Se nos aproxima el año nuevo y junto con ello un sinfín de actividades como fiestas, cenas familiares, intercambio de gestos que nacen del amor y luego el gran conteo regresivo para dar el abrazo, el beso y la bienvenida al año 2016. En lo general, durante estas celebraciones se genera un aire más alegre, un espíritu más optimista y deseos de compartir con quienes más amamos: nuestra familia. Pero no todos corremos con la misma suerte, hay niñxs, adolescentes, adultos jóvenes y no tan jóvenes lesbianas, gay, bisexuales, transexuales, queer, género fluido e intersexuales que a veces no cuentan con el apoyo, ni el respeto de la familia.
Esta columna se la dedico con amor y cariño a quienes hayan aprendido a vivir con el rechazo familiar, a quienes lo hayan superado, a quienes se ven obligados vivir ocultando quienes son, y a los niñxs y adolescentes que no tienen la posibilidad de independizarse aún y viven bajo la represión familiar. Sepan que, en este momento el rechazo de sus familiares puede sentirse abrumador, pero que no será así el resto de sus vidas. Con amor propio, perseverancia y coraje van a ser capaces de superar la renegación familiar y serán felices con o sin la aprobación de quienes cometen el grave error al no quererlos tal como son. Sepan que son merecedores de amor, respeto y admiración y que no tienen que tolerar la violencia ejercida por terceros, sean de madres, padres, hermanos etc. Por otro lado, a veces el rechazo familiar abre oportunidades hermosas de formar familia propia, sea junto a alguien más, hijxs o con amigxs incondicionales. Rodearse con personas que realmente valoran la persona que ustedes son, libre de arbitrariedades.En vez de renegar a tus familiares, regálales amor y respeto. Ahora si usted es quién rechaza al otro por no ser igual a usted, si es un padre una madre, un hermano(a) un familiar que optó por renegar a su familiar LGBTQI, no hay mejor momento como las celebraciones del fin de año para resolver su propio conflicto.
En vez de renegar a tus familiares, regálales amor y respeto
Ahora si usted es quién rechaza al otro por no ser igual a usted, si es un padre una madre, un hermano(a) un familiar que optó por renegar a su familiar LGBTQI, no hay mejor momento como las celebraciones del fin de año para resolver su propio conflicto.
El primer paso es dejar de vivir en negación y aceptar que la diversidad es parte de la vida. Luego infórmese bien de cuáles son los límites que no puede traspasar, considerando que usted no tiene derecho de agredir o faltarle el respeto a quienes no cumplen con sus expectativas, ideologías, opiniones o credo. Adicionalmente, considere todo lo que se está perdiendo a costa de la decisión suya de rechazar a su hija(o), hermana(o), madre o padre, prima(o), o amiga(o) u otro familiar por carecer usted de la voluntad de respetarla(o) y de superar sus propios problemas con la realidad. Por último, tome en cuenta todo lo que puede ganar con estar presente en la vida de las personas que ama y que incluso lo pueden llegar a comprender y no juzgar por la pésima decisión que tomó al rechazarla(o).
Este fin de año, invito a quienes discriminan a que sean la excepción a la regla, sean incondicionales con sus seres queridos LGBTQI. Si decide regalar respeto, amor y reconciliación este año, lo peor que pueda pasar es que vuelva a compartir y a disfrutar del amor y la unidad que en algún momento tuvieron en familia antes de decidir renegarla(o).
Excepción a la regla Familias Incondicionales
Ahora no está todo perdido, hay que reconocer y celebrar que existen excepciones a esta regla, familias que deciden a respetar y amar sin condiciones a sus integrantes LGBTQI, familias enteras que nos reciben con los brazos abiertos durante todo el año y que están presentes en nuestras vidas.
Que este año nuevo sea el respeto recíproco por el derecho de ser la regla y no la excepción dentro de nuestras familias, amistades, comunidades escolares, lugares de trabajo, los barrios y en general en nuestra sociedad.
¡Que tengan un Feliz Año Nuevo!
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