Es común escuchar lamentos por la realidad que viven las personas que les toca la peor parte de este modelo deshumanizado y deshumanizante; pareciera que es antiético no manifestar preocupación o algún sentimiento relacionado con una falsa compasión por un otro que esté sufriendo, pero no es antiético, ni tampoco es tan mal visto socialmente, el no pasar de ese estado de preocupación a la ocupación del cambio real que necesita nuestro país.
Nos encontraremos con diferencias ideológicas en el cómo y en el cuál es el cambio que hay que hacer, pero hay un punto que no se puede poner en discusión y que deberíamos tener todos claro: Nadie se puede restar de la lucha y de la construcción por un Chile donde realmente podamos decir que todos sus habitantes viven dignamente y eso no sólo quede en un discurso ya tan manoseado y pase a ser un hecho.
Mientras como sociedad no comprendamos que la lucha contra la pobreza no es una opción y que es un deber, seguiremos estando en el camino equivocado que hemos estado transitando mucho tiempo y que mientras más se extiende más violento se hace. Desde distintas trincheras debemos ir avanzando, desde los colegios, universidades, trabajos, sindicatos, JJ.VV, comités, ONGs, partidos políticos, movimientos sociales, etc., lo importante es ocupar los espacios donde nos desarrollamos para poder abrir paso a un Chile distinto donde todos nos involucremos y comprometamos a hacer grande nuestro país. Sin embargo es difícil si vemos que la palabra “compromiso” es cada vez más escasa en nuestro vocabulario y más aún si ese compromiso va más allá de uno meramente para fines personales.
Mientras como sociedad no comprendamos que la lucha contra la pobreza no es una opción y que ésta es un deber, seguiremos estando en el camino equivocado que hemos estado transitando mucho tiempo y que mientras más se extiende más violento se hace
Se dice que la juventud es la etapa de los compromisos, en donde nos arriesgamos por nuestras convicciones, valores e ideales… que nuestra convicción sea un Chile más justo, más digno, más humano y sin pobreza, que los valores e ideales que llevemos como estandarte sean las banderas del compromiso, de la solidaridad, de la fraternidad. Cuando todo chileno lo entienda así, ya no seguiremos transitando por el camino equivocado y como nación nos ocuparemos del Chile que nos interpela en la cara de los muchos “Luchines” que desde los campamentos siguen esperando que nos decidamos, que trabajemos en conjunto como sociedad y pasemos del lamento al compromiso.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
kathy
Bien Pablo. Eres un granito de esperanza. Gracias por tu aporte.
Jeanet
La pobreza muchas veces, es también una opción como una reacción sicológica, ante traumas familiares de peso, o relaciones afectivas mal llevadas, etc. No todas son razones económicas aunque deriven en un tipo de vida, denominada » pobre», porque somos muy etnocéntricos. Hay gente que es feliz con esa libertad que le da ese estilo de vida , aunque los trates de sacar no quieren.
Patricio Pinilla
Sin duda que terminar con la pobreza es una exigencia ética que no admite excusas. Lo lamentable es que muchas veces nos quedamos en la Reflexión sin pasar a la acción. Felicito al joven articulista, pues se nota por su reseña que no solo se queda en las palabras. Frente a este desafío el que no ACTÚA se transforma en complice.
PabloDuran
Dibujo: Creación de Consuelo Díaz Roa