Por décadas diferentes investigaciones han documentado la existencia de transmisión intergeneracional de desventajas socioeconómicas, demostrando que factores tan gravitantes como los económicos, políticos y sociales contribuyen de manera significativa en la transmisión de las desventajas entre generaciones. Estas observaciones, que describen un determinado fenómeno (transmisión de desventajas biopsicosociales), hoy podemos explicarlas, en parte, apelando a una teoría (explicación) basada en factores biológicos.
La exposición a diferentes situaciones de adversidad, como por ejemplo la desventaja socioeconómica y la violencia física y psicológica que sufre la mujer embarazada, compromete el desarrollo neurológico de la descendencia, afectando la salud física y mental de los hijos a corto y largo plazo, permitiendo explicar en muchos casos el origen del desarrollo de diferentes enfermedades que hoy sufren muchos adultos. La creciente evidencia sugiere que la influencia de la madre sobre el hijo ocurre tanto prenatalmente, así como también post-natalmente (con los primeros contactos madre–hijo ejemplo, lactancia materna). Y esto ocurre, en parte, a través de la regulación atípica del eje HPA materno-infantil, con efectos negativos en la maduración de los circuitos neuronales pre-frontales y subcorticales en la descendencia.Debemos tomar los resguardos para abordar las desigualdades transmitidas intergeneracionalmente, con políticas públicas a largo plazo, evitando condenar a más generaciones por nuestras negligencias actuales.
Hoy nos debería preocupar como sociedad total la transmisión epigenética intergeneracional de las desventajas bio-psicosociales en las poblaciones humanas. Este conocimiento debería tener implicaciones en políticas públicas, en términos de generar las condiciones que permitan entre todos reducir la transmisión de tales desventaja.
Si bien aún necesitamos más estudios del cómo ocurre esta transmisión intergeneracional, debemos tomar los resguardos para abordar esta brecha de desigualdades (inequidades intergeneracionales) con políticas públicas a largo plazo, evitando condenar a más generaciones por nuestra negligencia como sociedad actual.
Comentarios
19 de junio
Y dale conque la «desigualdad» es el problema.
Si ese es el problema, es mas rápido y efectivo estresar a todas las madres, darles malas condiciones económicas, eliminar la lactancia, etc, ya que con eso todos estarían mas o menos mal, y la desigualdad se reduce.
¿es malo que una mujer tenga buena condición económica, que no tenga violencia , etc? ¿no es mejor que si las tengan y se busque arreglar a las que no lo tienen?
Es hora de enfrentar lo realmente malo, que es la pobreza y las condiciones de base malas, mas que seguir hablando de la desigualdad como mantra.
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19 de junio
Gracias por su comentario. saludos
19 de junio
La desigualdad por si misma no es mala, en realidad beneficia a una sociedad cuando se maneja entre ciertos limites. Estimula la economía y posibilita la movilidad social, en cambio cuando se hace exagerada (como es el caso de Chile), frena la movilidad social y con el paso del tiempo va incubando tensiones y conflictos sociales, como los que sufrimos y se mantienen latentes desde antes de la llegada del COVID-19.
Hay que dejar en claro que la desigualdad exagerada resulta ser un producto natural del modelo económico neoliberal y el mejor remedio es que el Estado cumpla su papel de cuidar por la sociedad toda e imponga regulaciones y normas para impedir la acumulación excesiva de riquezas en manos de unos pocos.
Saludos
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20 de junio
Tengo la sensación que la investigación científica en este caso, tiene bastante asidero, es obvio pensar que si una madre no tiene las condiciones naturales de alimentación y seguridad ambiental y emocional el hijo tendrá problemas, pero hay tanta evidencia que también indica las paupérrimas condiciones en que nacieron cientos de genios de la humanidad que hay que evaluar. Siento sin embargo que por el compromiso ideológico de algunos investigadores se busca vincular su lucha política con la evidencia científica, me recuerda cuando en el siglo XIX e inicios del siglo XX, muchos arqueólogos religiosos viajaron a Palestina con la biblia en la mano, buscando confirmas los mitos bíblicos, y los confirmaron, pero que a la luz de la ciencia actual,todo fue un acomodo a sus creencias. Los actuales convencimientos ideológicos y muchos de sus derivados no son más que creencias.
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14 de noviembre
Me encanta tu mirada.
Estoy totalmente de acuerdo…mientras más divulguemos este conocimiento y su utilidad…
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11 de julio
Estimados
Lo desvelado el Mega Proyecto del genoma Humano (MPGH), junto a las ciencias ómicas y especialmente la epigenética, es entregarnos nuevas herramientas para mejorar las condiciones de conectividad neuronal en los primeros estadios de vida, especialmente en los dos primeros meses de vida intrauterina; ello se expresa en la oportunidad de tener o no, el feto, elementos imprescindibles para su neurodesarrollo, a partir de la alimentación de la madre y, ello por cierto debe apoyarse con políticas públicas y de estado, como lo está haciendo Japón, y otras naciones desarrolladas. Tuve el privilegio de realizar mis estudios de post grado en Japón, en esta materias, donde pude conocer de cerca por ejemplo la ley TOKUHO (1° Septiembre de 1991), o alimentos FOSHU (Food Fort Specified Health Uses). En este sentido felicito al Congreso de Chile, el cual está legislando sobre los neuroderechos de las personas, pero fundamentalmente debe ser condición sine qua non, contemplar los primeros estadios de vida intrauterina.
Prof. Víctor Hugo Gutiérrez (U. CH).