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Hermenéutica del rodeo

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Se ha instalado un debate sobre el rodeo chileno, que creo que no es poca cosa. Estoy en contra del rodeo, no solo por razones animalistas, aunque creo que el hecho de comernos a un animal no nos da el derecho de torturarlo. Es por ello que no participo de ese tipo de espectáculos y en cuanto tuve uso de razón me marginé del rodeo. Ahora, sin embargo, surgen nuevas razones para combatirlo:

Sucede que con el rodeo está en juego mucho más que el maltrato animal. Para ello quiero compararlo con un deporte afín y quizá su ancestro más directo: las corridas de toros. El torero normalmente es un hombre de bajo origen social, aunque se da frecuentemente el caso de dinastías de toreros con un gran aprecio por su habilidad, que algunos llaman arte. El torero requiere de un valor indiscutible: se enfrenta solo, a pie ante un animal que tiene muchas veces su peso, que ha sido embravecido previamente y que puede, como en algunos casos lo hace, matarlo.

A través de la tauromaquia, los matadores, corriendo enormes riesgos, llegan a transformarse en ídolos que incluso trascienden las fronteras de los países en que sus corridas son legales. Así alimentan y educan a sus familias, así logran un ascenso social similar al que antes lograron los boxeadores y mucho antes los gladiadores romanos. Son hasta cierto punto, héroes. Por mucho que su disciplina sea éticamente cuestionada, su valor no puede serlo.

El rodeo tiene un sentido completamente distinto y, pese a ser menos sangriento, es una perversión de la corrida de toros. Los huasos que integran la collera no son héroes, pues el riesgo que corren es mínimo. Ellos montan caballos que han sido criados para su “deporte”. Es un deporte caro, del que solo participan patrones de fundo y oligarcas que se toman la licencia de maltratar a caballazos a un animal mucho más débil que sus caballos.

Los aperos y caballares de los patrones, sin contar con sus elegantes ponchos, espuelas de plata y tenida adecuada, solo son posibles de ser mantenidos en latifundios, como un lujo al que la gran mayoría de los chilenos no podemos acceder. Es un “deporte” de patrones y petimetres, del cual el resto de nosotros estamos excluidos, a no ser como espectadores. El huaso que corre en el rodeo no ha llegado ahí por su talento, sino por mero privilegio, emulando al padre y al abuelo en sus diabluras campesinas, que muchas veces incluían acostarse con una “china” más o menos a la fuerza.

En el rodeo los futres asientan sus privilegios echando literalmente la caballería encima sobre un débil. Actitud que traspasan luego a la sociedad, tratando con prepotencia a todos los que están en una posición inferior y que para ellos son inferiores o rotos. En tan grotesco ceremonial son puntuados, aplaudidos y exaltados como los héroes que no son, simplemente por saber manejar sus caballos criados para el caballazo. Esperan que por ese “arte” el público, compuesto principalmente por gente más o menos subordinada a ellos, los aplauda. Validando con ello la injusticia y el atropello, porque el rodeo chileno es eso, injusticia y atropello. Dos animales más fuertes atropellan injustamente a uno más débil. En el rodeo norteamericano, el cowboy monta solo a un toro a un potro salvaje, resultando con lesiones y mucho más maltrecho que el animal. Sospecho que las lesiones de nuestros cowboys criollos son mínimas, si es que las padece. No mucho más que algún malestar en sus posaderas.

En el rodeo los futres asientan sus privilegios echando literalmente la caballería encima sobre un débil. Actitud que traspasan luego a la sociedad, tratando con prepotencia a todos los que están en una posición inferior y que para ellos son inferiores o rotos.

