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Sexualidad en ruedas

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Quise compartir esta historia ya que veo cómo nuestra sociedad se enferma día a día con prejuicios y mitos en torno a la sexualidad y la discapacidad, viendo el tema como un tabú o un morbo, embargando el deseo y la pasión de estigmas, producto del desconocimiento del significado de vivir la discapacidad.

Ser una mujer con diversidad funcional implica ser objeto de infinidad de barreras y cadenas impuestas socialmente, entre ellas el tema sexual. Es como si sentir deseo carnal te pusiera en un escenario donde todos se sienten con el derecho a opinar y decidir por ti, hasta el hecho de cuestionar el proyecto de ser madre, como si fuera una locura de una mente utópica. Pero ¿por qué no tener el proyecto de ser madre? ¿Por qué no sentir deseo sexual si soy una mujer? En la adolescencia siempre me hice estas preguntas. Llegó un momento en que comprendí que si tenía tanto miedo al sexo, la única barrera era yo, y si me sentía una limitante ¿cómo pretendía provocar deseo en un hombre, si yo misma me negaba al deseo?

Dejar de lado la discapacidad y abrir paso a mi lado de mujer fue uno de los desafíos más grandes de mi vida. El desear sexo sin sentir culpa ni vergüenza.

En estos vaivenes de la vida, me encontré con un hombre que me hizo recordar los prejuicios y miedos que un día sentí al ir descubriendo mi sexualidad. Me apasione con esta persona y él conmigo, pero en el momento de nuestro primer encuentro sexual estaba tan aterrada como lo estuve cuando entregue mi virginidad. Ese miedo a provocarme daño o dolor, pero a la vez ese deseo y pasión que nos consumía el alma, ese fuego que te recorre el cuerpo y sabes que no hay vuelta atrás. Él entre su nerviosismo y erección no sabía qué hacer, si penetrar o desistir. Por mi parte buscaba el modo de tranquilizarlo, pero con esa sensación de ¿qué está sucediendo aquí, si soy una mujer como una de las tantas que él habrá tenido en su vida? Por una extraña razón ahí estábamos en la cama sin lograr hacer nada.

Ese día entendí que el problema no era él ni era yo, sino la ignorancia de no conocer el cuerpo de una mujer tetrapléjica en mi caso, el miedo a no saber si podría llegar a un orgasmo, teniendo movilidad reducida o simplemente el miedo a causar daño.

Cuando por fin logramos hacer el amor nos dimos cuenta que se venía una tremenda carga social para él, donde muchos de los que hoy saben nuestra historia, lo critican u opinan en total desconocimiento, otros lo ven como un acto degenerado «tener sexo con una discapacitada» ¿cómo se te ocurre? Estás loco ¿qué tienes en la cabeza?Mientras que para nosotros fue un acto de unión y lleno de sentimiento, pasión, ternura y cariño mutuo, conocer su mundo y él el mío.

Para sentir deseo y pasión sólo basta con dos personas que se necesiten, unidos por un sentimiento puro.

Tras tres meses de esta historia, puedo decir que no ha sido fácil para ninguno de los dos cargar con los estigmas de los demás, pero ambos sabemos que para el corazón no hay diferencias. Mi cuerpo flaco y deformado, con una sonda para orinar, ha sido un espacio de descubrimiento y aprendizaje mutuo, donde sólo existimos los dos. Un lugar mágico, lleno de complicidad en el que no existen prejuicios ni limitaciones.

Muchos hombres se niegan a sus sentimientos por el solo hecho del qué dirán, cayendo en la sumisión ante los estereotipos. Y al tener una discapacidad viene ese miedo e incertidumbre de saber si te aceptará con tus propios tabúes, o si serás capaz de hacerle sentir placer. En este cúmulo de sentimientos se quedan muchos amores frustrados, por no atreverse a mirar con el corazón y derrumbar ese muro de inconsecuencia del que somos parte, donde lo físico prima por sobre lo verdaderamente importante, la esencia del ser.

Esta historia va dedicada como una inyección a todos aquellos que se dejan llevar por la superficialidad. Para sentir deseo y pasión sólo basta con dos personas que se necesiten, unidos por un sentimiento puro.

Eres mi mejor momento, mi unión de amor. Contigo puedo ir al infinito y más allá, sin despegar las ruedas de mi silla de la tierra.

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2 Comentarios

Constanza

Simplemente hermoso lo que dices.. me quedo con el «Eres mi mejor momento, mi unión de amor. Contigo puedo ir al infinito y más allá, sin despegar las ruedas de mi silla de la tierra». Éxito en todo lo que te propongas. Un abrazo

Elizabeth

Gracias por este artículo… Me ha hecho meditar muchísimo… Un abrazo cariñoso…