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Sobre las violencias: algunas causas posibles

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Últimamente, hablar de violencia es reiterado, en el micro, en el café y entre amigos. Pero, qué es la violencia o de donde procede surgen como incógnitas que interpelan a quienes se interesan en dicho fenómeno social, que como sentencia se localiza en todas las sociedades.

Intentaremos dar algunas luces para que cada uno construya sus adecuadas conclusiones. Antes que todo, la violencia, es parte de nuestra vida cotidiana. En ocasiones, de forma invisible su presencia acompaña nuestras relaciones sociales. Podría señalarse que transita en nuestro medio. Las sociedades están atravesadas por la violencia, como toda sociedad de clases, ya que construyen relaciones de poder entre dominadores y dominados, donde aparece la opresión, el autoritarismo y la discriminación.

La filósofa Hannah Arendt señalaba que “la violencia puede ser justificable pero nunca legítima. Su justificación pierde plausibilidad cuanto más se aleja en el futuro el fin propuesto. Nadie discute el uso de la violencia en defensa propia porque el peligro no sólo resulta claro sino que es actual y el fin que justifica los medios es inmediato”.

Han existido disímiles formas de violencia: guerras, asesinatos, torturas, desapariciones, secuestros que en América Latina se conocieron muy bien en tiempos pasados, para las cuales se han buscado diferentes formas de reparaciones sin que se haya podido sanar este flagelo con soluciones suficientes y significativas.

La violencia se ha hecho algo cotidiano, al punto que sólo consideramos como tal la agresión física o los atentados contra la propiedad privada, agresiones verbales, «desmanes» en los partidos de futbol, espectáculos, en marchas pacíficas; esto lo observamos a diario en los medios de comunicación que contribuyen cada día más a la violencia con su constante morbosidad.

Sin embargo, la sociedad convive con otro tipo de violencia que se desarrolla en silencio y por lo tanto, no es noticia: mortandad infantil, desempleo, carencia de buenos servicios sanitarios, salarios míseros, escasez de vivienda, hacinamientos, promiscuidad y falta de remedios.

Jean Marie Domenach, expresaba que “la violencia se puede definir como el uso de una fuerza abierta u escondida con el fin de obtener de un individuo o grupo lo que no quieren libremente”. El tema de la violencia está estrechamente vinculado al poder, toda situación de violencia es una situación de poder. De ahí que la violencia es tan compleja de abordar y por tanto, de erradicar.

Como en los grupos, en una clase social, en la sociedad existen mallas de poder y cada individuo tiene una localización exacta en esa red de poder. La violencia es un fenómeno sobre el cual experimentamos diversas vivencias. En nuestro mundo privado, familia y amigos, buscamos por todos los medios evitar que el maltrato circule y nos dañe; pero la violencia se desarrolla en diferentes ámbitos: social, político, económico, y por supuesto, el familiar.

La violencia contiene y responde a factores psicológicos, simbólicos, políticos, éticos e históricos. Por esto cualquier perspectiva que pretenda ser excluyente será unilateral.

El término «violencia familiar» hace referencia a una situación de poder y alude a todas las formas de abuso que se dan en las relaciones entre los miembros de la familia; entendiendo por relación de abuso toda conducta que, por acción u omisión, ocasiona daño físico y / o psicológico a otro miembro de la familia. Diversos factores pueden influir en esto: el miedo, la vergüenza, baja autoestima, depresión y el miedo a no ser queridos, el sentirse culpable de generar la situación en que se hallan.

Hemos transitado por la violencia social y familiar pero sin embargo, no es posible obviar la multipolaridad (qué es) que ésta presenta por cuanto a sus análisis se entrecruzan planos que van desde lo biológico y lo filosófico hasta lo polemológico. La violencia contiene y responde a factores psicológicos, simbólicos, políticos, éticos e históricos. Por esto cualquier perspectiva que pretenda ser excluyente será unilateral.

Esta puede ser mejor comprendida, si se considera que la violencia es una acción, o un estado de situación, que se genera siempre, y se cualifica de manera exclusiva en el seno de un conflicto. No justificando la violencia, el sociólogo Lewis Coser asigna tres funciones básicas a la violencia. La primera dice relación con la autoafirmación del ser, sobre todo en los grupos marginados. Una segunda función de la violencia es como señal de peligro, como termómetro de la desafección social en un determinado medio. La tercera, es la de catálisis: la violencia llama de inmediato a un movimiento de solidaridad en contra de sus comportamientos.

Para finalizar, la violencia es inherente a una estructura social injusta, a un orden social basado en la explotación del trabajo por el capital, en la exclusión y marginación económica, social y cultural de amplios sectores populares. Esta última es sólo una vía que permite conservar operando y desarrollándose a la violencia estructural en su conjunto, como es el capitalismo.

 

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