Vuelvan de una vez los programas de farándula, las que están en el congreso y quienes quieren sumarse a otro proceso eleccionario regresen a su hábitat de una vez
Me considero una persona muy opositora a los programas de farándula. Cuando veía esos programas me preguntaba ¿Qué aportaba en mí la persona famosa que salía con aquella persona famosa? ¿qué aportaba en mí que tal famoso tenga varios relojes o varias carteras? La respuesta es que nada me interesaba nada me aportaba en la vida útil y tanto era esos programas que la gente sabía más quien salía con quien que de los problemas que pasaba a su alrededor. Y qué decir de los opinólogos que se juraban y se creían los expertos y saber de vidas ajenas comentando cualquier lesera.
Hubo un tiempo en que estos programas empezaron a desaparecer de las programaciones de los canales chilenos, ya era suficiente ver tanta vulgaridad en la televisión chilena que pensábamos que iban a volver los Simpson, algún programa cultural o alguna serie que nos pueda entretener, pero con el tiempo no fue así, empezaron a rellenarse con más noticieros y programas relacionados a la prensa donde dan horas para una noticia como una balacera o un portonazo. Incluso en los matinales, los animadores tipo Julio César Rodríguez juran tener el don de la opinión política y social pero que durante su vida hasta ahora difícil que entiendan el funcionamiento de la realidad chilena.
Pero nunca vimos venir algo que quizás nunca imaginábamos que esto afectaría, por montones, a nuestra realidad chilena. Sí, que algunos rostros de la farándula se dedicaran al mundo de la política. Rostros que encontraron su lucrativo negocio en dicha área dándoselas de expertos, de sabiondos, pero a la hora de los que hubo ya demuestran que solo figuran y llaman la atención como cuando hacían sus cahuines en los programas faranduleros.
Quién iba a imaginar que Pamela Jiles encontrase un lucrativo negocio en la política, aspirando a diputada para después ser electa (por ser famosa y polémica supongo) y mandarse sus niñerías dándoselas de ser la reina del país y que su esposo sería un buen gobernador de la región capitalina, con los retiros del 10% e insistiendo hasta ahora con un cuarto, quinto y sexto sabiendo que el ex presidente del Banco Central y ahora ministro de Hacienda Mario Marcel les advertía que esos retiros implicarían una inflación más de lo normal a cierto plazo y que ahora lo estamos sintiendo, pero no, dale con la burra al trigo. Y lo tragicómico, es que con la votación de la reforma tributaria ella se ausentó dándole la espalda a quienes dice representar y quienes ellos mismos dicen sentirse decepcionados con ella. Quién hubiera pensado que la diputada de los “sin monea” está dejando mas a sus nietitos quedarse sin moneda.
Quién iba a imaginar que Maite Orsini, desde programas de farándula, participe de una pandilla delictual, sea elegida diputada y más aún en el centro de la polémica dado a estar envuelta en un altercado entre el futbolista Jorge Valdivia y la Daniela Aránguiz y más aun llamando a las altas autoridades de Carabineros, institución que según ella lo detesta y lo ha mencionado varias veces, para encubrir al mago Valdivia aumentando más un cahuín que no debía aparecer en los medios pero Orsini nos demuestra que la farándula en la política es nociva en sus cuatro costados. Quien iba a imaginar a María Luisa Cordero, conocida como la doctora Cordero, siendo una de las opinólogas y más aún falsificadoras de licencias médicas llegase al congreso como diputada y hablando barbaridades desde el hemiciclo como que las asesoras del hogar no deberían ejercer su derecho a voto, que su voto vale 10 veces más que el chileno promedio, defender a personas que atentan contra la sociedad como Pancho Malo o más aún hacerle un homenaje a los ¿espermios?. Hasta ahora la diputada que prometía mejorar la calidad de la salud mental en Chile en realidad nos está contagiando su baja salud mental.
Ante todo esto, me pregunto: ¿Quiénes de verdad son representados por estas rostros de farándula por los que llegasen a votar? ¿Cuál es la razón por la que confía más a un personaje de la prensa rosa que a una persona seria y con experiencia? No tenga respuesta a todo ello.
En fin, no me gusta decirlo, pero, que vuelvan de una vez los programas de farándula, las que están en el congreso y quienes quieren sumarse a otro proceso eleccionario regresen a su hábitat de una vez. Si tanto estamos peleando y protestando para que el congreso no haya una olla de grillos, con la farándula en la política es más peor que un circo político. Los que están dándoselas de opinólogos sociales y políticos en la tele, créanme que el cahuín y el chisme es lo suyo. Juzguen ustedes.
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