Hago un llamado a nuestros ilustres jueces de familia, a aunar criterios y a respetar cuando una mujer toma la difícil decisión de ceder su hijo en adopción para darle la oportunidad de crecer sano y feliz. Apelo a que nuestra sociedad sea más comprensiva con quienes se ven enfrentados a situaciones límites.
No es la primera vez que escribo con profunda indignación, al conocer por la prensa un caso más, en el que una adolescente trunca su vida y la de su hijo, por la desesperación de estar sola con la tremenda responsabilidad de asumir una maternidad no planificada.
Hace pocos días atrás, el senador Jaime Orpis escribió una hermosa columna con motivo de la instauración del Día del Niño por Nacer y la Adopción pero, aunque sea un gesto de gran importancia, no basta con estos hitos. En un proceso de adopción, hay muchas personas y entidades que tienen algo que decir al respecto, porque lamentablemente, aunque la mujer decide por la vida y opta por ceder a su hijo en adopción a conciencia, muchas veces ésta misma es cuestionada posteriormente, aduciendo intereses superiores.
En la Fundación Chilena de la Adopción (Fadop), desde hace tres décadas que tenemos el programa de acompañamiento a la mujer embarazada en conflicto con su estado, donde acompañadas por una trabajadora social y un psicólogo, ellas analizan en profundidad esta decisión. Cuando la madre ha resuelto la situación de su hijo ya nacido, debe ratificarla ante el Tribunal de Familia correspondiente y es ahí donde dependerá del criterio del juez, si acoge y respeta su decisión, la obligará a abrir su secreto con su familia, o como ocurre muchas veces, la obligará a compartir esta maternidad con algún familiar que quiera hacerse cargo del niño.
¿Será bueno para el niño o para esa madre esta situación? Apelando al interés superior del niño y a la Convención de los Derechos del Niño, que establece que «todo niño tiene derecho a una familia, que lo proteja y ame», estoy segura que no.
Por eso hago un llamado a nuestros ilustres jueces de familia, a aunar criterios y a respetar cuando una mujer toma la difícil decisión de ceder su hijo en adopción para darle la oportunidad de crecer sano y feliz. Apelo a que nuestra sociedad sea más comprensiva con quienes se ven enfrentados a situaciones límites, como la de esta desesperada adolescente.
* Entrada de María Elena González, Directora Ejecutiva Fundacion Chilena de la Adopción (Fadop)
Comentarios
24 de noviembre
Es que los niños son tratados como una mercancía….. Se ha escito bastante de los parientes de la madre que reclaman el niño… pues este viene con un pago mensual del estado por cuidarlo.
¿El interés superior del Niño? a nadie le interesa.
En EEUU son bastante más civilizados, una madre puede transferir su patria potestad sobre el niño a otra persona sin ni siquiera pasar por un juez, basta una escritura pública.
Asi la madre puede asegurarse que la familia que criara a su hijo valga la pena.
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