La discusión en torno al proyecto de Ley de interrupción voluntaria del embarazo, plantea tres causales específicas:
Peligro para la vida de la mujer, permitiendo que puedan optar a los tratamientos médicos necesarios en caso de que el embarazo ponga en riesgo su vida.Indigna que piensen que para la mujer el aborto es un deporte, un trámite. No señores, nada más alejado de la realidad. La mujer que toma esa difícil decisión no lo hace por gusto, y no van a ser ustedes quienes decidan por ella y menos la cuestionen.
Inviolabilidad fetal de carácter LETAL: «esta causal plantea que en los casos en que el embrión o feto padezca una alteración estructural congénita o genética de carácter letal, la mujer podrá decidir si interrumpe o no su embarazo. «Forzar a la mujer a llevar a término tal embarazo, o bien obligarla a que espere la muerte del feto, supone mantenerla en un permanente estado de duelo.»
Embarazo en caso de violación, en caso de que producto de una violación quede embarazada, tenga el derecho de decidir si desea interrumpir el embarazo y no prolongar el sufrimiento que hoy una sociedad le obliga a aceptar, e incluso la culpa del mismo.
La discusión perdió el foco, y molesta ver parlamentarios con argumentos simplones y sesgados, bajo una moralidad tan cuestionable. Esa que distinguía entre hijos naturales e ilegítimos; esa que se oponía a que se entregaran pastillas anticonceptivas y condones en los hospitales públicos; incluso que se hicieran clases de educación sexual, esa que rasgaba vestiduras cuando se discutía la Ley de divorcio, aún cuando fueron los primeros en divorciarse.
Indigna que intenten hacernos sentir culpables por querer tener pleno derecho sexual y reproductivo sobre nuestros cuerpos, de decidir lo que está bien y lo que está mal.
Indigna que intenten hacer sentir a las mujeres culpables de no querer ser madres, de decidir sobre sí mismas, de tener relaciones con quién/es quieran y a la hora que quieran sin ser tratadas como putas.
Indigna que piensen que para la mujer el aborto es un deporte, un trámite. No señores, nada más alejado de la realidad. La mujer que toma esa difícil decisión no lo hace por gusto, y no van a ser ustedes quienes decidan por ella y menos la cuestionen.
Indigna que se suban al altar de superioridad moral, como siempre lo hacen, para autodenominarse los defensores de la vida o «pro vida» y tratar de asesino a todo aquel que no piense como ellos, aún cuando varios de ustedes fueron cómplices de una historia negra que, aunque quieran, jamás podrán borrar.
Los vegetales son seres vivos, las plantas son seres vivos, las bacterias son seres vivos. Bajo esta premisa nuestro propio organismo sería destructor de vida. Aunque incluso hay normativas que reconocen la existencia de vida indeseable o no deseable. (NCh 1333).
El cigoto o embrión desde el primer momento es una célula viva con el genoma humano completo, pero científicamente no es un ser humano. Lo es cuando el sistema nervioso y la corteza cerebral están desarrollados, y es capaz -y está consciente- de percibir estímulos sensoriales. Si algo debemos proteger y defender -como lo dijo Humberto Maturana, es al ser humano en su vida integra. Entendiendo que el cigoto o embrión, ¡NO ES UN SER HUMANO!
Me alegro que Chile avance, aunque a muchos aún les cueste entender, «comprender» y aceptar, que lo que impusieron a punta de sangre y fusil, no lo toleraremos nunca más, y lo vamos a cambiar.
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