabajador en estas redes puede derivar en graves daños a la seguridad y la confidencialidad necesarias en toda organización.
Sin embargo, hay que enfatizar que estos temores esconden un gran desconocimiento acerca de las diversas opciones que ofrece hoy la misma tecnología para poder adaptar la interacción digital de un empleado a su lugar de trabajo. Existen hoy en el mercado un sinnúmero de programas que permiten proteger la información de una empresa frente a manejos no adecuados de sus empleados.
El dilema que ocupa a muchos directivos de compañías es si lo correcto es prohibir el uso de las redes sociales dentro del trabajo o ceder a este fenómeno y permitir su utilización en horario laboral.
Creo que la respuesta a esta interrogante debe considerar el contexto de cada compañía en particular. Conozco muchos casos en que las redes sociales han impactado positivamente la productividad y el ambiente laboral en determinados tipos de empresas. Por ejemplo, en los sectores editorial o de marketing y RRPP, donde una cuenta de Twitter o una página de Facebook es vista hoy como una herramienta de comunicación e interacción tan válida como lo es el correo electrónico.
En conclusión, es aconsejable que cada empresa analice de manera individual lo positivo o negativo del uso de las redes sociales en el ambiente laboral, y, sobre todo, siempre considerando la opinión de todos los miembros de la organización. Muchas veces, los que usan estas nuevas herramientas son quienes mejor pueden diagnosticar los beneficios y potencialidades de la Tecnología.
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2 Comentarios
blancobenjamin
Hola Cristián, justamente ayer escribí una columna respecto ese tema con mi visión de algunos años luchando con esa pregunta. Creo que ya no es una opción, pero que si hay que hacerlo con inteligencia. Hay que separar el tema de recursos humanos y de la tecnología.
Un abrazo.