Llovió a cántaros en sectores como Valdivia, Osorno y Puerto Montt, incluso con suspensión de clases y serias inundaciones. ¿Le importó a los medios? No mucho. Pero llovió en Santiago y los cada vez más insoportables noticieros le dedicaron hasta 15 minutos a este tema, y cómo no, como si hubiese sido el apocalipsis.
Lo sintamos o no, nos duela o no, el centralismo está en todos lados. Comúnmente en los medios, pero por lo general, en la sociedad. Y no es un problema de este o del otro gobierno, o del anterior a éste, sino que de todos. Desde el primero que asumió luego del retorno a la democracia, hasta el vigente, que si bien simpatizo con él, es una «yayita» que espero sea subsanada.
Por ejemplo el tema del temporal en el sur. Llovió a cántaros en sectores como Valdivia, Osorno y Puerto Montt, incluso con suspensión de clases y serias inundaciones. ¿Le importó a los medios? No mucho. Pero llovió en Santiago y los cada vez más insoportables noticieros le dedicaron hasta 15 minutos a este tema, y cómo no, como si hubiese sido el apocalipsis.
¿Y qué me dice del absoluto olvido en el que quedaron los damnificados en el norte del país? ¿Tan poco duró el espíritu solidario del chileno? Yo recuerdo que días después del incendio en Valparaíso -cuyos damnificados también quedaron a la deriva- fui a comer a la Fuente Alemana y un caballero sentado al lado mío dijo: «Y ahora todos se olvidaron de Iquique». Lamentablemente ese comentario no representó ninguna mentira.
El centralismo es un problema que compete a izquierdas y derechas, y donde nadie se salva. Ni los medios, ni los Presidentes, ni los ministros, ni los mismísimos santiaguinos que con esto se convirtieron en egocéntricos -sin ofender obviamente- y que creen que los problemas de Providencia importan más que los de Curicó o Dichato.
Me gustaría que la Presidenta obrara más entregando soluciones concretas por los damnificados del norte, así como a los que perdieron todo en Cerro Ramaditas. Afortunadamente comunicó la construcción de hospital para Curicó, una de las ciudades que más pataleó y pataleó por este tema. Sé que ella está enfocada en cumplir sus promesas para los primeros 100 días de gobierno -según Tele13 ya va en 39- pero la gente de Iquique, así como la gente de Valparaíso o los del sur del país, no pueden seguir esperando que los tomen en cuenta mientras el Transantiago sigue sin arreglo. Porque el centralismo es un problema gigante y si optamos por erradicarlo y no por convivir con él, nunca más podríamos decir que «Santiago es Chile».
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