Espacios colaborativos, lúdicos y dinámicos han ido en aumento en nuestro país. Son los denominados coworks, que desde hace un tiempo se han transformado en protagonistas de la escena emprendedora nacional. La mayoría de ellos financiados con recursos públicos a través del apoyo de CORFO, pero también los hay en el mundo privado, pues las empresas han visto a ellos un buen medio para fidelizar a sus clientes y hacer carne su discurso de apoyo a la innovación.
Son estos coworks, los que se han ido apoderando de la dinámica emprendedora en los territorios donde se instalan, de norte a sur de nuestro país, pues en ellos se desarrollan, se juntan, se conocen los emprendedores, y también se aplauden entre ellos los logros obtenidos.
En algunos casos, es tanto el ruido que generan los aplausos en estos coworks, que termina por desconcentrar a los emprendedores, haciéndoles perder el foco de su actividad, cual es la creación de valor de mercado, es decir, vender su oferta e impactar las industrias en las que interviene.Mantener estos lugares de networking sin alternativas reales para asumir riesgos económicos entre las partes, no nos ayudará a generar más oportunidades para aquellos negocios con alto potencial
Por el contrario, lo que abunda muchas veces en los coworks, son emprendedores cuyo modelo de negocio apunta más bien a comunicar su historia e ideas una y otra vez, no para vender, sino que para obtener reconocimiento público y mediático, y de paso aspirar a ganar alguno de los tantos premios para ideas innovadoras que abundan por estos días.
Ahora bien, lo anterior resulta muy positivo que pase y siga pasando cada vez más, pues es importante que en los coworks se dé importancia a la valoración social de la figura del emprendedor, como primer paso para hacer de Chile un verdadero país de emprendedores. Sin embargo, resulta fundamental también incorporar a estas dinámicas y a estos espacios mayores dosis de compromiso y riesgo.
Compromiso y riesgo de los propios emprendedores que muchas veces abandonan los coworks si estos en algún momento dejan de ser totalmente gratuitos, poniendo en jaque a estos espacios y esfumando la posibilidad de que puedan ser autofinanciados en su totalidad , con lo cual nuevamente uno se pregunta si la lógica asistencialista de la política pública nos hace bien para el desarrollo de nuestro ecosistema de emprendimiento.
Y también compromiso y riesgo de quienes pueden inyectar buenas dosis conocimiento y recursos a tantas buenas ideas que circulan por los coworks nacionales. Me refiero a empresarios e inversionistas, que por una parte puedan mentorear y potenciar ideas para convertirlas en negocios y que por otra puedan invertir capitales para acelerar esos emprendimientos.
Lamentablemente el riesgo no es un valor presente en nuestro incipiente ecosistema nacional de emprendimiento e innovación, y los coworks que tanto abundan tienen una gran oportunidad de no solo ser buenos espacios de networking y difusión de ideas, sino que también espacios de compromiso, riesgo e inversión.
Mantener estos lugares de networking sin alternativas reales para asumir riesgos económicos entre las partes, no nos ayudará a generar más oportunidades para aquellos negocios con alto potencial, por lo tanto, no sólo hay que financiar la estancia en los coworks de personas con buenas ideas, energía y con ganas de aplaudirse, sino a quienes, además, quieren arriesgar su tiempo y su dinero en concretar negocios.
Comentarios