Gobernados y gobernantes

El ser humano desde su evolución como especie, al margen de las teorías de evolución de las especies, o por la creación divina, se ha organizado jerárquicamente, desde tiempos postreros, nuestros antepasados desde la creación del fuego o desde que el primer humanoide primitivo utilizó una piedra o una quijada de animal, como herramienta o arma de caza, mantuvo la jerarquía y control por sobre los demás habitantes de su especie, originando dentro de las especies, distinciones como Alfa, para preservar un determinado grupo que utilizaba un mismo territorio y se organizaba en base a roles instintivos de supervivencia. 

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La Paz Mundial es una quimera utópica en nuestra época actual. Priman los intereses, pero con el mismo objetivo que hace más de 5000 años, la supervivencia instintiva bajo parámetros más profundos y complejos, no hemos evolucionado como especie para preservar el bien común o incluso nuestro propio planeta.

Actualmente, los seres humanos nos hemos complejizado, pero estos instintos siguen siendo pilar fundamental de la conducta humana, pero con otras consideraciones, la supervivencia ahora contempla aspectos como calidad de vida, status económico y social, dependencia tecnológica, y sistemas políticos económicos imperantes.

Anterior a la revolución industrial, los sistemas seudofeudales imperialistas se influenciaron por monarquías absolutistas en doctrina única, los gobernantes eran elegidos por un Dios Supremo, donde no debían dar cuenta de sus actos a nadie en la Tierra, por ejemplo, el llamado «Rey Sol» en Francia, y otros casos. El instinto de supervivencia de la época desencadenó cuestionamientos a los excesos en desmedro de los grupos gobernados por estos gobernantes. Uno de los puntos de inflexión históricos fue la Revolución Francesa, que generó ideas antagonistas a la oligarquía, absolutismo y excesos de los grupos gobernantes.

Las ideas de igualdad y libertad se entramparon por autores según sus ideas preconcebidas de modelos de vida y subsistencia, lo que desde el siglo pasado ha generado conflictos que hasta ahora nos mantienen como una macrosociedad en permanente antagonismo con quienes piensan distinto, la proliferación de ideas, modelos o sistemas políticos sociales económicos; llegando a confrontaciones bélicas, terrorismo, naciones quebradas institucionalmente, no cabe preguntarse, hemos avanzado desde el inicio de los tiempos o es lo mismo, el absolutismo habrá sido reemplazado por superpotencias que nos subyugan al resto, y la Democracia -tan manoseada- es un punto de vista que depende de quien gobierna y los gobernados deben ser manipulados dentro de los intereses de gobernantes y grupos de poder o como se denominan actualmente «elites de poder». Bajo agrupaciones de países u organizaciones empresariales y otros.

La pregunta entonces es ¿Existe el sistema político, económico y social perfecto? La respuesta es NO.

Todo sistema tiene aspectos irregulares que deben regularse, y cómo se deberían regular y sobre todo «equilibrar». Todos los integrantes de un grupo social deben ceder algo, y esta es la clave, ya que actualmente todos defendemos nuestros propios intereses, en desmedro del bien común como especie.

La Paz Mundial es una quimera utópica en nuestra época actual. Priman los intereses, pero con el mismo objetivo que hace más de 5000 años, la supervivencia instintiva bajo parámetros más profundos y complejos, no hemos evolucionado como especie para preservar el bien común o incluso nuestro propio planeta.

Gobernantes y gobernados seguimos en este ciclo que mantiene las mismas conductas de tiempos primitivos.

¿Evolucionaremos a un mundo sin conflictos, avaricias y violencia desatada? Es una interrogante que no tiene respuesta por el momento, pero si todos, especialmente gobernantes por los que somos gobernados se lo propusieran, nuestra existencia sería mejor, donde todos debemos entregar o ceder algo, para posteriormente recibir los frutos de un mundo mejor.