Nuestra sociedad esta sufriendo un daño irreparable producido por la violencia, consumismo y el desinterés de sociabilizar. Pueden haber muchas causas y no quisiera casarme con ninguna, pero sí detecto una falta del buen sentido del humor, ya que con las desagradable noticias que son reiterativas en los noticieros y matinales poco queda para el goce.
El egoísmo, la apatía y el consumismo han ido matando la amabilidad y la risa que es una característica social. Entre más títulos tengas o tu apellido tenga doble RR más pomposo y más alto llegarás. ¿Qué pasa entonces con la señorita RISA, que necesita expresarse y contagiar las buenas vibras? ¿Acaso ya no hay tiempo para ella? Quizás el humor terapéutico no ha querido asomarse entre los arbustos para no ser linchado y escupido. No hay un recreo mental y corporal que sea una tabla de salvación para un país de poetas y comediantes dañado por el «yo-yo».Es ahí donde el buen sentido del humor y la risa entran en escena para producir un bálsamo mental y un baile corporal al que todos aspiran para un desarrollo mental y social y para crear mentes saludables y alegres.
¡Basta! quiero escuchar risas en la calle, en el colegio, en la plaza de mi barrio, en el transtortuga (sic), en el mall, en el cementerio, en la morgue, en la universidad, donde sea, pero que exista ese terapia que es gratis y produce un recambio de energías para andar libre de prejuicios. Qué sé yo, todo puede ser y dependerá si hay optimismo y que el ser humano deje de vestirse de gris y de títulos de greda. Todo es posible si hay voluntad, la risa se perdió y hay que buscarla, porque de que existe, existe y hay que darle su valor social. Entre peleas en resort, asesinatos en la calle, agresiones se ha ido escondiendo cuando tendría que estar vigente y sonando más fuerte que nunca en una sociedad que la pide a gritos para darle color y vida a una sociedad destruida por los egos, siúticos, apariencias y vinagres zombies que hacen las leyes mortuorias y sin sentido. Es ahí donde el buen sentido del humor y la risa entran en escena para producir un bálsamo mental y un baile corporal al que todos aspiran para un desarrollo mental y social y para crear mentes saludables y alegres.
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