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La Navidad de las piedras

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Todos pasamos, mejor dicho, toda familia pasa por años malos. Sin embargo, para la nuestra, 1999 no fue malo, si no atroz.

En menos de seis meses perdí a mi madre, trabajo, casa, auto, colegios y U. pagadas, etc. Era el tiempo de la llamada “crisis asiática”, que en nuestro caso bien pudo ser, quizás, lo más parecido a La Peste, el magistral y aterrador relato de nuestro venerado Camus.

Es muy cierto que en nuestro caso jamás acostumbramos a nuestros hijos a recibir decenas de regalos, pero, entre estar acostumbrados a la moderación y de una navidad a otra caer en la nada, en la carencia absoluta, existe una diferencia que, quieras o no, te golpea con violencia.

Días antes de nochebuena, recuerdo haberme encontrado unas monedas de $10.- en una chaqueta vieja que me alcanzaron justo para una ampliación de “IF” de Kipling, la que pegué en una cartulina y fue el regalo que hice a mi hijo menor, de 16 años en ese tiempo. 

Pero el regalo que más impactó a la tribu, el que definitivamente ayudó a sobrellevar aquella repentina y desconocida miseria fue el de nuestra hija mayor, hoy una profesional de los números que aún no percibe a la inmensa y creadora artista que duerme en su interior.

De un montón de huevillos en las afueras de una construcción eligió cinco, las mejores cinco piedras que ella consideró ideales para recibir, para que en ellas fueran estampados madre, padre, hermana, hermano, y ella misma.

Mentiría si, para adornar el relato y dejarlo al nivel del Reader's Digest o de matinal cebollento, dijera que fue “la mejor Navidad” o una “gran Navidad”, sencillamente fue “la Navidad de las piedras”.

En la más grande pintó mi cara, perfectamente. En otra más pequeña, a su madre, a la que agregó unas lanas amarillas que reflejaba fielmente el peinado de ella en ese tiempo. En otra, a su linda hermana menor. En una totalmente ovalada, a su hermano, pero no con su rostro, si no con la reproducción del “El Grito” de Munch, pues era el retrato que siempre estuvo en la pared de su cuarto y que lo identificaba plenamente a él. Finalmente, ella, también hermosa, de pelo castaño claro (sin Tío Nacho) y lentes.

¿Y qué fue de las piedras? Se fueron perdiendo. En un jardín, en un closet, quizás en el interior de una caja que terminó en la basura. Quién sabe. Pero de donde no se extraviarán nunca es desde el más profundo ser de cada uno de nosotros cinco: ahí morarán por siempre.

Mentiría si, para adornar el relato y dejarlo al nivel del Reader’s Digest o de matinal cebollento, dijera que fue “la mejor Navidad” o una “gran Navidad”, sencillamente fue “la Navidad de las piedras”, una experiencia de vida que recomiendo sinceramente a todos aquellos que tienen internalizado que “más” es “mejor” y que tras esa falaz quimera llenan con ansias y febril demencia los malls, endeudándose hasta el próximo diciembre.

¿Por qué mejor no buscan una sencilla piedra donde pueda estar oculto rostro y alma de cada uno de sus seres amados? ¿Existe una razón convincente para no intentarlo?

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4 Comentarios

kjdflkgjldkf

Tengo una gran conclusión para ti. Si no tienes dinero, inventa una forma de hacer un regalo. Segundo si algo tienes, y si quieres comprar algo, hazlo. Tercero si tienes dinero extra, y crees que no lo necesitaras porque ya tienes demasiado, gástalo si quieres.

Osea, las personas pasan por máximos y mínimos económicos e torno a las navidades.

Navidad:

La Navidad (en latín: nativitas, ‘nacimiento’)?, también llamada coloquialmente «pascua». Es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén … …

Luego, estabas de fiesta celebrando el nacimiento de Cristo, o Jesucristo, o el Salvador, o el Principe de Paz, o el León de Juda, o el Hijo del Dios Altísimo, en Belén.

Luego crees en Dios.

Si crees en él, tal vez eres su hijo.

Si eres su hijo, eres heredero y coheredero de todo lo que existe…

Luego, ¿te deprimes por no regalarle a tu quinceañero su primer Ferrari, o algo semejante, en el día que celebras la conmemoración del nacimiento del Verbo de Dios?…

(Veo cierta incongruencia en alguna parte, tuya o mía, que me hace sonreír…)

    henrymiller54

    ¡Plop¡

jklfdjgkldf

¿Exijo un explicación!

Gabriela235

mmm, la mía fue hace unos años atrás, 4, 5 años, no quiero acordarme mucho porqué, pero tb estaba pobre de dinero, pero había rescatado del closet de mi mamá unas piedras preciosas para hacer macramé y les hice collares a mis hermanas y mi mamá, una de ellas quedó llorando, en fin, a veces es bueno poder hacer algo con las manos