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Chile: un país sin Estrategia Digital

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Como todos los años, la presentación del proyecto de ley de Presupuesto por parte del gobierno ha empezado a generar análisis y contraanálisis desde distintos sectores. Todos con el adjetivo a flor de labios, ora para destacar sus bondades, sugiriendo que Chile será otro país tras el fin de su ejecución en diciembre de 2012, ora para relevar las inconsistencias entre las promesas presidenciales y los recursos que para cumplirlas se disponen. 

Ni tanto ni tan calvo. Los presupuestos del Estado se deben analizar en el marco de tendencias. Un año no cambiará nada. Las políticas públicas, aquellas que generan transformaciones de largo plazo, son ejercicios plurianuales y que dejan instaladas, tras el esfuerzo inicial, líneas de financiamiento sostenidas y sostenibles en el tiempo. El presupuesto fiscal es la expresión financiera de las voluntades políticas de un gobierno. Quienes trabajan en el Estado lo saben: aparecer, aunque sea en una línea del proyecto de ley, es garantía de respaldo y proyección. No aparecer es casi sinónimo no existir en un mundo dominado por un lenguaje de glosas, partidas, títulos y subtítulos.
 
La propuesta presentada por el gobierno al Congreso trajo, para quienes creemos en la necesidad de fortalecer la dimensión digital del desarrollo nacional, una muy mala noticia: el país se quedó sin Estrategia Digital. Sí, el Programa 070106 del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo (“Fortalecimiento de la Estrategia Digital de Chile”) y que entregaba recursos a la Secretaría Ejecutiva de la Estrategia Digital, fue eliminado. 
 
En el medio hace meses se sabía de la dificultades que estaba enfrentando la Estrategia Digital al interior del Gobierno, que entre otras cosas provocaron la renuncia de Alfredo Barriga, el primer y quizá último Secretario Ejecutivo de la Estrategia durante este gobierno, quien no contó con las herramientas para revertir lo que él mismo denominó,  al hacer un balance público (sin ninguna autocrítica, por cierto) a su gestión, “la cruda realidad del Agenda Digital en Chile”.  Meses antes, el gobierno decidió potenciar la línea de gobierno electrónico, trasladando equipos y fondos al programa de Modernización del Estado en el Ministerio Secretaría General de la Presidencia, aunque tal como grafica el presupuesto solicitado para el 2012 ello no implica invertir más recursos. Lo que en aquel momento fue un rumor, ahora se confirma: tras dejar a la deriva los otros componentes del programa, el 31 de diciembre serán cerrados o transferidos a otras reparticiones. Nada de esto está claro, porque no ha habido comunicación pública, salvo lo ocurrido con gobierno electrónico.
 
El cierre del programa de la Estrategia Digital marca un hito. El Estado de Chile inició durante el gobierno de Frei Ruiz-Tagle un proceso masivo de incorporación de tecnologías, con especial atención en la puesta en línea de trámites públicos para facilitar la interacción con el ciudadano. Durante el gobierno de Lagos, este esfuerzo centrado en la gestión propia del Estado, dio paso a una ambiciosa Agenda Digital. Esta cubría diversos ámbitos, entre otros, la masificación del acceso de las personas a computadores e Internet y su desarrollo de competencias digitales, incentivos para el fortalecimiento de la industria de tecnologías de información y comunicación en el país, y la profundización del e-government. Se nombró, además, al primer CIO (Chief Information Officer) que tuvo el Estado, el entonces subsecretario de Economía, Alvaro Díaz, pero quedó pendiente el desafío de institucionalizar la labor, sostenida en buena medida por la firme voluntad presidencial en este ámbito. Precisamente, es durante el gobierno de Michelle Bachelet que se avanza en esa dirección, a través de la consolidación  del programa de la Estrategia Digital, que lanzó el plan 2007-2012. 
 
Fruto de este largo ciclo que cubre tres gobiernos son, entre otras iniciativas destacadas a nivel mundial, la declaración y pago de impuestos en línea que lideró el SII; el portal Mercado Público (originalmente, Chilecompras); el portal Chile Clic; los programa Enlaces (iniciado durante el gobierno de Aylwin) y BiblioRedes; los subsidios que la Subtel entregó a través del Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones, que permitieron llegar con conectividad a las zonas más remotas del país; y la instalación gradual de un PMG (Programa de Mejoramiento de la Gestión) de Gobierno Electrónico, cuyo objetivo final es que todos los trámites y procesos internos del Estado que puedan estar en línea, lo estén.
 
No obstante, como en su momento destacara Alejandro Barros, uno de los cuatro secretarios ejecutivos de la Estrategia Digital durante el gobierno de Bachelet, “los temas TIC no son tema” y en el país el Estado sigue siendo el principal poder comprador de tecnología. El menor peso político hacia fines de la década pasada, terminó por restar prioridad al desarrollo digital en las políticas públicas.
 