Esta clase patronal, que ahora quiere llamarse ‘élite’, asienta esos privilegios que cree derechos divinos en su ritual grotesco. En su pobre muestra de pericia, quiere demostrar que es una clase mejor que las otras, pero sucede que su pericia es mínima comparada con la de los futbolistas, los atletas u otros deportistas. Del mismo modo, de vuelta en la sociedad, creen firmemente en esa superioridad que no se han ganado, porque no le han ganado a nadie, sino que no han hecho más que segur su conducto regular. Por esa superioridad no ganada y que no es más que un vergonzoso privilegio de clase, usan el arte del caballazo aprendido en el rodeo en contra de sus empleados, sus subordinados y todos aquellos a quienes consideran inferiores a ellos, es decir, contra todos nosotros. Pero el futre no es un torero ni un gladiador, su valor no le llega a los talones a ninguno de esos héroes cuestionables en todo, menos en su heroísmo. No es más ni mejor que nadie y el único pedestal que tiene para mirar por encima del hombro es el dinero heredado o habido con más privilegios. Es ante el dinero ante el que todos debemos inclinarnos, no ante él.

Pidiendo el fin del rodeo, el chileno parece haberse dado cuenta de que más que al caballo corralero, se parece al humilde novillo torturado para goce y lucimiento del futre. Sufriendo caballazos como las AFP, los bajos sueldos, el endeudamiento y la mala educación, no puede ser que se identifique con el elegante huaso, sino, puesto que también sufre caballazos, no le queda más que solidarizar con el vacuno.

Si el rodeo se prohíbe, es muy probable que siga haciéndose de manera ilegal. Pero ya no tendrá el respaldo del Estado, ni los vítores del peonaje e inquilinaje dominado. Será la fiesta de aislamiento de clase de la oligarquía chilena, algo así como celebrar el “pronunciamiento” del once de septiembre, y en ello no dejo de advertir cierta belleza: las virtudes del patronaje convertidas en vergüenzas ante una sociedad que simplemente, en buen chileno, ya no los pesca.

¡Viva Chile!

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19 Comentarios

peon

La parte crítica del rodeo se puede modificar muy fácilmente con una regulación, tal como lo indiqué detalladamente en una columna personal.

Sin embargo, la parte del odio de clases no se puede cambiar.

Lo lamentable es que sea el odio lo que promueve esta columna y no la propia preocupación por el animal cuando es atajado…

    Arturo Ruiz

    No es odio, sino conciencia de clase y no viene del proletariado, sino, por fin, de la clase media.

peon

¿Consciencia de clase?…

Qué tal si me habla un poco más de ella, aplicada al rodeo, para procurar entender mejor a qué se refiere.

    Arturo Ruiz

    Próxima columna

Pablo Reyes

Brillante columna
Agregar solo que estas costumbres suelen imitarse como los modos de hablar o lo José Piñera , lugares comunes donde veranear o mostrarse etc
Felicitaciones

Servallas

Comparto que se acabe el rodeo, creo que este tipo de «divertimento» ya fue, ya pasó, ya no es su tiempo, es muy noble erradicar esta práctica, ahora sobre la propuesta hermenéutica, no la comparto, tiene el olor al odio ideológico que ya nos ha acompañado por tanto tiempo. Odio que tampoco queremos, ya fué, ya pasó al igual que el rodeo, intentemos no odiarnos, y así como podemos cultivar nuestro amor  por los animales, ser menos crueles con ellos, intentemos no jugar con caricaturas sociales que sólo incitan  a otros más vulnerables a jugar al odio.

Raul

Como se nota que no tiene idea de nada venga al campo no el que sale en la tele y vera como este deporte también es practicado por campesinos esforzados y pobres que muchas veces es su caballo de trabajo y el único que tiene pero su falta de conocimiento sobre el campo y sus tradiciones es vergonzoso

vasilia

vasilia

El rodeo no tiene que ver con la tauromaquia. Ni de cerca. Nada. No tiene nada pero que nada que ver.

Y ponerlo como poco menos que una representacion de lucha de clases es como pasarse cinco pueblos.

