La migración junto con la globalización ha golpeado con fuerza los últimos años, el terrorismo, las crisis económicas, la geopolítica, la tecnología, la revolución digital y la aparición (ahora último) de nacionalismos duros en los sistemas políticos del orbe, han detonado un sinfín de debates en torno a los beneficios y las amenazas de este fenómeno demográfico. La realidad del cono sur de América no está exenta de este, que con la desestabilidad política y económica de la región y la caída de los destinos predilectos de los inmigrantes durante los noventa (Brasil y Argentina) han volcado los focos a Chile, un país al fin del mundo donde las cosas parecen andar un tanto mejor.
La migración en Chile según en el informe anual del Observatorio Iberoamericano sobre movilidad humana, migraciones y desarrollo, se ha cuadriplicado en número absolutos y ha tenido un punto de inflexión desde el año 2001 donde se estima que hubo un aumento de 90 mil extranjeros en razón a las cifras del año 1992; y aún más significativo fueron las cifras obtenidas el año 2014 donde la población extranjera residente en chile alcanzó la cifra porcentual de representación del 2,3% (410.000) en razón a la población total nacional, donde destacan el ingreso de peruanos que representan un 31,7%, argentinos 16,3%, bolivianos 8,8%, colombianos 6,1% y ecuatorianos 4,7%.
La institucionalidad chilena en la cual se sustenta el fenómeno migratorio emana de tres organismos estatales facultados principalmente por el decreto de ley 1.094 del año 1975 y en materia de refugio por la ley 20.430 del año 2010; las instituciones migratorias en chile son las siguientes: 1) Departamento de Extranjería y Migración (DEM) dependiente del Ministerio del Interior, el cual recibe las solicitudes de residencia de los inmigrantes ya ingresados al país, 2) Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREL), quien emite visas de residencia temporal o turista; y 3) Policía de Investigaciones, quien controla el ingreso y salida de los inmigrantes en el país.
La migración ha golpeado con fuerza la realidad chilena, nos ha hecho un destino preferente a inmigrantes (por sobre todo latinoamericanos) y ha puesto en cuestión nuestra legislación en torno a esta materia. Ahora mi objetivo es plantear ¿si la legislación actual sobre migración de nuestro país, esta capacitada para humanizar este fenómeno (respeto y derechos) y si contamos con la capacidad institucional para integrar a nuestra sociedad de inmigrantes?; inmigrantes, que en su gran mayoría ven a Chile como una salida a su realidad personal y ven en este país el sueño sudamericano.
Respondamos nuestra pregunta, el decreto de ley 1.094 del 1975 fue diseñado en pleno régimen militar, por lo tanto, no es de extrañar que el enfoque de esta ley de migración se oriente principalmente hacia la seguridad nacional haciendo de la ley un método más de control y no considerando los derechos y realidades de los inmigrantes que deciden de Chile su destino, en este sentido, la mujeres que han comenzado a inmigrar de manera exponencial al país (la gran mayoría en solitario) han quedado desprotegidas y han sido víctimas de violencias tanto sexuales, verbales y físicas. Con lo anterior es importante señalar que la migración también es un problema de género.
Junto con la ley 1.094 se desprende una ley de refugiados 20.430 que se distancia enormemente a la ley migratoria, esta ley de refugiados reconoce derechos a quienes pidan refugio a Chile, se les concede inmunidad al rechazo fronterizo lo que le asegura el ingreso del sujeto a nuestro país, además de protegerlo de cualquier medida que implique la devolución al país de origen. Bajo el amparo de la 20.430 el sujeto es protegido y sostenido por el Estado chileno sin perjuicio de peticiones extranjeras, además se le otorga sustento al sujeto para desarrollarse en el país y se otorgan garantías mínimas, como es el uso de centros de salud. La ley 20.430 reconoce derechos fundamentales que la ley 1.094 no reconoce y se hace cargo de integrar al sujeto a nuestra sociedad, le otorga garantías y promociona su desarrollo en el país.
El fenómeno de la migración ha ido en aumento en la última década y es consecuencia propia de la realidad de Sudamérica, de sus procesos políticos, su desarrollo económico y de la globalización. Ante esto Chile debe avanzar en dos aristas que a mi parecer son mínimas, por un lado institucional y por el otro legal.
Hoy por hoy la protección e integración de los inmigrantes que entran al país bajo la ley 1.094, queda en manos de Organizaciones no Gubernamentales, siendo las iglesias, grupos religiosos y colegios los encargados de prestar apoyo en materias de idioma, búsqueda laboral e incluso hogar a inmigrantes que viajan a Chile en busca de una oportunidad. Además, como mencionamos la inmigración no humanizada esconde en cifras realidades alarmantes, tales como trato de personas, contrabando y prostitución, convirtiendo la inmigración en un fenómeno donde la violación de los derechos humanos parece ser una constante.
La falta de apoyo estatal y la inexperiencia e inacción del Estado ha condenado a muchos inmigrantes a la delincuencia, prostitución, esclavitud y narcotráfico, estigmatizando su estadía en el país y provocando un fenómeno racial, discriminatorio y violento en un sociedad chilena racista y falsa nacionalista, que violenta constantemente a esta población y que incluso ha provocado asesinatos en razón a mitos racistas (ej: el asesinato de un haitiano por un chileno por considerar que le quitó su puesto de trabajo).
El fenómeno de la migración ha ido en aumento en la última década y es consecuencia propia de la realidad de Sudamérica, de sus procesos políticos, su desarrollo económico y de la globalización. Ante esto Chile debe avanzar en dos aristas que a mi parecer son mínimas, por un lado institucional y por el otro legal. Sobre la arista institucional, deben generarse organismos estatales que apoyen e integren a los inmigrantes a la sociedad, se debe educar a la sociedad e invertir esta realidad racista que nos invade. En tanto lo legal se debe generar una ley que reconozca derechos y realidades de los inmigrantes y les dé seguridad en el país, promoviendo su desarrollo y evitando que inescrupulosos saquen regalías o lucren con los inmigrantes y las necesidades propias de cualquier ser humano. Debemos avanzar con el fin de humanizar esta realidad dando un salto importante del enfoque de control a la humanización de un suceso que sin duda irá en aumento en los próximos años. Por último recordar y hacer mención que hay mas chilenos de inmigrantes por el mundo (algo así como 857.000) que inmigrantes en Chile lo que transforma la migración en algo habitual en un mundo globalizado.
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Jesus Aguero
Estimada usuaria del quinto poder.
Agradecido de que haya leído mi columna, sin duda la migración será tema en este y en el próximo gobierno, además es notable que el fenómeno de tránsito de personas está tomando aristas no deseadas no solo en chile si no en el mundo.
Creo enormemente que la concientización a la población sobre el fenómeno es vital para la implementación de cualquier política pública efectiva. Espero que el debate tenga altura de mira y que sin duda el trabajo que usted puede realizar también cuenta y suma.
Una vez más le agradezco.
Elizabeth
Gemita, el tema de la inmigración haitiana es muy amplio la felicito por su tesis que sin duda será un aporte al tema de la inmigración haitiana a nuestro país(si es que no lo ha revisado) la invito a que lea la experiencia de República Dominicana y el impacto de esta mano de obra en su agroindustria.
Saludos
Gemita
Excelente articulo, me interesa el tema de migración. De hecho mi Tesis trata sobre «Cómo es percibida la discriminación por los haitianos en Chile».