En este contexto, las promesas de campaña de Sebastián Piñera, enunciadas en la cena anual de la ACTI (la asociación gremial del sector) el 2009, llamaron la atención y dieron pie para pensar que en este gobierno el desarrollo digital sería una prioridad presidencial. Incluso, convencido el candidato de dar un salto sustancial, apostó por crear una nueva institucionalidad, convirtiendo el Ministerio de Economía en un Ministerio de Innovación, Emprendimiento y Desarrollo. Cuando aún no se cumplen dos años de la gestión, no solo eso no ha ocurrido, sino que se decide poner fin a la institucionalidad heredada sin crear una alternativa, en momentos que nuestra ubicación en los rankings internacionales en la materia empieza a caer y la necesidad de un mayor impulso es evidente. Repasar las otras promesas es un ejercicio amargo, al constatar que muchas de ellas no avanzaron más allá de la diapositiva del PowerPoint  (partiendo por la gran apuesta, el subsidio a la demanda de computadores y conexiones domiciliarias en Internet, que aseguraría que cada familia de Chile tendría acceso permanente y de calidad en sus propias casas al término de su gobierno).
 
Hace un tiempo, con un grupo de amigos escribimos una carta en la que afirmamos que “el futuro de Chile será digital o no será”. Hoy, cuando las diversas desigualdades que nos desafían a repensarnos como país dominan la agenda, parece un despropósito no hacer de la transición hacia la sociedad de la información una oportunidad de construir un país más equitativo. Se podrá argumentar que desde distintos frentes (salud, educación, gobierno electrónico, apoyo al emprendimiento, etc.) el gobierno seguirá impulsando el desarrollo digital, pero el desmantelamiento de la institucionalidad vigente impedirá la adecuada constitución de una visión país  en el ámbito, algo que la propia industria está criticando. Un error que podemos pagar caro porque es, literalmente, dejar a Chile sin Estrategia Digital en tiempos de bits.
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Foto: ACTI

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9 Comentarios

hmartinez

hmartinez

Estimado Enzo,
Los datos que compartes son irrefutables. Quizás falte saber como el presupuesto 2012 se va comportar en los diversos sectores del estado en materia de desarrollo de políticas digitales, para tener una visión más completa. Pero sospecho que la conclusión no es diferente.
Esto no puede volver a pasar y para eso es necesario que hagamos el análisis completo. Quizás los economistas nos puedan ayudar a entender mejor qué oportunidades de crecimiento y desarrollo estamos perdiendo. Probablemente los sociólogos nos podrían ayudar a entender mejor cómo el estado (no el gobierno) se está perdiendo oportunidades valiosas de comunicación, interacción y participación ciudadana.
Los educadores, que ya estamos metidos en una crisis, también debemos hacer el balance de las consecuencias de la ausencia de una estrategia digital.
Pero el balance debe ser proactivo. Hoy debemos empezar a diseñar y construir la agenda digital del 2014 en adelante con fundamentos y diseños estratégicos provocativos y cercanos a los temas urgentes del país. Si no, corremos el riesgo que esto se mantenga por demasiado tiempo.

    Enzo Abbagliati

    enzo-abbagliati

    estimado Hugo,

    en la parte final de tu comentario creo está una de las claves: hay que visibilizar, a través de un diseño potente y atractivo, como lo digital soluciona -o ayuda en ello- los temas urgentes del país.

    Una de las cosas que más me llama la atención es la total falta de interés que el tema provoca. La ciudadanía, que en su momento reaccionó ante el acuerdo con Microsoft (2007), hoy no aparece. No deja de ser significativo que el movimiento estudiantil, que prácticamente se ha pronunciado y tiene opinión sobre todo, de esto no hable, cuando el futuro de la educación pasa -entre otras cosas- por lo digital. La prensa especializada en tecnología no suele pasar de los informerciales de dispositivos, con muy baja capacidad crítica sobre el aporte que el desarrollo digital hace al país (obviamente, me refiero a algo más que reportajes y notas sobre uso y penetración de medios sociales). En el parlamento, con varios congresistas ufanándose de su analfabetismo digital, no existe una «bancada digital», aunque hay algunos senadores y diputados sensibles al tema.

    Podría seguir, pero comparto tu mirada: es quizá el momento -asumiendo que este período ya se perdió- de empezar a trabajar para que en las próximas presidenciales sea efectivamente un tema y que no haya candidato que lo pueda evitar. Todos se subirán al carro de los medios sociales como vehículo para promocionarse, apostemos a que sea algo más que eso.

    Gracias por comentar.

ramiro

Enzo,

Creo que la ola de los movimientos sociales puede ser quien tome la posta que está dejando caer este gobierno.

A raíz de mi columna el El Dinamo ( http://www.eldinamo.cl/blog/estrategia-digital-%c2%bfotro-fracaso-del-gobierno-pinera/ ) algunas personas me han contactado queriendo explorar otra via.

Chile no puede quedar por fuera de la revolución digital, el precio a pagar es muy alto.

Tal vez debamos reunirnos a discutirlo.

