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Renato Poblete: ¿Sin justicia divina?

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Juan Pablo Hermosilla es el abogado que representa a Marcela Aranda, la mujer que acusó de abusos sexuales y de poder al sacerdote Renato Poblete. En conversación con la prensa el martes 29 de enero último, este abogado señaló que tenía la impresión que la acusación no causó sorpresa entre la congregación jesuita a la que pertenecía Poblete.

Dentro de la Iglesia Católica, lo sabemos ahora, estas conductas abusivas están normalizadas, se aceptan y se encubren. Ese día, en el diálogo con la prensa, el abogado Hermosilla prefirió no mencionar el «apodo» con el cual otros sacerdotes de la Compañía de Jesús se referían a Renato Poblete. Pero ya se filtró ese apodo. Sus colegas curas lo llamaban «Renato Polvete».

La degradación de esta institución ya es bastante evidente. Lo interesante es lo que está ocurriendo fuera de ella. Somos testigos de una sociedad civil que ya no seguirá tolerando ni haciendo vista gorda de los abusos de muchos de estos «pastores». Se les está acabando la fiesta demasiado larga (siglos) que hasta ahora tenían.

Quiero reflexionar, desde mi ateísmo, en otra cosa.

Creo que existe la probabilidad de que todos estos abusadores -y los no abusadores también- que pulularon y pululan en la iglesia sepan algo: Que Dios no existe. Y como saben que Dios no existe, no existe entonces la justicia divina.

En mi opinión, entre los varios análisis que se pueden hacer respecto a los casos de curas, sacerdotes y miembros de la Iglesia Católica, que a través de la historia y en todo el mundo, han sido y son unos perversos abusadores -no todos, pero sí muchos- hay uno particularmente complejo y crudo, pero pienso que válido. Creo que existe la probabilidad de que todos estos abusadores -y los no abusadores también- que pulularon y pululan en la iglesia sepan algo: Que Dios no existe. Y como saben que Dios no existe, no existe entonces la justicia divina. No existe el infierno. Saben que no serán sometidos a un «juicio celestial», y que la única justicia a la que podrían verse sometidos es la terrenal, la de los hombres. Pero como se saben pertenecientes a una institución poderosa, influyente, inmune y con una cultura instalada de abuso y encubrimiento, en donde los protegen de la justicia terrenal, eso les ha dado, por siglos y hasta ahora, la confianza de realizar sus fechorías y abusos sexuales con total libertad. No le tienen miedo al pecado de abusar. Saben, con certeza, que no habrá castigo posterior a la muerte.

Obviamente todo esto no lo dicen. Siguen predicando la existencia de un Dios. Claro, necesitan seguir siendo «pastores», y ojala de muchas «ovejas» o «borregos», de los cuales, de vez en cuando, poder elegir a uno (o unos cuantos) y poder cometer sus criminales abusos.

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4 Comentarios

vasilia

vasilia

Hay una idea de que en el catolicismo habria cielo e infierno…. y no es tan asi. Porque si recuerdas, en la segunda venida de Jesus, seran juzgados «los vivos y los muertos». Si una persona ya estuviera en el infierno, ¿no seria absurdo volverlo a juzgar?

No voy a entrar a explicarte toooodddooo el conflicto interno de la Iglesia con respecto al «cielo» e «infierno» porque es un debate que aun no termina (lee lo que opina el Papa Francisco y lo que opinaba Juan Pablo II y Benedicto) Sobre todo porque el concepto mismo de «infierno» implicaría que una parte de la creación no esta bajo control de Dios. Es muy complicado.

PERO ¿quien te dijo a tí que Poblete no esta recibiendo ahora justicia divina? ¿O para ti la «justicia divina» se reduce a enviar a alguien al infierno? ¿O sea que tu idea de Dios es la del tirano, sediento de castigo y de castigo eterno? ¿Qué parte de «Dios Padre» te cuesta entender?

Si Poblete hizo lo que dicen que hizo (y quedara siempre la duda porque está muerto y no puede defenderse), Dios estará aplicando su justicia, como hacian nuestros padres cuando nos portabamos mal. Pero ese castigo es algo entre Dios y Poblete. Tu deber no es exigir que Poblete se vaya al infierno, sino cuidar tu propio comportamiento. Porque cuando mueras, Dios te va a juzgar a tí por tus acciones, no por lo que opinaste sobre Poblete. Cuidado con la viga que tienes en tu ojo

    sergio-perez

    sergio-perez

    Marcela, yo soy ateo. La impresión que tengo es que usted no. Que usted es creyente y católica (puedo estar equivocado en lo segundo).
    Teniendo eso en consideración, trataré de dialogar con usted a partir de su interesante comentario.
    A pesar de que en mi comentario expresé otras ideas, además de lo de «justicia divina», éste es el punto que usted plantea en su comentario. Por lo que a eso me referiré. Confieso que me gustaría conversar más del estado actual de la institución en cuestión, la iglesia católica, pero en fin.
    Marcela, pienso que no hay justicia divina. No existe tal cosa. Y lo que quise expresar en mi reflexión (sin éxito, parece), es que algunos de los protagonistas de estos numerosos y reiterados abusos, no le temen a una «eventual» justicia divina, porque -tal vez- en el fondo son ateos. No creen en Dios. Y si no creen en Dios, tampoco en la justicia divina.
    Ése intentó ser mi uno de mis puntos.
    Soy un ser humano imperfecto, que lleva dos vigas (una en cada ojo). No quise ver la paja en Renato Poblete. Sólo utilicé su caso (el del «Polvete», como lo llamaban sus «colegas») para contextualizar mi precario comentario. Tal vez si eso mismo lo hubiese escrito hoy, habría utilizado el caso del cardenal George Pell, tercera autoridad del vaticano, del que las noticias me informan que fue declarado culpable de pederastia.
    Cordiales saludos.

    sergio-perez

    sergio-perez

    Sería interesante leer sus comentarios respecto a la situación de Renato Poblete.

    Sergio Pérez Norambuena

    Usted, señora Marcela Castro, insiste en guardar silencio respecto al tema.
    Por algo será….