#Sociedad

Las dos mentiras de la publicidad

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La publicidad juega con el engaño. Eso lo sabemos todos. Te vende mundos ideales. Te hace creer que por tomar una bebida, o usar un perfume, o conducir un vehículo, o ponerte unas zapatillas de cierta marca, tu vida cambiará, serás otra persona, más feliz, realizada. Tú te comes el helado y, de paso, te comes el mundo. Sí, toda una mentira. Que aceptamos, porque sabemos que nos están mintiendo pero que –aparentemente- no le hace mal a nadie y porque el mundo –sabemos también- no se cambia a golpes de tarjetas de crédito y consumismo. Pero la aceptamos. Finalmente, a todos –o casi todos- nos gustan las burbujas de esa bebida, la esencia de ese perfume, la falsa libertad que nos da ese vehículo y lo atlético que nos hacen ver esas zapatillas. Es el juego. Y lo jugamos.

No. No quiero caer en discursos antisistémicos, ni acusar a la publicidad de todos los males de la tierra, ni levantar argumentos desde la moral. No. Me gusta la buena publicidad e incluso cuando sé que normalmente me están mintiendo, disfruto la creatividad de un mensaje comercial original, sorprendente, cautivador. 
 
El problema lo tengo cuando la publicidad pretende, además de mentirme, presentar como  modelo situaciones que son expresión de la violencia de una sociedad profundamente desigual, santificando patrones de conducta que son éticamente reprobables. Esa publicidad que recurre a discursos emocionales para desarmar nuestra mirada crítica sobre la realidad. 
 
Lo sé. La publicidad no quiere salvar el mundo, aunque a veces mentirosamente lo afirme. Pero cuando un banco te ofrece un crédito de consumo para pagar por la educación de tu hija de cuatro años, en un país donde la calidad de la educación –incluso de la mayor parte de los colegios particulares- está profundamente cuestionada y los niveles de desigualdad son una aberración, donde el derecho a la educación se transa –siempre a la baja- en el mercado, la publicidad parece sobrepasar esa tenue línea que separa la mentira que todos sabemos que es mentira y la otra mentira, esa que algunos –unos pocos- quieren que creamos que es verdad.

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6 Comentarios

crllanos

Y desde luego, para un privatizador como Mañalich esta mentira es «brillante».

https://twitter.com/#!/jmanalich/status/61031675945164800

Se desmantela la salud y la educación para volverlos servicios con mayor demanda y así cobrar más si se quiere calidad. Ambas siempre han sido Derechos de todas las personas porque TODOS en algun momento necesitaremos sí o sí salud y educación para nosotros o nuestros hijos. Estos sectores claves son secuestrados y mutilados en nuestro país por los Privatizadores para que, llegado el momento, sea lo más normal pedir créditos y pagar intereses brutales a los sectores económicos que siguen engordando y engordando a costa de la clase trabajadora.

Qué ocurre, señor ministro, si la señorita del comercial está en DICOM?

Pues se le negará el acceso al colegio que por mil razones ha escogido para su hija. Entonces, deberá conformarse con un colegio de menor calidad, probablemente uno con semáforo amarillo o verde según la discriminatoria clasificación que el ministro Lavín.

Y quiera Dios que la niña no se enferme y la mamita viva en Puente Alto, por ejemplo, y deba llevar a su hija al Sótero del Río para una operación. Sólo con plata podrá llevarla a una clínica privada. Sólo con plata tedrá una atención decente.

En este país, el que no tiene plata se jode. Brillante.

    Enzo Abbagliati

    enzo-abbagliati

    Gracias por comentar, Cristián. Pese a la polémica que generó en Twitter el mensaje del ministro Mañalich, creo que es un tema muy secundario en todo esto.

    Hace pocos días, con ocasión del proyecto de ley que obligará a rotular los componentes de los alimentos y que en uno de sus puntos establece además la prohibición de vender golosina en colegios, el gerente general de Nestlé afirmó que de aprobarse no habría plata para la Teletón. Salvo la reacción en las redes y alguna que otra mención en los medios (destaco el comentario de Tomás Mosciatti en Radio Bio Bio), los dichos pasaron casi desapercibidos. Ese chantaje permanente -en el que se inscribe uno de los mensajes de este spot-, que juega con nuestros derechos básicos, es el que a mi me cabrea. Y encima, cuando uno levanta la voz por estos temas, no faltan quienes te acusan de psicobolche, loco, ignorante y otras gracias. En fin.

jgg

Creí que era el único que detestaba la publicidad. No sólo la detesto, la encuentro perversa, mentirosa y manipuladora.
En este caso lo único que «fluye» son los ingresos del Banco.

jgg

Creí que era el único que detestaba la publicidad. No sólo la detesto, la encuentro perversa, mentirosa y manipuladora.
En este caso lo único que «fluye» son los ingresos del Banco.

    ptorrealba

    ptorrealba

    Si no le gusta la publicidad, lo invito a ver el siguiente tema, al final aparece un video que muestra la historia de las cosas, el consumismo irracional y la poca intención de crear procesos ciclicos esta haciendo pedazos nuestras voluntades y el medio ambiente en el que vivimos.

    Entrada de tema «Apague su televisor: la verdadera hora del planeta»
    Quinto Poder – Tema Medio Ambiente

    http://bit.ly/hrEUS4

En esta publicidad hay un clasismo enorme, es obvio que esta publicidad está dirigida a un segmento de la población. que NO está en dicom, que percibe un ingreso en sueldo por sobre el mínimo. Por lo que recomiendo a los chilenos aprovechar de ir al baño cuando aparezca este anuncio.