Saludos

Ramiro Vergara

    Enzo Abbagliati

    enzo-abbagliati

    Ramiro, coincido contigo. Envíame tu dirección de correo a enzo.abbagliati [arroba] gmail [punto] com y empezamos a conversar.
    Saludos y gracias por comentar.

mascaron

Enzo:
Muy buena columna, al igual que a de Algejandro Barros. Me alegro que el Quinto Poder editorilice sobre un tema que se encuentra hoy muy tras bambalinas. Felicitaciones.

Creo que las consecuencias del debilitamiento de la estrategia digital se van a evidenciar en los próximos años, y uno podría esperar al menos:
– baja significativa de Chile en los rankings de e-readiness (este es un tremendo retroceso, nos habíamos acostumbrado a ser los primeros de la región y apostaría a que con suerte estaremos en tercer o cuarto lugar)
– baja en la productividad del país. Ya nadie discute la relación directa entre productividad y tecnología digital
– merma en la calidad de los servicios públicos. Al no existir una visión de Gobierno que le de coherencia a lo que realizan las instituciones públicas, estas se desbandan, volvemos al «cosismo», a las islas, a incorporación de tecnología sin un sentido claro del proósito
– Baja inversión en infraestructura digital (lo que hemos visto recientemente en el CEDEC, en las compañías de celulares etc. son señales preocupantes).

Y desafortunadamente, todas estas son cuestiones que toman tiempo recuperar.

Por último, quiero señalar que el frecaso de la estrategia digital de Piñera evidencia algo extremadamente grave: ya no basta con pedirle a los candidadtos que tengan buenos programas de Gobierno en la materia (de hecho, Piñera lo tenía y era el mejor), lo que está en juego es la credibilidad de los candidatos de implementar lo que prometen, y por lo tanto la tarea es construir desde la sociedad, instrumentos que nos permitan fiscalizar desde el día 1 la implementación de lo prometido.
Afortunadamente, existen estas fantásticas tecnologías que nos permiten diseñar observatorios, coordinar acciones de denuncia, generar presión y construir proposiciones. en otras palabras, las tecnologías están permitiendo construir nuevas relaciones entre los ciudadanos y los poderes.

Espero que el Gobierno no incluya en su polémico proyecto de ley para cuidar el orden público, sanciones a quinenes convoquen a protestas en las redes sociales…

    Enzo Abbagliati

    enzo-abbagliati

    Gracias por comentar, Mascarón. Comparto el listado de consecuencias que enumeras.

    Llama la atención que el gobierno no haya explicado a la ciudadanía este giro. Es normal que todo gobierno, una vez avanzada su gestión, reordene prioridades y en el camino abandone promesas de campaña. En el camino surgen, además, nuevas necesidades no previstas en el diseño programático de campaña. Este gobierno tuvo que hacerse cargo del Chile post terremoto. No quiero justificar su proceder, pero sí apuntar a que si una promesa explicíta no se va a cumplir o derechamente se abandona (como ocurrió con el subsidio a la demanda de computadores y conexión a Internet), lo mínimo que debieran las autoridades es transparentarlos y mostrar «la promesa de reemplazo».

    Eso no ha ocurrido y llama la atención el silencio. Quizá porque en este tema no pueden usar el manido argumento de «es culpa de gobierno anterior», porque -más allá de la pérdida de impulso hacia el final de los gobiernos de la Concertación- hubo una visión y resultados concretos. Se hizo mucho y en varios ámbitos desarrollando modelos de clase mundial. Lamentablemente, muchos de quienes esperábamos que este gobierno renovara el impulso, hoy estamos pensando en las presidenciales del 2013 como el momento para generar el necesario salto a una nueva etapa.

bobduran

Interesante artículo. Creo que está sobrevalorado el periodo 2007 en adelante, donde poco se hizo. Pero volviendo al fondo, una política digital implica más que la compra de software o el diseño de webs. Es como el gobierno establece una relación con la ciudadania, y la ciudadania con el gobierno en base a este medio que debería aportar transparencia, agilidad e interacción.

El retraso en la agenda digital incluso nos está haciendo llegar tarde al fenomeno smartphones y redes sociales.

    Enzo Abbagliati

    enzo-abbagliati

    Gracias por comentar, Roberto. Efectivamente, habiendo estado vinculado a temas de desarrollo digital desde 2000 hasta 2009 en el Estado, comparto en parte tu diagnóstico. Si bien no hubo impacto en los recursos (de hecho estos aumentaron), sí perdió visibilidad el tema en la agenda política. Por eso, precisamente, las expectativas creadas por este gobierno para quienes «militamos transversalmente en la bancada digital ciudadana» eran altas.

    Creo que la política digital va más allá de lo que mencionas, porque es a mi juicio obligación del Estado promover la formación de un ecosistema de acciones que no necesariamente pasan por la relación o impactan en la relación con la ciudadanía. Un ejemplo: es obligación del Estado promover procesos de inclusión digital, pero pensar que estos solo serán funcionales a la realización de trámites en línea, es no entender que el «empoderamiento» de las personas es anterior y muy superior a cómo se relacionan con el Estado.

Aquí yace la Estrategia Digital de Chile (QEPD, 2003-2011) | José Fernandez

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