El rodeo que se hace en ciertas medialunas es una forma de que la gente conozca lo que se hace en el campo arreando animales. Ese es el que ud a visto solo por television, porque la mayoria de los que se quejan contra el rodeo, en su vida han estado cerca de una vaca, o siquiera riegan una planta. Pero el rodeo, el verdadero y tradicional, no lo realizan «futres». Yo vivi en una zona de campo durante un tiempo cerca de Curico, y alli vi campesinos celebrando la habilidad que tiene el que cuida al ganado para que este se mantenga junto y bien. Por eso, si se fijara como se debe, es un combate de habilidad: manejar un caballo, manejar una vaca, sin perder nunca el control, sin maltratar a ninguno. Es mas de lo que podemos decir los que hemos sido atropellados por carros de super o ciclistas.

Estoy de acuerdo que hacer un rodeo en Santiago, en el Nacional, es desubicado. Eso es someter a los animales (caballos, novillos) a un stress innecesario llevandolos a un ambiente totalmente ajeno a su situacion habitual (trasladarlos en camion, llevarlos a un pasto que no conocen, etc). Pero las personas como ud pretenden prohibirlo en todo Chile. Jope.

    Arturo Ruiz

    Los apellidos de los ganadores de Champion de Rancagua son elocuentes http://www.caballoyrodeo.cl/portal_rodeo/site/artic/20120403/pags/20120403151504.html

    Arturo Ruiz

    Soy de Valdivia y pasaba mis vacaciones infantiles en Mulchén.

    Servallas

    Arturo, comparto la idea del chao al rodeo, pero puede ser más claro, ¿ que quizo decir que los apellidos son elocuentes?, por ejemplo :Rufino Hernández, ¿que tiene contra los Hernandez?, o Francisco Jara ¿son tan malos los Jara?., yo tengo un amigo Jara y es una bella persona.

    vasilia

    vasilia

    Los apellidos DE LA CHAMPION de Rancagua.

    ¿Cree que es el unico «rodeo» que se hace en Chile? ¿El de la Champion?

    Es lo mismo que si fueramos a prohibir el futbol por los desmanes que hacen los idiotas de las barras de la U o Colo-Colo, castigando tambien a la gente que juega pichanga. O vamos condenando el montar a caballo por lo que pasa en el Derby del Club Hipico.

    Su problema no es el novillo, no son los caballos, sino quienes los montan. Si ese es su gran argumento de peso, Arturo, ud tiene un grave resentimiento de clase social. Gravisimo. Y eso no tiene nada que ver con el rodeo.

peon

Cierto que es algo confuso interpretar a don Arturo en sus últimas declaraciones, pero, lo que él ha querido decir es que en Mulchén los jinetes montan vacas y arrean caballos…

stanley sherrington

No son argumentos:
1.- Deporte de elite: Diría que si, es de los patrones, pero diría que el 90 % de los deportes son de elite y al pueblo no nos queda otra que mirar y admirar.
2.- Que el animal sufre: si claro que sufre un poco, no es tortura, es como cuando uno sube al metro se sufre pero se aguanta.

Peligro de ponerse weones con el tema animalista:
se puede extender a: la Pesca, la caza, incluso a la actividad domestica al matar moscas y sancudos etc.
Finalmente: He visto que la estrategia comunista esta llevando a resaltar el odio hacia el patrón, hacia el empresario, hacia el kuico…esto es delicadamente grave, porque nunca se podrá lograr una igualdad, porque somos seres humanos, todos diferentes en capacidades en voluntades etc.
en resumen…
ESTOY A FAVOR DEL RODEO…me gusta ver a mis patrones demostrando sus habilidades y estoy (al igual que en el torero), esperando que se caiga y se saque la cresta.
También agregaría que admitiría un cambio …pondría a correr a políticos corruptos, en vez del novillo.
se llenaría la media luna, aunque volveríamos a los tiempos Romanos.