El 9 de octubre de 1874 nace la Unión Postal Universal para organizar y agilizar la correspondencia postal post conferencia organizada por Heinrich von Stephan en que se propuso crear una organización que regulara el correo a escala mundial. 144 años, y las cartas postales han ido perdiendo vigencia. Incluso el cine ha interpretado el imaginario social y significado de las cartas en películas como «El cartero siempre llama dos veces» de Tay Garnett (1946); «La casa del lago», de Alejandro Agresti (2006); «Posdata: Te quiero» de Richard LaGravenese (2007); «Cartas de Amor» de Amy Holden Jones (1984); «Las cartas de Alou» de Montxo Armendariz (1990); «Las Amistades Peligrosas», de Stephen Frears (1988), etc.
Recuerdo que en el Colegio donde estudié hubo unos años en que estaba de moda escribir a amistades del extranjero, jóvenes a quienes no conocíamos más que por los “carteos” que eran asiduos dependiendo de la intensidad de la amistad que resultaba a través de las letras. Había revistas juveniles que publicaban direcciones de personas que buscaban amistad por correo. Incluso hoy hay publicaciones especiales en algunos diarios (formato papel) donde se publican direcciones de gente que busca amistad o pareja.
Conozco varios matrimonios que se conocieron por carta; vivieron el proceso del pololeo por carta, y hasta el envío de fotos seguramente se veía si gustaba o no la otra parte que interactuaba, más lo que se decía en el papel; no faltaba el que pagaba porque le escriba cartas, como se estilaba en la época en que muy pocos sabían leer y escribir. Concertaron noviazgo y viajaron a casarse. Había que creer que lo que el papel decía era verdad; no siempre fue así, por supuesto, pero en un mayor porcentaje los matrimonios se realizaron y todos los que conozco siguen casados, bordeando los protagonistas setenta o más años de edad. Imagino que de por ahí proviene el dicho: “el papel aguanta todo”…Y habrá que enseñarle a la mano a usar lápiz practicando alguna caligrafía que nos haga inteligibles en el texto, porque el alma va en las palabras.
Hace dos años quise retomar el hábito de escribir cartas tradicionales y busqué esquelas u hojas de carta comunes, y no encontré en todo Temuco, excepto en un espacio de librería para niñas, con dibujos estilo animé y otras con imágenes de princesas.
Y aunque es verdad que internet ha acercado en muchas áreas a las personas, también es un espejismo que produce aislamiento, atomiza las relaciones sociales, y no siempre se sabe con quién interactúas. Sé que en persona ocurre en forma parecida y hay gente que tiene más de una personalidad o apariencias, pero al menos la interacción social es in situ; puedes abrazar a la persona, olerla (muy importante esa parte instintiva que aún funciona en el ser humano), conocer las miradas, los movimientos, los modales (fundamental, para mi gusto), etc.
Entonces, como LITMU Social-Cultural & Educacional, hemos considerado la propuesta y empeño de realizar un llamado a nuestras amistades online, desde cualquier parte del planeta, a retomar las cartas tradicionales y revivir la emoción de esta comunicación no robótica. Quienes deseen participar deben hacer llegar su casilla postal o dirección postal (domiciliaria u otra) para que llegue el Cartero a dejarle las cartas a [email protected] señalando en el encabezado del correo que quiere participar en ESCRÍBEME y que se adscribe a las normas legales de LITMU. Tendrá que buscar hojas para carta o esquelas, y escribir con lápiz o pluma, pero siempre manuscrito. No se aceptan textos en computador o a máquina; sólo manuscrito.
Se sortearán las direcciones entre los/as participantes y se les hará llegar a cada uno su amistad epistolar para que inicie la comunicación desde cualquier parte del mundo, de acuerdo a quienes participen. Es casi una observación sociológica, pero regresando a la tradición especialísima de esperar una carta, leerla, releerla, guardarla en alguna caja especial y hacer una amistad inolvidable. Por supuesto, como LITMU tomaremos las precauciones correspondientes de comprobar las direcciones y números de casillas o buzones, de acuerdo a cada localidad o país por razones obvias. Las cartas muy personales y/o íntimas son para quienes interactúan, pero las literarias, hemos solicitado a nuestros participantes que las compartan con LITMU para nuestra Revista (hasta ahora autogestionada) LITMUtextual.
Y bueno, creemos en el ser humano, pese a todo lo que vemos, y una carta puede transformar nuestras vidas, llegar en el momento oportuno para darnos aliento, respuesta, fuerza; nunca se sabe. Esperamos que de esta propuesta surjan desde amistades, relaciones de intercambio profesional, solidaridades compartidas, poesía, lo que fluya que interprete lo humano. Y habrá que enseñarle a la mano a usar lápiz practicando alguna caligrafía que nos haga inteligibles en el texto, porque el alma va en las palabras.
Tendrá que buscar hojas para carta o esquelas, y escribir con lápiz o pluma, pero siempre manuscrito. No se aceptan textos en computador o a máquina; sólo manuscrito.
Se sortearán las direcciones entre los/as participantes y se les hará llegar a cada uno su amistad epistolar para que inicie la comunicación desde cualquier parte del mundo, de acuerdo a quienes participen. Es casi una observación sociológica, pero regresando a la tradición especialísima de esperar una carta, leerla, releerla, guardarla en alguna caja especial y hacer una amistad inolvidable. Por supuesto, como LITMU tomaremos las precauciones correspondientes de comprobar las direcciones y números de casillas o buzones, de acuerdo a cada localidad o país por razones obvias. Las cartas muy personales y/o íntimas son para quienes interactúan, pero las literarias, hemos solicitado a nuestros participantes que las compartan con LITMU para nuestra Revista (hasta ahora autogestionada) LITMUtextual.
Y bueno, creemos en el ser humano, pese a todo lo que vemos, y una carta puede transformar nuestras vidas, llegar en el momento oportuno para darnos aliento, respuesta, fuerza; nunca se sabe. Esperamos que de esta propuesta surjan desde amistades, relaciones de intercambio profesional, solidaridades compartidas, poesía, lo que fluya que interprete lo humano. Y habrá que enseñarle a la mano a usar lápiz practicando alguna caligrafía que nos haga inteligibles en el texto, porque el alma va en las palabras.
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