Las madres actuales pertenecemos a una generación de mujeres educadas para tener como metas el desarrollo intelectual y profesional, así como la independencia económica. Cómo no, si nuestras madres y abuelas vivieron épocas en las cuales las mujeres no tenían derecho a voto, ni podían aspirar a ir a la universidad.
Así, en menos de cien años hemos conquistado espacios clásicamente masculinos. Nos hemos insertado en el mundo público, estando presente en todos los ámbitos laborales. Hemos sido independientes, autónomas, eficientes y rápidas. Nos consideramos exitosas imitando modelos masculinos de éxito. Porque los ideales sociales, laborales, e incluso de belleza, siguen siendo construidos desde una mirada masculina. En suma, nuestra identidad de mujeres continúa basada en la aceptación por parte del hombre. Sin darnos cuenta seguimos manteniendo un sistema patriarcal. Y pensamos que éramos revolucionarias.
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fouere
Muy buena columna, siempre me he preguntado cuanto es lo necesario que una Madre debe estar con su bebe, teniendo en cuenta que también desea un avance en su vida profesional, ya que se que muchas Madres preferirían estar con sus hijos hasta cuando sean mas estables y suficientes.
sera un año en post natal y seis meses en pre natal?
Esto sera suficiente o habría que entrar en mejores y mucho estudio.
lesliepower
Nuestro crecimiento y desarrollo emocional está ligado a la alimentación que recibimos de nuestra madre, es decir, el primer vínculo humano es lo que en gran parte determinará nuestro futuro. Aprenderemos a nutrirnos y nutrir a otros desde la experiencia que obtuvimos en el primer vínculo.
Lamentablemente, la historia patriarcal ha relegado a un plano menos importante a la mujer y por ende a la maternidad, siendo la sociedad occidental de consumo, la que menos valora las funciones maternas. Por lo mismo, en los tiempos que corren, las mujeres, hemos sido criadas bajo el paradigma de ser independientes, autónomas, autosuficientes, rápidas, inteligentes, competitivas… dejando de lado lo que nos conecta con la espera, paciencia, cuerpos, leche, nutrición, afectos. Comprendemos desde este lugar, que el encuentro con un recién nacido expresándose en llantos y hambriento de abrazos, amparo, leche, nos conecta con ese lado perdido, poco hablado y poco valorado, siendo los niños los principales protagonistas de la desnutrición emocional y que sus consecuencias caen en el vínculo, en la madre, en el padre y en la sociedad en general.
Las mujeres y hombres de hoy, escapamos de ese recién nacido dejándolo al cuidado de terceros, que también dejan a los suyos al cuidados de cuartos y así perpetuamos el ciclo de abandonos y de desnutriciones, porque, como decía antes, hemos seguido el camino conocido: el del mandato parental, cultural: “sé eficiente, rápida, inteligente, competitiva” y si ¿nos detenemos a pensar y nos acercamos a lo natural?
Este es un problema social y el debate en relación a la extensión del post natal a 6 meses es una buena manera de poner sobre el tapete, un problema que es nuestro, de todos como sociedad. Todos preferimos los caminos conocidos. Intentemos una nueva mirada, que sin duda, tiene riesgos, cambiar no es fácil, pero creo que hay que partir por detenernos, hablar y tomar conciencia de dónde estamos y para dónde vamos como mujeres, hombres, como sociedad constructora de nutrición material y emocional.
Leslie Power
psicóloga clínica
http://www.espaciocrianza.cl
“¿Por qué no podemos cumplir con el «ideal» de madre, pero sí con el ideal de «profesional» o con el ideal de «belleza»? Probablemente porque la crianza, como todas las acciones generosas, desinteresadas y no pagadas de la sociedad, están desvalorizadas, son invisibles. ¿Por dónde se corta la cuerda? Por lo más delgado. Por la m(p)aternidad, porla guagua que no puede defenderse de las decisiones de sus padres, y que nos sigue amando incondicionalmente, hagamos lo que hagamos” Ileana Medina
amparo
Excelente columna! Francisca y Leslie, creo que dan en el clavo con este tema. En este debate se han evadido temas esenciales: primero que todo, los derechos y necesidades básicas de los niños y, segundo, el valor de la maternidad. Tienen toda la razón al decir que esta última ha sido despojada de todo valor y las mujeres que desean ejercerla plenamente son vistas despectivamente, como flojas, poco productivas, poco aspiracionales, etc… y lo más duro de todo, es que las críticas más duras a este respecto vienen, en muchos casos, de otras mujeres!!! Como madre, creo que la maternidad es el “trabajo” de “mayor responsabilidad” que me ha tocado ejercer en toda mi vida, el más importante, el de mayores gratificaciones y el de mayor efecto a largo plazo. En mi trabajo remunerado (oficina) estoy sumamente bien considerada y siempre trato de dar lo mejor y ser proactiva, etc., etc., y eso ha tenido sus frutos evidentes… pero tengo absolutamente claro que soy 100% reemplazable… como todos los cargos del mundo señoras y señores! Pero los padres no son reemplazables en la vida de sus hijos!!!
Es cierto, el fondo del debate en este caso no es la legislación laboral o cuántas son las semanas óptimas de cuidado de un niño… Es el tipo de “sociedad” que estamos formando y sobre qué principios y “valores” (económicos o de relaciones) la estamos edificando.