¿Qué le costaba a LAN avisarnos que nuestro vuelo tendría estos cambios? Aunque puedan reparar el daño hecho a mi equipaje, el tremendo mal rato que nos causaron y la desconfianza que nos generaron ya no tiene vuelta atrás.
Uno puede entender que existan mil razones por las cuales un vuelo puede sufrir cambios, pero lo que no se puede entender ni aceptar es que de un instante a otro cambien de hora y aeropuerto tu vuelo sin dar aviso a los pasajeros, tratándolos con total incompetencia. Contra ese nulo profesionalismo de LAN CHILE nos tuvimos que enfrentar.
El pasado 24 de febrero estábamos con mi novio en Aeroparque, Buenos Aires, esperando el vuelo LA480 que saldría a las 20:20 horas rumbo a Santiago de Chile, dando así término a unas felices vacaciones. El problema surgió cuando faltaba menos de media hora para que el avión partiera. El vuelo había desaparecido de las pantallas del aeropuerto y no se daba ningún aviso sobre la puerta donde debíamos abordar. Buscamos a alguien que nos diera información, pero no había absolutamente nadie de la aerolínea a quien consultar. Nos enteramos por el teléfono del aeropuerto de asistencia al pasajero que el vuelo había sido cambiado a Ezeiza (al otro lado de la ciudad)
Corrimos buscando ayuda hasta que dimos con un grupo de pasajeros que vivía la misma angustia y confusión que nosotros. Apareció una funcionaria de LAN que nos indicó ir por nuestro equipaje, solos, sin dar información alguna de qué estaba pasando ni qué solución tendríamos. Obviamente sin contar con una persona que guiara al grupo llegamos a un lugar errado, volvió después la misma funcionaria y nos culpó por nuestra desorientación. Para no creerlo. Ya con el equipaje en mano, ante nuestra presión y descontento, otra funcionaria de LAN nos llamó por orden alfabético para tomar los buses que nos llevarían a Ezeiza.
Ahí noté que mi equipaje había sido destruido. Arrancaron el candado (que no era externo sino parte de la maleta, como pueden ver en la foto que encabeza esta entrada), así como también las dos manillas y uno de los cierres. Quedé en shock, lo primero que pensé es que habían intentado robar mis pertenencias. Ya en Ezeiza, teniendo que hacer todos los trámites de nuevo, le hice ver a una funcionaria de LAN el daño de mi maleta y considerando el contexto lo único que pudo hacer fue sugerirme hacer el reclamo en Chile, dándome un formulario para ello.
Tras unas cuatro horas de espera, agotados, furiosos, con hambre, sed e incomunicados con nuestras familias que nos esperaban en Santiago, logramos tomar el vuelo y llegar cerca de las 3am a Chile, teniendo que pagar un transfer para irnos a casa, sin información de qué pasó con nuestro vuelo y sin disculpa alguna por el trato negligente que nos dieron. Y claro, con mi equipaje regalón destruido.
¿Qué le costaba a LAN avisarnos que nuestro vuelo tendría estos cambios? Si no es por gestión nuestra habríamos perdido el avión, literalmente estábamos abandonados por el personal. Me impresiona la falta de empatía y responsabilidad con sus pasajeros, el encanto de volar del que tanto se jactan es una falacia pues son muchas las personas que han vivido situaciones similares tanto en vuelos nacionales como internacionales. Me queda claro que no sienten ningún respeto por nuestras pertenencias, independientemente de quién haya dañado mi equipaje, ellos deben hacerse responsables. Ahora me encuentro en La Serena, a mi regreso a la capital tendré que darme la molestia de exigir la solución. Y aunque puedan reparar el daño hecho a mi equipaje, el tremendo mal rato que nos causaron y la desconfianza que nos generaron ya no tiene vuelta atrás.
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