Sobre el caso Penta no puedo hablar desde el tecnicismo, permítame el lector entregar mi visión como simple ciudadana. A mí no me asombra que los honorables no asistan a trabajar por días y luego aparezcan a decidir leyes para el país como si nada. No me sorprende que existan almuerzos en los que se converse y esta charla cueste 20 millones. Ni siquiera es nuevo eso de que se vulnere la ley, ya alguien debería haber escrito un libro con las hábiles formas con las que los grandes empresarios se ahorran impuestos.
A mí lo que me molesta profundamente es que los dueños del capital y el suelo, esos que creen que somos una masa influenciable y vendible que no tiene derecho a nada, esos que son católicos de comunión y misa, ese grupo de «gente bien» que estudia en colegios privados y que se mueve en un círculo de élite, ésos que con vocación de servicio arman partidos políticos conservadores, son al final del día unos vulgares mentirosos sinvergüenzas.
Me fastidia que crean que tienen el derecho de dirigir al populacho, porque según ellos, saben lo que a los rotos les conviene. Esos señores y señoras con vocación feudal que se apoltronan en las cómodas sillas del Congreso y que deciden nuestras vidas son sólo limosneros delirantes que ante la amenaza terrible de perder su poder y dinero, están dispuestos a entregarlo todo, hasta la dignidad que como humanos, les es inherente.
Si el reino Carlista continúa, que así sea, pero señores UDI, ¡férreos en la defensa de la vida, taxativos en cuanto a la ley, inflexibles en temas valóricos! no abusen de la pseudo democracia que tenemos, no nos quieran dar lecciones de moral y de ética, porque sus principales directivos, cuando se trata de cuidar sus abultadas billeteras las olvidan. Ya sabemos que su Dios no es el que reciben en la ostia cada domingo, no sigan usando a la iglesia también, que los verdaderos creyentes no se lo merecen. Si sus divinidades son el poder y el dinero, póstrense ante ellas, es su derecho y opción, pero háganlo en sus oficinas particulares, no en la casa de todos.
Señores UDI, ¡férreos en la defensa de la vida, taxativos en cuanto a la ley, inflexibles en temas valóricos! no abusen de la pseudo democracia que tenemos, no nos quieran dar lecciones de moral y de ética, porque sus principales directivos, cuando se trata de cuidar sus abultadas billeteras las olvidan.
No teman, su riqueza económica no se las quitará nadie, su miseria humana, tampoco.
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Alfredo A. Repetto Saieg
¿Hasta cuando van a mentir? Lo pregunto porque es bastante grave lo que pasa con la «reforma» tributaria, con la educacional, con la laboral, con el caso Penta, con todo. Ocurre que engañar también es violencia; además lo es este sistema político que fundado en el golpe de Estado continúa siendo profundamente reaccionario, ilegal de origen, agresivo y feroz. Los dominantes tendrán que hacerse responsables del laberinto al que nos conducen como trabajadores porque es precisamente este régimen quien genera posiciones extremas.
Por eso Chile no es democrático, porque sólo nos dejan como única opción la alternativa insurreccional, porque nos reprimen, porque nos hablan de igualdad entre el capital y el trabajo pero por otro lado nos explotan de todas las formas posibles. Por ejemplo, la reforma laboral se refiere a la «cooperación» entre los empleados y la patronal en virtud de que el capital genera los mayores niveles de plusvalía a través de una cada vez mayor explotación del trabajo ajeno. El colmo de lo caradura la élite reafirma la transparencia del sistema cuando la corrupción es una cuestión de todos los días. Dejen de mentir porque eso es violencia. No hay conciliación, sí lucha de clases. Esta no terminó, la historia tampoco: estamos en una etapa de cambios profundos y la derecha duopólica lo entiende. Por eso esta «democracia» corrupta, mentirosa y de muy baja intensidad.
PAT_RAKA
El problema de la clase política….. es la falta de clase.