Se fue la Navidad. A estas alturas ya se llenaron los centros comerciales con gente deseosa de utilizar el famoso «ticket de cambio», y nos preparamos para despedir el 2014. Pero yo quisiera exponer mi punto de vista, nada religioso con respecto a la historia que se relata en navidad: ¿Qué fue lo que se celebró? ¿Alguien reparó en el relato milenario? Yo lo veo así:
María, una joven mujer embarazada va montada en un burro por el desierto. La acompaña José, un hombre bueno, pero que ella no ama. Se casaron sin una relación amorosa de por medio, como se estila en su sociedad. Por desgracia, la ley los obliga a hacer un viaje que en otras condiciones no sería tan terrible, pero María está en un avanzado estado de gravidez y su humilde esposo sólo puede ofrecerle la montura de un asno para transportarse. Ella está lejos de su familia, es primeriza, sólo cuenta con un marido que por muy bueno que sea, es un hombre y para parir se sentiría mejor si contara con una mujer que la atienda. Extraña a su madre.También hay Marías jóvenes primerizas en la maternidad de un hospital, que reciben frases como «si te gustó hacer guaguitas, ahora te aguantas los dolores».
Y llegan a un poblado atestado de gente que los ve polvorientos, sucios, tras un viaje interminable, y no encuentran lugar para hospedarse. José recorre calles con María que a cada paso del burro, siente al bebé incrustarse en sus entrañas. Es tan incómodo, pero la gente no se apiada de esa pobre mujer y su embarazo. No los aceptan en ninguna parte. José está descorazonado, no sabe qué hacer con ella. En la desesperación que le provoca ver en el rostro de María, el cansancio y dolor, ruega que lo ayuden. Alguien le ofrece un establo. Acepta.
Para una gran parte de la humanidad, la Navidad significa una cena especial, regalos y tiempo de disfrutar. Todo lo contrario a lo que viven esas horas, María y su esposo. Bajo el árbol, en las casas del mundo hay obsequios costosos. Ella reposa sobre heno, junto a una vaca y el asno que la transportó por el árido camino. ¿Alguien puede pensar que era un ambiente agradable, fresco, finamente perfumado?
Marías hay todos los días. Las vemos cuando suben a la micro y esperamos que otro les ceda el asiento. También hay Marías jóvenes primerizas en la maternidad de un hospital, que reciben frases como «si te gustó hacer guaguitas, ahora te aguantas los dolores». Hay Marías adolescentes que son echadas de sus hogares, humilladas por la vergüenza de un embarazo que no se debió producir. Hay Marías que no tienen a un José que las acompañe. Hay Marías que no tienen a nadie.
Tras esta Navidad, vendrán las celebraciones por el año nuevo y habrá carteles donde se arrienden piezas así como en Belén, que prefieran a matrimonios «sin hijos», y las mujeres con bebés seguirán siendo un «cacho» para darles trabajo. Y una mujer humilde con un niño en brazos en el terminal de buses tendrá que cargar con su equipaje como pueda. Aquí en Iquique, una María con su hijo enfermo verá pasar a muchos colectivos que no quieran llevarla porque hay que bajarse para ayudarla a guardar el coche en el maletero, y así seguirán las Marías del mundo recibiendo la indiferencia y prejuicio que recibió la protagonista de este mundialmente celebrado relato. Y nos llenaremos de paz y amor el próximo 24 de diciembre, y el 26 correremos a cambiar los regalos y a planear dónde celebrar el año nuevo.
Comentarios
28 de diciembre
Que linda tu columna y reflexión!
Historias como estas deberían ser enseñadas en las escuelas dentro de las asignaturas con contenido formativo.
Realmente gracias!
+1
29 de diciembre
Gracias. Y sí, pensando en lo que señalas, esta historia no debería ir en la asignatura de religión, podría estar en «Sociedad» o «Realidad Nacional».
Slds!
28 de diciembre
Lindo relato. Cálido. Acogedor. ¿Y cuántas Marías y Juanes hay? ¿Cuánta desazón? en nuestro desigual país, campean esas historias. Hay que buscar la manera de contribuir.
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29 de diciembre
Sí, las formas de contribuir con una sociedad más justa muchas veces son pequeños gestos que
aunque simples, nos cuesta hacer.
Gracias por tu comentario.